Opinión: ¿Voto opcional a los 16?

Desde el oficialismo parte una propuesta para que los jóvenes de entre 16 y 18 años tengan la posibilidad de votar de forma opcional

Por Francisco Salvadores
Estudiante de secundario.

De su constante y natural evolución, pasando de levantar la mano entre la multitud a hacerlo obligatoriamente y en secreto, la libertad de elegir a nuestros representantes se ha ido priorizando. Desde algunos pocos, a todos; desde hombres a mujeres; desde el debate, el cual  da origen a esta evolución, la cual se contagia, fluye.

Al parecer nos contagiamos los argentinos, y, al meternos entre las noticias, descubrimos que en el senado se pretende que jóvenes entre 16 y 18 años también comencemos a pensar la política, y a ser parte, de una manera más expresa y legal, reconociendo nuestra condición y capacidad de decidir.

Al surgir, inevitablemente, un eslabón más en la evolución del voto, surgen comentarios, respuestas, opiniones, palabras que ayudarán seguramente a que entremos en razón, o en varias razones. Mientras tanto los chicos de nuestra edad pensamos de acuerdo a cómo nuestra percepción de las cosas nos guía, siendo la idea más importante, la de los principales afectados por la situación, quienes, cuando queremos, vemos las cosas como son.

Esta idea tiene un fundamento científico interesante: un dato antropológico que reconoce la capacidad del pensamiento abstracto y la creatividad que tienen los jóvenes ya que estudios de la Unesco acreditan que el período de mayor creatividad en el ser humano es entre los 14 y los 25 años. Mentes Abiertas.Lo notamos cuando vemos a chicos de esta edad, tomar decisiones, racionales o no, decisiones al fin. Malas o buenas,¿quién lo determina? Tal vez el nivel de ignorancia, aprovechable o no por parte de los pícaros ambiciosos, o los pícaros sedientos de libertad.

El proyecto está en una etapa de maduración, la cual dependerá de la responsabilidad con la que se tomen las decisiones donde estas finalmente tienen validez de ley. Dependerá de la responsabilidad con que se tengan en cuenta las necesidades de una generación imprescindible y pensativa, en todos los ámbitos y aspectos. 

Mientras esperamos, y, tal vez, consultamos los medios en busca de respuestas, nos hacemos, de a poco y sin querer, responsables de lo que pase o no.

Esperamos mientras.