Diario de Chilecito - Es inhumano hacer
silencio, frente al atropello que lleva a cabo el gobierno riojano, sobre
quienes descubrieron que el "dios" del mal -al que muchos veneran por
dinero- sangra... y por lo tanto no es un verdadero Dios. Desde hace 15 días se
multiplica la difamación contra un periodista de la capital riojana, por
haberse atrevido a cuestionar una posible corrupción encarnada en el poder del
gobernador y sus funcionarios.
Desde el aparato de
propaganda del gobierno (5 medios de comunicación) financiados con más de 1
millón de pesos por mes, se ataca la persona del periodista radial de la ciudad
capital de todos los riojanos, Enrique "Carin" Lanzillotto. Un
veterano que conduce la mañana radial de la emisora de FM América 94.1 de la
misma ciudad capital.
Con títulos que apelan a desacreditarlo frente a su audiencia y los lectores de su página web -por donde una gran fracción de los pueblos de nuestra Rioja pueden expresarse- desde el gobierno pagan una enorme cantidad de dinero -entre otras cosas- para destruirlo.
En La Rioja no existe la ley de medios. En La Rioja, no hay posibilidad de acceder a una Justicia imparcial si no se tiene relaciones en el poder. Pero aún así, en "esta" Rioja, cada día que pasa hay más ciudadanos que se ponen de pie para decir basta.
Referido al tema puntual del periodista Lanzillotto. Las instituciones que deberían corroborar la denuncia de la que se lo acusó por cobrar un sueldo de 5 mil pesos sin trabajar como Docente, actuaron a la velocidad de la luz y le suspendieron su sueldo.
Aunque el periodista aseguró cumplir su trabajo a través de proyectos, que el mismo Ministerio de Educación de la provincia le autorizó. Y aunque en su situación existen más de mil casos en la provincia, según lo anunció el titular de AMP (Asociación de Maestros y Profesores de La Rioja), Rogelio Deleonardi, desde el gobierno y su aparato de difamación se encarnizaron en destruirle su imagen, sin darle tiempo a la Justicia y las instituciones de avanzar en una investigación. Mucho más, teniendo en cuenta que el gobierno puede manipular a cuanta institución se le ocurra, para acelerar la investigación.
Nada se dice del mismo periodista Lanzillotto que decidió perder su pauta oficial de $8 mil, por no traicionar a su audiencia. Si una persona es corrupta, lo es con 1 peso o con 100 mil.
La dignidad de Lanzillotto pudo más y decidió seguir su camino como comunicador.
Respecto a la celeridad de la Justicia: El pueblo no tiene la misma suerte que el poder y los periodistas que se animan a cuestionar, tampoco.
¿Qué pasaría si el gobierno descubriese que funcionarios relacionados a su gobierno y que manejan millones de presupuesto por mes, se otorgan publicidad en sus medios de comunicación y se pagan a ellos mismos? ¿Avanzarían con la Justicia? ¿Permitirían que la denuncia tomara Estado Parlamentario en la Legislatura provincial? ¿Utilizarían al resto de sus medios carniceros para destruir la imagen de un funcionario de su mismo gobierno? ¿Le pedirían su renuncia? ¿Harían lugar a un juicio político?
Hay hechos de corrupción comprobados en esta provincia, que ningún miembro de la legislatura se anima a presentar, por miedo a perder su carrera política. Lo mismo sucede con la Justicia riojana, que en vez de abrir un ojo y mirar para otro lado, debería accionar frente al poder que hace y deshace sin que nadie los pueda cuestionar.
Es que durante mucho tiempo se instaló que en esta Rioja, al que se animara a mover un dedo en contra del dueño de la misma, se lo persigue y se lo destruye.
Sepa el poder, que somos
miles los ciudadanos, profesionales, periodistas, trabajadores y desocupados
que no tenemos miedo. El miedo se alimenta de sí mismo y eso es lo que busca
este gobierno.
Nada dijeron esos medios
que integran el aparato de propaganda financiado con más de 1 millón de pesos
por mes, de los desastres e irregularidades que técnicos especialistas en
empresas -contratados por el mismo gobierno- descubrieron en sus SAPEM. No
pueden hacerlo. Si hablan, tienen el pánico incurable de dejar de cobrar.
Con esto no estamos vapuleando al periodismo. Sí estamos preocupados porque la profesión periodística está siendo acechada por políticos corruptos, que buscan tener el control sobre la palabra que se escribe y pronuncia en los micrófonos.
Desde estas líneas, apelamos a las autoridades nacionales, los entes de control de los medios, los referentes de la nueva ley de medios que tanta efectividad busca en Buenos Aires; al foro de periodismo (FOPEA) y a todas las instituciones que se encargan de proteger la libertad de expresión y de prensa, junto a legisladores nacionales como Diputados y Senadores... hagan algo urgente!. En La Rioja la situación se está yendo de las manos, mientras ustedes también miran para otro lado.
Apelamos a vos también lector. Copiá y pegá esta nota en tu muro de Facebook o Twitter. Difundilo a través de tu lista de contactos por mail, o simplemente con tus palabras donde quiera que vayas. Al verdadero poder lo tenemos los ciudadanos. Tus palabras pueden contarle al mundo la realidad que se vive en La Rioja.
Por otra parte. Es triste el silencio cómplice y frio de gran parte del periodismo riojano. Nuestros derechos como periodistas están siendo pisoteados por políticos. No podemos permitir que ningún político ponga sus manos en nuestros oficios.
Si el periodismo se une, esta ola de abuso se detiene. No podemos permitir que den un paso más. Hoy le toca a Lanzillotto. Mañana puede tocarnos al resto.
Cientos de periodistas que conocen lo que todos conocemos, están viendo a su colega en el piso. Golpeado. Sangrando... y nadie dice ni una sola palabra.
Debemos unirnos, reunirnos.
Organizar un foro de discusión y avanzar con todas nuestras fuerzas, contra
quienes se abusan del poder asignado por el pueblo, para silenciar las palabras
que cuestionan sus desmanejos.
Para este gobierno, millones y millones de pesos diarios están en juego. Por eso se contratan "patotas" de desinformación para patear, escupir, humillar y maltratar al periodismo que no vendió su posición frente al reclamo más justo que se vivió en La Rioja, durante al menos los últimos 30 años.
Los periodistas que hoy son perseguidos podrían estar bien. Ganar miles de pesos extras cada mes. Pero eligieron plantarse y decir: "Escribo y digo lo que pienso. No puedo ir en contra de la sociedad que me escucha, mira o lee". Por culpa de esa decisión que está en la humanidad desde nuestra construcción genética: libre albedrío, hoy son perseguidos y desacreditados.
La responsabilidad es nuestra. Nosotros lo permitimos. ¿Hasta dónde los dejaremos llegar?
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