jueves, 26 de abril de 2012

“No hago más que lo que tengo que hacer”

Desde que el conflicto por la minería empezó a tomar relevancia en la provincia y en el país el padre Omar Quinteros se ha destacado como uno de los principales referentes del pueblo de Famatina en su lucha por la defensa de un ambiente sano, libre de la actividad megaminera. En el marco del 420º aniversario de ése departamento RADIO LA BOCONA entrevistó al párroco que dejo su impronta en La Costa y hoy aparece como uno de las figuras públicas renovadoras de la Iglesia riojana.


“Agradezco la posibilidad de llegar a través de este medio a ese queridísimo departamento Castro Barros, a quien tuve la posibilidad de amar y de servir cinco años, compartir ese caminar en la fe con cada pueblo costeño” se anticipó Quinteros, quien demuestra guardar un afecto especial por la comunidad donde fuera cura por un lustro.

La lucha de los vecinos de Famatina lo encontró del lado de los perjudicados y en la vereda de enfrente del poder político. El padre es el encargado de tocar las campanas en caso de que el corte de Alto Carrizal esté en peligro, ente otras cosas. Durante todo este tiempo ha tenido un desempeño y una exposición destacada acompañando a su comunidad, cosa que también le valió el desprecio y la infamia de muchos personeros del gobierno provincial. En sus propias palabras: “Es un momento crucial de la historia, en el que nos toca salir a poner el pecho y defender los recursos naturales, el agua, la vida y la dignidad de este pueblo que tiene firmes convicciones de que quiere seguir viviendo de la agricultura, en armonía con el entorno natural; también de la industria mediana y del turismo.”

Con megáfono en mano, oficiando mida en Alto Carrizal
Un papel no menor ha jugado la iglesia, una institución con mucho poder, pero sobre todo con la capacidad de “legitimar la voluntad divina” con sus acciones y posturas. Primero el Decanato de los Llanos y después el obispo Rodríguez fueron sentando posición contraria a la decisión del gobierno provincial de convertir a La Rioja en una provincia megaminera.  “La iglesia me sigue apoyando porque esta convencida de que lo que estoy haciendo como pastor no es otra cosa que lo que debe hacer cada pastor en la parroquia que se le ha encomendado. El obispo me manifestó su apoyo desde el principio y desde ése momento nunca me he sentido solo. Últimamente la mayoría de los sacerdotes han adherido también a esta lucha a esta resistencia y me están acompañando no sólo afectiva sino efectivamente” señala el padre Omar.

Comprometido, coherente, admirado y respetado por los jóvenes, el párroco de Famatina no parece querer defraudar a sus fieles y a los luchadores y vecinos de la localidad. “Yo no hago más que lo que tengo que hacer, como dice Jesús”. Lo dice pero también lo hace, quizás una actitud fundamental para convertirse en un verdadero referente popular.

Por último envió su bendición y saludos a todo el departamento Castro Barros. 

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