miércoles, 17 de julio de 2013

Dudas sobre el nuevo Jefe del Ejército

Ante la posible vinculación del nuevo jefe del Ejército César Milani con el terrorismo de estado,  diversos sectores piden la investigación necesaria que confirme o desestime las sospechas vertidas por organismos de derechos humanos y por los testimonios de ex presos políticos y ex conscriptos que lo involucran en acciones del plan genocida implementado por las FFAA desde 1975 hasta 1983, así como también la posible participación en los hechos conocidos como el Alzamiento Carapintada,  que intentó derrocar el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín. Se pide la reapertura de la causa judicial que investiga la desaparición de Alberto Ledo.


En el año 1975 el entonces subteniente Milani es designado al regimiento de la provincia de La Rioja. Perteneció al cuerpo de inteligencia, coordinado por el Batallón 601 a nivel nacional, vinculado a innumerables hechos de represión. En 1976 viaja a Tucumán llevando como asistente al conscripto Alberto Ledo, hoy desaparecido. En circunstancias poco claras el 17 de junio del 76’ Ledo desaparece de su batallón luego de haber salido a realizar una ronda con el capitán Sanguinetti y su desaparición es calificada por el Ejército como “deserción”. Milani al ser miembro del cuerpo de inteligencia debió por lo menos conocer los hechos referidos a Ledo, así como también, el asesinato de los curas de Chamical, el soldado Villafañe y el asesinato de Monseñor Angelelli, todos ocurridos durante el período en que él fluctúa entre Tucumán y La Rioja. Ya en democracia el fiscal de la causa Ledo pide el cierre por falta de pruebas.

En el informe de la Comisión Provincial de DDHH existe el testimonio de Alfredo Olivera en la página 330 donde César Milani es reconocido como parte de un interrogatorio realizado por el exjuez Catalán.

Teniendo en cuenta estos hechos y el papel que jugaron los cuerpos de inteligencia militar en la aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional en la década del 70’ resulta indispensable realizar una investigación a fondo que eche luz sobre la actuación del Jefe del Ejército en el período más oscuro de la historia argentina. Y en caso de ser necesario proceder a la separación del cargo a César Milani.

Sobre este tema advertimos sobre las actitudes de ciertos sectores de la oposición que intentan utilizar el hecho con actitudes oportunistas. Sectores políticos que jamás se interesaron por la lucha por la memoria, la verdad y la justicia hoy pretenden convertirse en los principales defensores de una política que hace diez años ha logrado encarcelar a más de 200 genocidas, producir 400 juicios y comenzar la reparación histórica que el campo popular exigió desde recuperada la democracia. Sectores políticos que en muchos casos han sido parte civil del golpe y otros que hasta han llevado en sus listas represores nombrados en el Nunca Más Riojano.

Creemos que no es momento para cuestionar la política de estado que la argentina impulsa desde 2003 en materia de DDHH. Pero sí creemos que es necesario para construir una verdadera democracia erradicar todos los resabios del terrorismo de estado. Esto tiene que ver con la reapertura de la causa judicial que investiga la desaparición de Alberto Ledo, una investigación profunda sobre la posible vinculación de Milani con el terrorismo de estado. Finalizar con las actividades de espionaje interno sobre sectores del campo popular. Anular la ley antiterrorista y toda legislación pro represora. En fin llevar hasta el final la premisa de juicio y castigo.

Para una verdadera democracia es necesario avanzar sobre la separación de todas las fuerzas de seguridad (Armadas, Gendarmería, Policías, Prefectura, Agencias de Seguridad Privadas), de todas aquellas personas que estén vinculadas con el terrorismo de estado, hechos de corrupción, narcotráfico y trata de personas.


 


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