viernes, 16 de diciembre de 2011

La vigente persecuta




La fiebre del oro en Famatina, atrajo a
la peor lacra humana. Una empresa canadiense 
pretende acosar a los pobladores del lugar,
con trabajo de inteligencia, evocando el
esplendor de la Dictadura Militar.


Como furiosas manadas de lobos y perros hambrientos acuden a convertir en ruinas al soberbio coloso del Oeste riojano, apañados por algún funcionario corrupto.
Ya se sabe que la dictadura militar del 76, no fue tan solo una dictadura militar. Fue una dictadura cívico-militar. El componente militar fue derrotado por la condena social y la justicia, pero el componente civil aun permanece activo y  de  vez en cuando muestra sus garras, que rompiendo el guante de seda quiere dar el zarpazo al patrimonio de la naturaleza, de los  pueblos y de la humanidad.

Pero los pueblos de los valles del  Famatina ya han madurado en la lucha militante y están preparados para repeler cualquier intento colonizador, y cualquier recurso solapado. Los pueblos cordilleranos, en un proceso lento pero inexorable, han comprendido que la lucha contra la megaminería, es una lucha a vida o muerte, y han optado por la vida.

El cuento del supuesto progreso de los pueblos mineros ya pasó a la historia nefasta. Paisajes lunares y pueblos fantasmas como los valle del Yukón que tan bien describió Jack London a finales del siglo XVIII, son pálida muestra de lo que puede destruir la megaminería con sus lixiviantes tóxicos como el mercurio el arsénico, el cianuro y otros, amen de el irreversible daño a la flora, fauna y paisaje del lugar.

Nosotros, pueblos del valle del Velazco les pedimos a las autoridades de nuestros pueblos que recuperen su dignidad, amor a la tierra y respeto a las futuras generaciones y echen a las patadas a esos ladrones de las riquezas y salud de los riojanos.-

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