lunes, 16 de mayo de 2011

Elecciones 2011: La disyuntiva electoral de los riojanos


En las próximas elecciones del 29 de mayo los ciudadanos de la provincia tendremos una serie de opciones no muy ricas en materia de propuestas, proyectos y alternativas para elegir el gobernador de los próximos cuatro años. Una campaña adelantada maliciosamente con el fin de desorganizar a las fuerzas opositoras parece ser el signo manoseado de un acto elemental de la democracia.


Como una de las opciones, un gobierno (Beder Herrera) que es kirchnerista en lo coyuntural pero que en sus discursos diseño e implementación de políticas es profundamente reaccionario y heredero de la tradición menemista que lo tuvo como protagonista desde el regreso de la democracia en 1983, y que en el año 2007 se autoproclamó como un cambio al gobierno del que el mismo formaba parte. 

Una oposición (Julio Martínez UCR) que silenciosamente se instala como una alternativa, siendo una fuerza política representante de un modelo retrógrado, que a través de sus figuras nacionales, propone volver el país a una situación político-económica similar a la del gobierno de la Alianza (neoliberalismo, achicamiento del estado, recorte del gasto social, protagonismo del mercado en su expresión más salvaje. Un modelo político-económico que termina con rebelión popular, estado de sitio, cuarenta muertos en dos días e impunidad de los responsables). Un partido político con las ideas suficientes para haber gobernado la provincia de Catamarca, que comparte  muchas similitudes estructurales y culturales con La Rioja, no habiendo podido desarrollar un proyecto de provincia serio y que tuvo que abdicar por los mismos escándalos que usan de caballito de batalla para defenestrar a los gobiernos nacional y provincial.

Otra oposición (Maza)  que propone como porvenir el pasado, que dirigió la provincia de escándalo en escándalo (congelamiento salarial, corrupción, negociados con tierras). Que en el año 2003, cuando en el país se abría un proceso diferente, trabajó incansablemente para el retorno de un riojano a la presidencia y luego se adaptó a la coyuntura, intentando salvar la permanencia de su sector del PJ en el poder, en ese entonces ya con diez años de gobierno. Una hoy oposición, que es corresponsable, junto al actual gobernador y a todo el peronismo desde los 70’, de la situación actual de ausencia de proyecto en la provincia.

Y un sector (lunismo) que se asume kirchnerista “de la primera hora” pero que en ocho años de modelo no hizo más que adjuntarse funcionalmente al sector del PJ que detente el poder, rechazando la opción de construir una variante electoral de concordancia genuina con el discurso del “modelo nacional y popular”.  

Por ultimo y diferenciándose en la propuesta, un frente de izquierda (Nuevo Encuentro) que asume un proyecto de desarrollo coherente con sus discursos históricos, una plataforma profunda, pero no visibilizado por el electorado en su conjunto como una alternativa real, en parte por la nueva Ley de Partidos Políticos y, sobre todo, por los medios de comunicación copados por el oficialismo e intereses privados ajenos a la comunidad. Pero con un discurso que esta a años luz del resto de las opciones.

Mientras tanto desde ninguna fuerza política se plantean temáticas que tiendan a separar el estado provincial de los intereses sectoriales del partido gobernante o diseñar políticas estructurales de reforma profunda del funcionamiento de la administración pública. Políticas que lleven al abandono de la naturalización de un estado normal de cosas en la provincia (Por ejemplo en educación donde a partir, básicamente, del aumento de salario, la entrega de laptops  y la sustitución de las protestas callejeras por negociaciones paritarias con los gremios, el poder elabora un discurso de normalidad falso que oculta los abandonos reales)

Reformas mínimas de este tipo son la base de la posibilidad de generación de un proyecto (a largo plazo) de desarrollo principalmente productivo (p. e.: PYMES de producción comercialización y consumo).

Pero mientras el aparato clientelar siga en pie será muy difícil empezar a hablar de elecciones libres. ¿Por qué? El clientelismo ejerce una coacción del orden de lo material sobre el sujeto carenciado, pobre. Las políticas de estado (asegurar el derecho a la alimentación, a la vivienda, al trabajo, etc.) son presentadas como un acto de misericordia (favor político) revestidas de una intención sectorial (partido político) o individual (puntero), naturalizando a través de esa coacción, una deuda con el benefactor (voto). Por lo tanto generan una dependencia que se sustenta en el deber permanente y el miedo. Deber de agradecimiento, miedo a perder el beneficio y a la represalia.

Mientras la política sea construida y presentada a la sociedad como una actividad privada, donde la voluntad social queda restringida por los intereses de sectores minoritarios, mientras el dirigente o el puntero manejen la voluntad de la comunidad representando esos intereses por un beneficio económico, los ideales de construcción de ciudadanía seguirán esperando.

Desde el punto de vista que se lo mire esto es una serie de ideas revolucionarias y utópicas (impracticables) o es poner en marcha un sistema político basado en discursos que circulan por el imaginario social hace más de doscientos años, y que la escuela pública así los enseña.

Martín de la Fuente

Foto: bettoespectador.blogspot.com

2 comentarios:

  1. simplemente genial la nota!!!!!!!

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  2. Excelente, felicitaciones!!! esta nota muestra la realidad en la rioja.

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