martes, 9 de abril de 2013

CHANCHADAS



Por Félix R. Guerrero - El chancho (cerdo, puerco, cochino, etc.), es un animal que se caracteriza por no mirar nunca al cielo, ocupado en la tarea de hacer chanchadas, es decir, en mezclar la comida con sus propios excrementos. Su mayor ambición es, que todo el lugar que le rodea se convierta en un gran chiquero. Hay muchos políticos que se le parecen.

Las comparaciones que puedan hacerse entre la mayoría de los políticos de nuestro medio, con el desaseado animalito, son injustas, ya que deja a los inocentes porcinos muy mal parados y gravemente ofendidos. (llámase “políticos” a algunas personas, que en ejercicio de funciones de gobierno, hacen chanchullos en beneficio de su porqueriza particular a diferencia de aquellas personas que ejercen la política desde el conocimiento, la honestidad y la dignidad humana).

Apelar a lo grotesco, es un desesperado intento del que suscribe, urgido de  explicarse y explicar al que lee, este descomunal desmadre que estamos padecimiento los costeños y riojanos en general.

Tanto del cerdo Mediterraneus, como el  cerdo Ferus o el Stratosus, antes de ser domesticados  o “humanizados” vivían sus vidas salvajes al aire libre sin hacer chanchadas ni dar malos ejemplos a los humanos ni provocar comparaciones odiosas a nadie, porque en su continuo deambular no daban lugar a que sus excrementos se mezclen con su comida y fermentasen.

La clase política actual que padecemos, involucionó y perdió su condición humana desde que mezcló el ejercicio de sus funciones que se le confiaron, atendiendo a sus bajos instintos de acumulación sin sentido, mezclando soberbia, robo, con impunidad, ignorancia, ambición, traición, obsecuencia y mentira. Agregado a esta mezcla sus pestilentes excrementos, tenemos un chiquero nauseabundo, que los indecisos o los que nunca ejercieron sus derechos ciudadanos, suelen llamarle éxito o fatalidad (dependiendo del estado de ánimo que les afecte).

El cielo, ese lugar donde habitan los ángeles, las musas, los ideales más puros y nobles, los seres queridos que se han ido y las estrellas, siempre permanece en lo alto por más que el mundo esté patas arriba. Para poder mirar una estrella con esperanzas, es necesario levantar la cabeza de las pasiones groseras y de la miseria humana; para descubrir la belleza, la alegría y el amor, es necesario llenarse de poesía y sacar los pies del fango.

Quizás algún día los cerdos levanten la cabeza y miren al cielo. Si eso sucede  serán salvados todos los cerdos que desde que fueron domesticados, se vieron obligados a vivir en una degradante porqueriza; pero esta sub-raza de “políticos” que voluntariamente  optaron por vivir en la mierda, no tienen salvación.

1 comentario: