lunes, 27 de octubre de 2014

La Rioja: Se concretó la “Charla Mujeres Riojanas en el Siglo XIX”

El Municipio de Capital llevó adelante diferentes actividades culturales durante el fin de semana. Una de ellas fue la charla “La mujer riojana en el siglo XIX” que se realizó en la Biblioteca Liga de Madres de Familia donde el historiador Víctor Hugo Robledo habló de las mujeres riojanas que fueron partícipes necesarias en las luchas civiles que tuvieron lugar en el proceso de organización nacional.

Desde la Subsecretaría de Cultura y Turismo informaron que la charla fue organizada por la Dirección General de Bibliotecas y la Biblioteca Popular Liga de Madres de Familia, y contó con la presencia del poeta y cantor Miguel Marcos, quien dedicó emotivos poemas y canciones a los presentes. Luego, tomó la palabra Víctor Hugo Robledo para hacer un recorrido por su libro más reciente y aún inédito: “Riojanas: Montoneras y Unitarias del S XIX”.

“La mujer no fue pasiva en la lucha de los riojanos, siempre sufrió las consecuencias de la guerra y fue protagonista, ya sea en el campo de batalla, cuidando a su familia y a sus negocios, o sufriendo por ser madre o esposa de un montonero o un unitario”, expresó Víctor Hugo Robledo al comenzar su charla. Seguidamente, afirmó que viene investigando sobre las riojanas desde hace algún tiempo y que el resultado de ello fue “Riojanas: Montoneras y Unitarias del S XIX” en el que recuerda a las madres, esposas, hijas y políticas de la historia de La Rioja.

El autor comenzó hablando de las madres ilustres como Juana Rosa Argañaráz, madre de Facundo Quiroga y una de las principales víctimas de los enemigos de su hijo ya que fue apresada y torturada con el fin de hacerle confesar dónde guardaba sus riquezas Facundo Quiroga. Además la mencionó como la artífice de su educación y de los niños de la localidad de San Antonio. Otras madres importantes fueron Úrsula Romero, madre de Chacho Peñaloza; Isabel Rearte, madre de Felipe Varela; y Soraya Dávila, madre de Joaquín Víctor González, que padeció por ser esposa del unitario Don Joaquín González.

También se refirió a las esposas, comenzando por  la más ilustre: Doña Victoria Romero, quien acompañó al “Chacho” Peñaloza, no solo en sus exilios, sino también en el campo de batalla, siendo una de las generalas más importantes de su ejército. Continuó con Dolores Fernández, mujer de Facundo Quiroga, quien durante la ausencia del caudillo, se hizo cargo de sus hijos y de las empresas. En ese sentido, mencionó a Trinidad Castillo, la esposa del Felipe Varela y Restituta Izaguirre de Dávila, esposa de Tristán Dávila Gordillo, como mártires de los unitarios. “Las amantes, también fueron muy importantes por esos tiempos”, explicó Robledo al recordar a Dolores Díaz “La Tigra”, mujer que acompaño a Felipe Varela en el campo de batalla y con quien tuvo un hijo.

Otras mujeres recordadas por Robledo fueron  Rosa Guardia y Carmen Ledesma. La primera, fiel seguidora de Chacho Peñaloza,  y la primera en advertir que las fuerzas de Vera se dirigían a capturar a su jefe, caminando durante toda la noche en soledad, para pedirle que huyera de su refugio. Mientras que Ledesma fue una de los soldados de mayor confianza del Chacho Peñaloza, llegó al grado de Sargenta y fue una de las estrategas de su ejército.

Para finalizar, hace referencia a dos de las mujeres más importantes de la historia más reciente, como lo son Rosarito Vera Peñaloza e Imelda Romero, primer intendente mujer del país del departamento de Arauco, “Imelda fue una gran educadora, en ocasiones la doctora del pueblo y llegó a ser la primer intendente mujer del país, cuando la mujer ni siquiera podía votar”, reflexionó Robledo.

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