martes, 25 de octubre de 2011

EDITORIAL: La vieja política



Y pasó la última elección en el año que los riojanos fuimos tres veces a las urnas.  No fueron pocos los que adjuntaban a los comentarios sobre la jornada el calificativo de “tranquila” o “atípica”. Sin dudas desconociendo las habituales mañas con las que está acostumbrado a desenvolverse el oficialismo local que, para no perder la costumbre, hizo de los votos marcados y el uso de los vehículos oficiales etc, su marca distintiva, en esta, la elección más importante del país desde el comienzo de la democracia en 1983. 

A vuelo de pájaro, a muchos riojanos nos queda un sabor amargo, después de ver cómo operó el jefe político de la provincia. El gobernador Beder Herrera jugó su carta principal, no de la mano del proyecto nacional y popular, sino de quien fuera su principal enemigo (vencido por un vergonzoso abandono) en 2003. Cómo se hace para elegir como su candidato de confianza al ex presidente que entregó al país al mejor postor y produjo una regresión tan grande al desarrollo nacional que hasta el día de hoy se pagan las consecuencias, es algo difícil de entender. Como un marido infiel, Beder Herrera fue a la conferencia del FPVR (la oficial) y se mostró condolido por la derrota. Al poco tiempo pudo deshacerse del compromiso e irse a festejar con el Frente Popular Riojano (su verdadero amor) y fundirse en un abrazo con su padre político Carlos Menem. La puesta en práctica de lo dicho por Gustavo Minuzzi: en política no importan ya las convicciones, las ideas, las identidades; importan los afectos. Y sobre todo los intereses individuales. Esto último parece ser el principal rasgo del PJ riojano. Los proyectos políticos no existen; sí existen los caudillos y sus momentos de apogeo.

Lo cierto es que mientras la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, exhortaba en su discurso de victoria a los jóvenes a organizarse en los barrios, en los colegios, en las universidades y adueñarse de la institucionalidad, precisamente para que la política empiece a existir por fuera de los personalismos, en La Rioja el gobernador se abrazaba con el rancio personero de las relaciones carnales, con la viva imagen de la Argentina vendepatria, con el ex presidente en el que pesan la voladura de Río III, el atentado a la AMIA, el indulto a los genocidas de la última dictadura militar.

Y es que actuando así alimentan el monstruo de la antipolítica. Con sus actiudes sucias, su falta de principios, anteponiendo el interés sobre las ideas, dan una imagen tan distorsionada de la política que se termina desencantando hasta el más aguerrido. Alimentan la concepción de que sólo se puede acceder a cargos públicos para enriquecerse y manejar el poder a su antojo. En La Rioja se ha actuado tanto así, que la gente se ha divorciado del Estado porque lo identifica con todas las oscuras cualidades de los poderosos. El pueblo no se siente parte del Estado Provincial, lo ve como algo ajeno.

A esta altura es momento de preguntarse ¿Qué modelo representa el gobierno de Luís Beder Herrera? Si en la provincia no se abren paritarias para los empleados públicos, se firman contratos de entrega de los minerales a empresas multinacionales, no se alientan los juicios a los genocidas de la última dictadura, se deja poner a la salud en estado crítico y se abandona a los obreros del parque industrial ¿Qué cosas comparte esta gestión con el Modelo Nacional y Popular impulsado desde la Casa Rosada? Los datos hablan cuando muestran que La Rioja fue una de las provincias con menos porcentaje de votos para la fórmula presidencial del oficialismo.

Es la vieja política la que reina en la provincia. La vieja política que puede hacer que el intendente Del Moral sea el candidato por la lista oficialista, pero haga votar en su departamento a la lista enemiga y los resultados terminen casi en un empate técnico. Es la vieja política que no se pone en sintonía con los cambios ocurridos en el país desde el 2003 porque no le interesa que nada cambie, mientras ellos dirijan la provincia a su antojo. Son los dinosaurios, los pesados, los viejos vinagres que esperamos, como dicen las canciones, que más temprano que tarde se vayan, desaparezcan, y se abran los espacios para aquellos que piensan la política de la mano de las ideas, la transparencia, la ética y la coherencia.

1 comentario:

  1. esa foto me da miedo buuuuuuuu!!! los muertos vivos!!!!! si no tomas la sopa te muestro la foto eh!!

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