viernes, 4 de abril de 2014

Cuando las tizas se manchan con sangre

En un nuevo aniversario del fusilamiento del maestro Carlos Fuentealba, el 4 de abril de 2007, la CTERA y sus entidades de base realizarán actividades en todo el país para seguir exigiendo Justicia completa y el avance de la Causa Fuentealba II. “Seguimos exigiendo que el ex gobernador Jorge Sobisch sea juzgado como principal responsable político de esa brutal represión en Neuquén donde fue asesinado nuestro compañero” expresaron desde la central sindical docente, delegación Neuquén.

COMUNICADO DE PRENSA - CTERA en Neuquén

En un nuevo aniversario del brutal asesinato de nuestro compañero Carlos Fuentealba, CTERA y sus sindicatos de base realizarán jornadas contra la impunidad y exigiendo que todos los responsables políticos sean llevados a juicio (Causa Fuentealba II). También se proyectará la película en distintos espacios INCAA del país. .

La memoria de Carlos Fuentealba sigue viva, recordada en cada aula, en cada marcha, en cada encuentro. En miles de escuelas se recordará su lucha y se seguirá exigiendo Justicia.

En muchas provincias nuestros sindicatos de base proyectarán la película "Carlos Fuentealba, Camino de un Maestro", (del director Luciano Zito), para luego realizar diversas actividades con docentes, estudiantes y la comunidad educativa.

La película "Carlos Fuentealba, Camino de un Maestro" contó para su realización con la ayuda de CTERA, SUTEBA y AMP.

El 4 de abril representantes de la Junta Ejecutiva CTERA, junto a personalidades de derechos humanos y otras organizaciones sociales acompañarán a Sandra Rodríguez en el estreno de la película.

Historia

El 4 de abril de 2007, en la provincia de Neuquén, el docente Carlos Fuentealba fue herido de muerte tras recibir el disparo de una bomba de gas lacrimógeno efectuado por la policía provincial, a la que el entonces gobernador Jorge Sobisch había dado la orden de reprimir. El pedido de justicia se extiende por todo el país convirtiéndose en uno de los casos emblemáticos de la lucha contra la impunidad.

“La idea de hacer este documental sale de una necesidad más que de un deseo", dice Sandra Rodríguez, compañera de Carlos Fuentealba, en diálogo con EscribiendoCine. “La imagen de Carlos estaba tomando valor por su militancia y yo quería contar su historia fuera de esta”, agrega.

El documental recupera la historia de vida del hombre, padre, marido y maestro a través de fotos de su infancia y juventud, imágenes de la cotidianidad junto a su familia y testimonios de quienes fueron sus compañeros de vida y lucha. Pero también muestra la lucha por justicia contra los autores materiales e intelectuales que lleva adelante Sandra Rodríguez.

Carlos Fuentealba. Camino de un maestro reconstruye además con imágenes tomadas el día de su asesinato como se sucedieron los hechos. Las mismas exponen claramente cómo antes de que Poblete (condenado por el asesinato) se colocara en posición de disparo lo cubre un grupo de policías, y cómo luego los mismos efectivos lo vuelven a cubrir y lo trasladan a la propia camioneta.

“El documental también muestra lo que la justicia está ocultando que es como Poblete se mueve libremente por la ciudad gracias a la complicidad de la policía y el poder político sobischista”, agrega Rodríguez.

Poblete aparece caminando libremente por las calles de Zapala cuando es divisado por un periodista que lo fotografía. “Si no pasaba eso, no teníamos manera de probarlo. Como toda la labor de los periodistas que estuvieron en Arroyito el día que lo mataron. Si no hubieran filmado lo que filmaron, jamás hubiera llegado esto a destino”, comenta.

“Este documental es una herramienta importante porque registra lo que aconteció en esos días y la falta de justicia, pero también porque la memoria de nuestro pueblo se multiplica con el abrazo de su presencia”, dice para finalizar.

“Cuando las tizas se manchan con sangre”
           
Cuando las tizas se manchan
con la sangre de un maestro,
se callan los pizarrones
y lucen su moño negro;
las aulas pierden bullicio
todo se vuelve silencio,
los patios de las escuelas
parecen un cementerio,

y en lugar de algarabía
sólo escuchamos el viento,
corriendo como un fantasma
con un quejido siniestro.
Cuando las tizas se manchan
con la sangre de un maestro,
ya no sirven los pupitres
se marchitan los cuadernos,
y junto a Carlos Fuentealba
hay miles de niños muertos.

Jacinto Velázquez

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