lunes, 7 de noviembre de 2011

Chuquis: Los álamos de la Independencia


Por Félix Guerrero. Despreocupado viajero, si por estos días de Noviembre vas a Chuquis buscando el reflejo de los antiguos álamos de los estanques de Chuquis, deja tu alma anclada en la solitaria plaza del poblado. La lluvia de la víspera cayó en piadoso silencio sobre los bordes desnudos del centenario estanque. Hacia el mediodía, en vano buscaron su amado refugio las torcazas contemporáneas…



  
Sobre las tibias piedras de Chuquis
Posó sus raíces en un beso
Un peregrino álamo castellano,
Tierna torcaz habitó el árbol inmigrante.
Eso pasó hace ya luengo tiempo…

El hacha vengadora hirió de muerte a los veteranos álamos que plantaron los descendientes de don Pedro Ignacio Castro Barros, acaso  los mismos que dieron letra y sombra a la poesía de Ramón Navarro y a su estirpe de poetas y cantores.

Entre indignado y consternado llegó el chuqueño Enrique Vera, a la librería "Castro Barros" de Anillaco, a contarnos la infausta noticia. Guillermo, ocasional fotógrafo del equipo de La Bocona, sin siquiera consolarlo, tomó una cámara y partieron presurosos a registrar las imágenes de los abatidos álamos  del estanque de piedra y el “estanque  grande”. Con la prontitud que el caso requería, averiguamos  si el responsable de Medio Ambiente de la Municipalidad departamental tenía responsabilidades en el hecho. El intendente Del Moral nos explicó que esa Institución desconocía el caso y que ellos no dieron órdenes por que los estanques públicos son  de competencia de los Consorcios de riego de las localidades costeñas.


Sea como quiera que sean las responsabilidades institucionales y sus competencias y atributos, lo cierto es que el patrimonio paisajístico del departamento se encuentra en total indefensión y orfandad.

La rigurosa realidad es que las áreas, secretarias o direcciones municipales que tienen que ver con Medio ambiente y turismo, por negligencia o simple desidia, mantienen una actitud de profunda pasividad, inmovilidad y apatía. Parece que no se da la necesaria interconsulta e  interacción entre las instituciones del Municipio y las intermedias a la hora de tomar decisiones drásticas; parece que no hay conciencia de la perentoria necesidad de proteger y acrecentar los atractivos turísticos de los pueblos. ¡Ni hablar de belleza, de poesía, de historia y memoria!

Este dolor retroactivo y esta indignación póstuma, sirvan  de presta reacción  del instinto de conservación de nuestras autoridades que actúan como aciagos dioses de la destrucción, manipulando la vida como si tuviesen la capacidad de resucitar a una bacteria; desbaratando la belleza como si fueran capaces de construir un cielo estrellado.

Que la reacción del noble Enrique sirva de ejemplo y advertencia.

2 comentarios:

  1. Menos unión vecinal...

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  2. usted creen que lo talaron porque si??? lo hisiero porque las raices estaban rompiendo el muro del estanque.. payasos

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