Es
muy común en esta época ver caer las ramas de los viscos de una manera
repentina y misteriosa. Si uno se acerca y las observa con atención, verá que
las ramas tienen un corte perfectamente circular que nos hace pensar que
alguien las cortó utilizando un serrucho. Sin embargo, el culpable de esta poda
no es el hombre, sino un escarabajo denominado “Corta Palos” o “serrucho”. Científicos
del CRILAR explican el particular
comportamiento de este insecto.
Javier Torréns y Patricio
Fidalgo, entomólogos del Centro Regional de Investigaciones Científicas y
Transferencia Tecnológica (CRILAR – CONICET) de Anillaco, nos explican que Oncideresgermarii
es el nombre científico de este escarabajo (coleóptero), que utiliza las ramas
del visco (Acacia visco) y otros árboles como algarrobos (Prosopis flexuosa y
P. chilensis) para dejar sus huevos. Los adultos son de aproximadamente
2,0-2,3cm. de largo de color negro a marrón oscuro y cubiertos por pequeños
pelos grisáceos, que le dan una apariencia similar a los troncos de los
árboles; característica que les permite pasar casi desapercibidos frente a sus
predadores.
En otoño, las hembras hacen
en las ramas una incisión circular de unos cuantos milímetros a varios
centímetros de diámetro, utilizando para ello sus potentes mandíbulas. Luego realizan
pequeños y numerosos cortes a lo largo de la rama, donde colocan sus huevos.
Con el correr de los días, la rama cae por su propio peso, sin dejar rastros
del que provocó dicha “poda”. De estos huevos emergerán luego las larvas del
escarabajo, que se alimentarán de la madera haciendo galerías superficiales.
Transcurrido un cierto tiempo, estas larvas se convierten en pupas, estado en
el cual se transforman por un proceso conocido como metamorfosis en un
escarabajo adulto. Estos adultos emergen en la siguiente temporada, entre los
meses de marzo y abril, y comienza nuevamente el ciclo.
Este escarabajo fue citado
previamente para varias provincias (Catamarca, Chaco, Mendoza, San Juan y
Santiago del Estero) y es común encontrarlo en zonas áridas y semiáridas. Como
atacan mayormente a plantas aisladas y asoleadas de zonas urbanas, se los
considera una plaga; sin embargo este insecto es nativo de nuestro país por lo
que lo podemos considerar nuestro “vecino”.
Foto:
Hembra de Oncideres cortando una rama de visco
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