miércoles, 1 de agosto de 2012

MUTILACIONES


La “poda” de los árboles en este julio que se fue inquietó al poeta. El comienzo de agosto y la conmemoración del Día de la Pachama dan un marco sin igual para reflexionar sobre la relación del costeño con la naturaleza. Por Félix Guerrero


Bulle en la última mañana del último día de Julio, la inocente algarabía de los pájaros, que ignoran que llevan en su frente una sentencia a prisión perpetúa. Camino por la calle, bajando de la Radio, impregnado del insumiso entusiasmo matinal de la  naturaleza que ya empezó a empujar la savia hacia las yemas de las moras que han soltado su proyecto de flor y fruto simultáneo.

No alcanzo a entusiasmarme de tanta alegría inocente: me atribulan los muñones del algarrobo situado en el estanque de arriba, que muestra el dolor de una cirugía despiadada que este año se viene practicando con entusiasta energía, en nombre de la prolijidad y las buenas costumbres. Un empleado municipal, con la inocencia culpable del que goza de impunidad e ignorancia, me dice arrasaremos con todo el algarrobo. Parece un chiste, pero a mí no me lo pareció al ver tanta rama vencida. Pensé decirle estos versos de García Lorca:

No te conocen el toro ni la higuera,
ni los caballos ni las hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.

…pero me pareció demasiada crueldad.

Pero el árbol no cede y reverdece. Es que la naturaleza es tan rebelde, tan revolucionaria, tan llena de fe, que busca retribuir su perdido verdor, que el depredador niega a la vida y a la poesía.

Todos los árboles de los pueblos de La Costa llevan las horrorosas cicatrices de las mutilaciones que sin restricciones ejecuta la poderosa empresa de electricidad (EDELAR), cuyo amoroso celo por sus rentables cables la convierte en dueña absoluta de los espacios aéreos. Los aviones y los helicópteros se salvan de la poda de alas y hélices debido a que vuelan a mucha altura.

Y los custodios del patrimonio paisajístico y los celosos  administradores de los recursos turísticos, mientras esto pasa, duermen el sueño de los justos, exhalando en cada ronquido un conmovedor “yo no fui”.

Y las autoridades de más arriba, privados del don de la vista y del oído, planifican prosperidades fabulosas, ignorantes de que nos estamos quedando sin pájaros, sin árboles y con agua con olor a esturiones vencidos, como opina un lector del blog, vecino de Anillaco.

Debería cerrar con alguna recomendación, pero no me sale. Creo que deberé inventar otro lenguaje.

1 comentario:

  1. La verdad es que es muy triste y genera mucha impotencia ver como mutilan a los árboles en todos los pueblos de la Costa. Y ahora en Agosto empezarán a sacarlos por miedo al zonda !! Una verguenza...la naturaleza también tiene sus derechos y habría que respetarlos ! Muy buena la nota Fichu. Un saludo a todos.

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