martes, 6 de marzo de 2012

Editorial: Todas las preguntas necesarias


Durante los últimos días los clientes de Edelar recibieron su boleta de la luz con una cartilla titulada “Todas las Respuestas Necesarias” donde el gobierno provincial invita a la comunidad a  sumarse al “diálogo respetuoso” para sacarse todas las dudas y asegurarse de que la explotación del cerro Famatina es totalmente inocua. La realidad detrás de la publicidad dista mucho de la panacea propugnada por el oficialismo.

La estética de la cartilla, el lenguaje utilizado, la estructura en forma de preguntas y respuestas cerradas e inviolables guarda una similitud increíble con las publicaciones de las iglesias evangelistas, mormones o testigos de Jehová. Este señalamiento podría hacernos sospechar que la propaganda prominera pudo elaborarse en los grandes centros anglosajones de publicidad, aquellos mismos donde las mencionadas iglesias imprimen millones de cartillas, periódicos y libros por mes.  Aquellos folletos en donde a través de cuatro o cinco preguntas que se responden a si mismas se anuncia el inminente fin de las calamidades, la iniquidad y la injusticia. 

A través de 30 preguntas y respuestas la  cartilla  tiene la intención de aclarar que la minería a cielo abierto es una actividad limpia e incapaz de dañar el medioambiente. Entre algunos puntos llamativos por su falsedad se pueden destacar: 



Afirman que el proyecto de OSISKO va a usar 1 litro de agua por segundo, pero más adelante, en la pregunta 19 se ponen las cifras de la cantidad usada por las minas a cielo abierto de Argentina, como por ejemplo Gualcamayo, que tiene permitido utilizar 750 litros por segundo.  Puesto así parece inofensivo, pero esa  cifra asciende a 2.700.000 litros de agua cada una hora.

La cartilla también hace hincapié en que el control l lo tiene la empresa estatal y no la multinacional, lo cual  resulta muy difícil de creer teniendo en cuenta la capacidad económica y el poder que puede ejercer una empresa multinacional frente a un estado provincial endeble y corrupto como el riojano. Las leyes nacionales y provinciales fueron hechas en los 90’ para beneficio de las empresas y eso, los miembros del estado provincial lo saben.

En otra parte se justifican las listas negras elaboradas por OSISKO diciendo que las personas señaladas, estaban así marcadas porque eran las personas con que la empresa quería “dialogar en el marco de su política de transparencia y respeto”. Una actitud cobarde y absolutamente colonialista, que defiende los intereses de corporaciones foráneas por sobre la integridad y el derecho a la soberanía de los argentinos.  La empresa hizo listas negras como en la última dictadura militar, y lo hizo en colaboración con los aparatos de la policía provincial.

Por último y como aporte al debate desde LA BOCONA decimos que la minería metalífera a cielo abierto es una de las patas más importantes del modelo extractivista.  El extractivismo es un modelo exportador de materias primas. Con un modelo extractivista la provincia no se desarrolla, no se crea empleo y si no se crea empleo no hay forma de generar una estructura económica e industrial sustentable.

El problema del extractivismo no es el heho en sí, es decir, quienes ganan plata. Es un negocio de grandes empresas transnacionales que tienen un enorme poder en América latina. Hay una reproducción dependiente de Latinoamérica, el ciclo económico depende de bienes básicos.

La idea de los gobiernos de que si yo privatizo la extracción de los recursos naturales, abro la economía, desregulo y flexibilizo las leyes, hay prosperidad, no se dio en ninguna parte del mundo. Esto frente al neo desarrollismo que ilusiona al gobierno nacional y a varios países latinoamericanos, que dice que hay que intervenir desde el estado, mejorar la competitividad, desarrollar la industria, impedir la apreciación del tipo de cambio, en fin crear burguesías latinoamericanas poderosas que desarrollen nuestra economía. Se postulan como socios menores del capital transnacional a costa de arruinar el medioambiente y la riqueza de la provincia.

De esta manera viviremos, además de tener un ambiente destruido, con la ilusión del progreso en la mentira del desarrollo, cuando en realidad una mina es una boca más para alimentar el American Way of Life, basado en el lujo, el derroche y la sobre explotación de los recursos naturales.  Y si de modelos se habla tendremos que decidir entre aquellos basados en el estímulo al consumo indiscriminado de bienes, que necesariamente llevan a la saturación de la naturaleza o un modelo que ponga al hombre y la mujer y no a la mercancía en el centro de sus preocupaciones.






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