Por
Alejandro Romero - Ni
Menem, ni Maza, ni Beder, ni juntos ni
enfrentados, o por separado, han dado respuestas de fondo a las problemática de una provincia como La
Rioja, que en sus espaldas carga un ya histórico ostracismo político y productivo. Cuesta creer que de esa escuela de políticos,
provenga solución alguna; cuesta creer
con la razón, y quizás no es justo hacerlo para siempre.
No hace falta demasiado análisis para
entender que la realidad de la rioja esta empantanada en los flagelos que la
aquejan desde tiempos remotos. La crisis económica productiva, la crisis de credibilidad
en los representantes del estado, son
las condiciones en las que se desenvuelve la agenda y el relato de política
oficialista, y también el derrotero del pueblo riojano. Lejos esta dicha agenda, de reflejar o dar
respuesta al malestar de buena parte de
la masa de trabajadores del estado, quienes siguen precarizados
bajo un régimen de sub-ocupación.
Para ellos no parece haber un
horizonte con esperanzas, ni en el
oficialismo, ni en las omnipresentes alternativas tradicionales. También están fuera del debate, las economías regionales, la salud pública y otros tantos ítems que integran nuestro
déficit social.
Estas realidades no encuentran asidero en la agenda oficial, ni tratamiento publico en los medios de comunicación
tradicionales, quienes en sus secciones
de política reflejan solamente las disputas internas del poder, dejando de lado,
o escamoteando, el debate de verdadero interés publico.
Y la verdad es que, fuera de los sucesos politiqueriles que ofrecen los eternos
representantes del estado, muchos de estos dueños de sus propios medios de comunicación, no se
ofrece mucho más. De esta manera
el relato oficial de la política riojana no pasa por otro lado que no
sean las disputas internas por las posiciones de poder.
Fuera de la obra publica o el plan federal de
vivienda, de carácter nacional, cuyo rédito
se han adjudicado como propio los
representantes locales, cuesta reconocer las virtudes de este y anteriores
gobiernos, o de toda una generación de la clase política riojana y sus socios,
que ha permanecido en la esfera de poder desde hace tiempo. Ni Menem, ni maza,
ni beder, ni juntos ni enfrentados, o
por separado, han dado respuestas de fondo a las problemática de una provincia como La Rioja,
que en sus espaldas carga un ya histórico ostracismo político y productivo. Cuesta creer que de esa escuela de políticos,
provenga solución alguna; cuesta creer
con la razón, y quizás no es justo hacerlo para siempre.
También es verdad que nuestra provincia como
otras del interior padecen, en esta materia, históricamente, la indiferencia
del estado nacional, que peca de ser federal solo en lo discursivo, y que al final
somete las economías del interior al antojo de los intereses de la capital y
del capital.
Aquí quisiera abrir un paréntesis para
comentar al lector, lo reconfortante que
es encontrarse con autores de la talla de Eduardo Alipio Paoletti, historiador,
periodista, fundador del diario el independiente y su cooperativa, que ha
querido y amado estas tierras, al punto de costarle el exilio; y quien lucidamente a principios de década del
70 compendió a través de sucesivas publicaciones
en el diario el independiente, “Cien Años de Colonia- 1870 - 1970 - , Un siglo
de historia argentina ”, un reconocido ensayo
critico de la historia política económica de nuestra provincia, en el contexto
nacional, En el registra con precisión, el rol de nuestra provincia en la economía
nacional, en los distintos bloques históricos del siglo pasado, desnudando la
destrucción de la economía local, la
explotación y devastación de recursos, y
También la subordinación de la
clase gobernante, a las políticas centralistas. Es en verdad el autor y su obra
un hito en la identidad de resistencia de la historia de nuestra provincia. Por lo tanto este
columnista no duda en recomendarlo.
Así es como llegamos a estos días y la cuestión
de la producción sigue siendo el centro de las expectativas, pero no el centro
del debate. Y es en este contexto, que
hace no mas de un año apareció, el acrónimo SAPEM, no como resultado de debate
y de consenso, ni como plataforma de campaña, tampoco como plan estratégico
productivo, sino como una forma de recuperar de manos privadas, lo entregado por la misma generación de políticos
años atrás, en pleno auge menemista, cuando se privatizaron todos los servicios
y empresas del estado. Lamentablemente
no podemos decir que esta vez será para ponerlas en manos del estado, sino para ponerlas nuevamente en manos privadas,
las que sin inversión alguna, se
reservan el derecho de dirigir las inversiones del estado, o sea nosotros. Ponemos la inversión y las perdidas, y las manos privadas
la administración, mucho mas no se sabe. Lo único que puede entenderse y debe
entenderse, según sus promotores, es que esta es la política productiva de este
gobierno, el plan para ganarle a la desocupación, todo esto en medio de la crisis
de credibilidad que todos conocemos. Luego aparecerían en cascada, muchas
inversiones del estado, o de todos nosotros, siempre con la misma lógica. ¿Qué lectura
debemos hacer? , mucho más no se sabe.
La verdad es que la falta de transparencia,
el manejo discrecional, la improvisación son el otro lado del relato oficial,
vendido como único, y que cae con su
propio peso.
Tamaña desilusión la de los miles de
integrantes de cooperativas emprendedoras, con compromiso social y político,
que vienen planteando sus alternativas políticas
de producción desde hace mucho, que
pelaron contra la enajenación de las empresas del estado en los 90, y que hoy
ven como el relato oficial en nuestra
provincia, los pasa por encima. Mas desilusión aun, para los sectores progresistas
que tenían y mantienen esperanzas en el
proyecto nacional y popular, cuando ven como
el alo progresista del
oficialismo nacional, se diluye al llegar
a las provincias de la
Argentina profunda.
Sin embargo el relato oficial, no es el único
relato, también esta el otro relato, el que silenciosamente resiste las
afrentas. El relato de quienes creen que es necesario construir poder popular,
y en ellos quizás es que reside la esperanza. Están ellos y sus medios, para
sostener su relato, pero también estamos nosotros, con nuestra voluntad y
convicciones, y ya no tan silenciosos.
"que quede claro que cuando hablamos de pluralidad no hablamos de abrazarnos con los que saquearon y fundieron la patria" Nestor Kirchner.
ResponderEliminarClaro, ustedes son de buenos, para ROBAR son buenos!!!!!!!!!!( Frente Transversal) el día que hay elecciones les tiran unos mangos y se olvidan de la "democracia", ustedes tienen un gran problema, es CULTURAL, se venden por monedas y viven pidiendo y pidiendo, no tienen y no saben lo que es DIGNIDAD, salvo muy pocos que conozco en La Costa.
ResponderEliminarMuy bueno el artículo,pero la realidad hay que verla, pongan un espejo y digan lo que ven SINCERAMENTE, acá no solo hay que poner ideas, hay que poner LA CARA y salir de esta situación, con GENTE HONESTA, para corruptos SOBRAN!!!