miércoles, 10 de octubre de 2012

CON LA SONRISA DE CARLOS


Diario de Chilecito - La construcción del poder político partidario dentro del peronismo riojano siempre estuvo cargada de riñas, acusaciones, estrategias y golpes bajos. Los viejos peronistas suelen decir que cuando ellos se pelean, son como los gatos: se están reproduciendo. Ahora -pensando sólo en votos- Beder busca ganar el PJ riojano, usando a Menem como en las pasadas legislativas.
 
A poco de las pasadas elecciones legislativas, nuevamente buscan que aparezca en escena el jubilado ex presidente de 82 años, Don Carlos Saúl Menem.

La peor consecuencia del menemismo no fue la catástrofe de "su plan de convertibilidad" (donde se mentía que 1 peso era igual a 1 dolar); sino la nefasta instalación de la cultura neoliberal y la peor de sus ideas: anestesiar al pueblo con banalidades, donde da igual que nos gobierne un corredor de F1, un cómico teatral o un cantor del club del clan, contra la dignidad del ciudadano responsable, burlando la actividad de jóvenes estudiantes secundarios, capaces de llenar las plazas de La Rioja o de Chilecito, con militancia verdadera, sin haber votado todavía por su edad, pero defendiendo causas superiores. O simples adultos trabajadores, que no se resignan a ver política bajo una garra apropiadora de la Cosa Pública. O de la del Menem de los 90 que indultó a los genocidas -hoy procesados por la Justicia Federal en La Rioja-. Ellos y sus SAPEM de cuño político mafioso. Siempre ellos: desde 1983 hasta la fecha. Casi 3 décadas… y todavía quieren yapa!

Lo cierto es que desde la constitución del Partido Peronista (desde el 70 llamado Justicialista), los cargos de la conducción estaban reservados para los verdaderos militantes que demostraron en la resistencia, el trabajo de base, la formación doctrinaria y la lealtad... los valores y el temple para ser dignos de conducir a sus propios compañeros “sin que se sientan instrumentos de la ambición de nadie porque cada uno de ellos lleva en su mochila un bastón de mariscal”, palabras del fundador del Partido.

Hoy los peronistas riojanos tienen que elegir a quiénes los conducirán partidariamente, pero la Casa de Todos ya no es de Todos sino la Casa Cerrada. Las Unidades Básicas desaparecieron. Ya no existe trabajo militante de base y no hay ejemplo de lealtad partidaria, porque todos se cruzaron de veredas para alcanzar sus ambiciones y hasta fueron candidatos de partidos provinciales de todos los tamaños, que menguaron el caudal electoral del PJ, e incluso que lo llevaron a su única derrota en la historia.

Haciendo memoria, Beder Herrera con su Frente del Pueblo (operado políticamente por Javier Tineo, originariamente afiliado al Partido Comunista hasta que conoció las playas de Carilo con las mieles del poder) conquistó la gobernación en 2007 derrotando a la estructura armada a través del Justicialismo y le quitó el invicto. Así de contradictoria la historia, quien hizo hundir las narices en el polvo al PJ es hoy quien cree ser el hombre con más méritos para conducirlo. ¡Y bueno… “en el país de los ciegos, el tuerto es rey”!

De todos modos, Beder sabe que para ganar hacen falta votos y que con el aprovechamiento del estado de necesidad de la gente, a la que se la compra con un colchón después de la veda no es suficiente. En la Capital (distrito más importante cuantitativamente. Más del 50% del padrón electoral de la provincia) tendrá que remar contra el gitano Quintela y sus huestes; pero además, Beder no es querido por el peronismo histórico (jubilado y resentido por tanto ninguneo) ni por las punteras que hacían ganar las elecciones a Menem y de las que el gobernador supo decir despectivamente que "sólo sirven para hacer empanadas" y las desalojó de la sede partidaria, para reemplazarlas por modelitos teñidas, más parecidas a las amiguitas de Liliana Medina que a las de Pancho Dotto, pero con trajecito sastre, como para que parezcan secretarias ejecutivas.

Beder Herrera no sólo hizo derrotar al PJ, cuando al PJ lo conducían los restos de Maza, sino que incluso encontrándose él mismo al frente del Partido, autoproclamado con la anuencia de un Congreso partidario con mandato vencido, lo llevó a la derrota en la pasada elección en el estamento de Senadores Nacionales, apostando las fichas para que Menem gane desde afuera con un partidito muleto y por otro lado catapultó a la Cámara de Diputados de la Nación a Javier Tineo, esta vez sí por el frente que componía el Justicialismo derrotado en Senadores, aunque Tineo haya sido el caballo de Troya que desde la propia lista oficial propiciara el corte a Teresita Luna. 

El premio para Tineo fue su victoria frente a Griselda Herrera y así el peronismo le regalaba los laureles al dirigente bederista más antiperonista que el bederismo tiene en sus filas. Griselda Herrera recibirá ahora con creces su compensación: Seguirá en la estructura del PJ, a pesar de su origen alfonsinista, su afiliación a la UCR (en la época que actuaba por la fuerza de las convicciones y no por la escrupulosidad de las ambiciones) y su pasado mazista.

Teresita Luna sigue mordiéndose los dientes. Siente ser merecedora de ocupar la Presidencia del PJ Capital o una Vice Presidencia en el Consejo Provincial, pero esta vez Beder le salió con una carta parecida a la de la elección anterior y quiere jugar con el desgastado Menem.

Es que nuestro gobernador, piensa que Menem con su (vieja) sonrisa y su carisma, más allá de la senilidad y su escasa labor parlamentaria,sigue siendo el único amuleto de la suerte para desbancar a su gran preocupación: Quintela. Fue Menem el único que lastimó al quintelismo en la capital con su batallón de nostalgias y excentricidades y sienten que no hay en el catálogo bederista otro que pueda hacerlo. Al ex cura Pocho Brizuela no le da ni aunque se ponga nuevamente la sotana y a Titi Bosetti, ni con 10 radios. Además ninguno de los dos son afiliados peronistas. Pocho por su pasado clerical no podía serlo, aunque su familia tenga raíces en el Peronismo Histórico y en Montoneros; y a Bosetti, nunca le importó la militancia política y entró al ruedo, sólo por negocios. 

Con respecto a Menem, es difícil que después de haber sido Presidente del PJ Nacional ahora baje hasta la Planta Baja de la estructura partidaria y si recordamos su frase “quien fue obispo, no vuelve a ser cura” esto sería inviable. De todos modos, no son las palabras las que atan a Menem, sino estaría en otro lado y no siendo funcional al kirchnerismo.

El tema es hasta cuándo Don Carlos permitirá que Beder lo use. La campaña pasada el anciano fue expuesto hasta el límite, obligándolo a sonreír, posar para las fotos, caminar y visitar viejitas del fan club menemista.

Y aunque lo único que le quedó de aquella década infame de los 90, es su mirada… Beder -necesitado como nunca antes de aliados- usará otra patraña parecida, dibujándose como heredero junto a su senil patriarca, para levantarle la mano como presidente departamental del PJ.

Así están las cosas y el desafío de la conducción provincial del PJ es fundamental para Beder en su voluntad re-reeleccionista. Quiere seguir en el 2015 y necesita estructurar la tropa. Por lo pronto, tiene el fraude listo, sin miedo a ser expuesto porque al Tribunal Electoral lo encabeza su propio Asesor General, el ultra megaminero Duran Sabas. 

Mientras tanto, la trampa está orquestada: Si hay lista opositora, se borrarán padrones y desaparecerán varios votos. Y si la lista es única, intentará vencer la pereza inflando las urnas, aunque voten hasta los muertos. 

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