lunes, 5 de septiembre de 2011

Chilecito: Unas 4 mil almas calentaron la fría ciudad


La cita se dio en la Plaza principal de Chilecito, donde de a poco comenzaron a llegar vecinos de Chilecito y Famatina para marchar en contra de la decisión de Beder Herrera, acerca de explotar el Famatina. Los 11 grados de temperatura no impidieron que unas 4 mil personas se congregaran pacíficamente para gritar al unísono que no quieren minería en la región.

Niños con sus padres, adolescentes que se pusieron de acuerdo a través de Facebook, abuelos con sus bufandas y abrigos, bebés en sus cochecitos y padres jóvenes, fueron los protagonistas de una de las Asambleas de mayor concurrencia desde que comenzó la pulseada entre el gobierno y el pueblo que se opone al atropello.

Había de todos los colores y tamaños. Religiones, partidos políticos, ideologías y clases sociales. Nada los diferenció. Todos eran iguales: todos tienen familia y sueños. Todos son chileciteños y famatinenses. Todos respiran el mismo aire y beben del mismo agua que llega desde el mismo Famatina que todos conocen desde que nacieron.

La comunión fue perfecta. La energía que emanaba cada cuerpo, cada grito, llegaba a varios metros. Las sonrisas y la complicidad de haber sido parte de la historia en un día que quedará en las retinas de todos y cada uno de los presentes, reinaban en el lugar. Fue en la plaza del pueblo, el lugar que concentra todos los días a todos: grandes y chicos. 

Luego de las palabras de varios vecinos que se animaron a hablar frente al público presente, cantaron el Himno Nacional en la versión de Mercedes Sosa. La emoción brotaba de manera incontrolable y a cada minuto se sumaban más personas que se acercaban a participar, con el más legítimo compromiso ciudadano.

Cerca de las 22, los presentes comenzaron a caminar por las calles que abrazan la plaza principal, con pancartas que tenían un común denominador: el rechazo a la explotación megaminera en Famatina. Con aplausos y cantos los ciudadanos caminaron dos vueltas y en todo momento mostraron la esperanza en que su voz sea escuchada.

El escenario fue inédito. Distinto a todas las anteriores manifestaciones populares. La energía se contagiaba entre los presentes y quienes no se animaban a caminar entre la multitud, aplaudían desde su lugar en las veredas, las confiterías o los comercios aledaños.

Este 4 de septiembre Chilecito envió un mensaje más que claro. Un 8% de la población salió a la calle y se expresó. Fue un reclamo genuino, sin intereses económicos, sin presiones de dirigentes, sin incentivos de ninguna índole, más que el pensar en el futuro de todos quienes habitamos uno de los lugares más bellos de la tierra… nuestro Chilecito.

Fuente: El Diario de Chilecito

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