Por
Juan “Alilo” Ortiz - El 25 de mayo de 1810 más que hablar de
Revolución tendríamos que decir Emancipación. Parece que tales criterios no
eran nuevos en Castro Barros. Ya los había planteado el 25 de mayo de 1813 en
La Rioja durante la ceremonia con que autoridades y pueblo celebraron el tercer
aniversario del Grito de Mayo “Si hasta aquí hemos sido esclavos, rompamos la
carta de nuestra esclavitud, y si sólo hemos sido unos párvulos, hechos ya
varones perfectos emancipémonos políticamente y tomemos estado entre las
naciones del mundo”.
REVOLUCIÓN
O EMANCIPACIÓN
Hace unos días estuvo en La
Rioja el profesor de Historia Enrique Manson. En el marco del seminario
“Historia de la causa nacional, popular y federalista”, fundamentó que más que
hablar de Revolución de Mayo de 1810 tendríamos que decir emancipación. A modo
de explicación, dijo que lo que se buscó no fue tanto el enfrentamiento de un
pueblo oprimido contra su conquistador cuanto la actitud de alguien que,
llegado a una cierta edad, se va de la casa paterna y decide construir su vida
por cuenta propia. Vale decir, los patriotas entendieron que había llegado la
hora de hacerse cargo de los destinos de la tierra que habitaban. Tal idea me
hizo recordar una frase de Castro Barros en Tucumán: “Si hasta aquí hemos sido
esclavos, rompamos la carta de nuestra esclavitud, y si sólo hemos sido unos
párvulos, hechos ya varones perfectos emancipémonos políticamente y tomemos
estado entre las naciones del mundo”.
Y en otra parte dice “Me he
propuesto electrizar de tal modo los ánimos de mis amados compatriotas en orden
a la defensa y sostén de la Gran Causa de América, que a imitación de los
religiosos Macabeos prefieran antes la muerte al dolor de ver el exterminio de
su Patria”. Tal la conclusión a la que llega, luego de haber hecho un
pormenorizado análisis de la situación que estaban viviendo y que ameritaba la
declaración de la independencia. Afirmo esto después de haber estudiado el
texto del sermón en mi trabajo (año 2006) “Castro Barros y el Congreso de
Tucumán”.
25
DE MAYO DE 1813
Parece que tales criterios
no eran nuevos en Castro Barros. Ya los había planteado el 25 de mayo de 1813
en La Rioja durante la ceremonia con que autoridades y pueblo celebraron el
tercer aniversario del Grito de Mayo. No estará de más señalar que el
Triunvirato hizo llegar sus felicitaciones al autor de dicho Sermón Patriótico,
lo que significaba saltar a la palestra a nivel nacional.
Lo primero que llama la
atención es el epígrafe del sermón, la frase que de alguna manera subyace como
“idea madre” de todas las ideas que el autor va a desarrollar. En este caso lo
saca de la Biblia y es el siguiente: “Se han hecho constantes y resueltos a
morir por las Leyes y por la Patria”, conceptos del libro de la Biblia
referidos a los hermanos Macabeos en su lucha para devolver la libertad al
pueblo de Israel avasallado por el rey Antíoco, sucesor de Alejandro Magno.
En el largo exordio, Castro
Barros no hace más que poner de relieve que estas actitudes han sido encarnadas
por los gestores y actores del 25 de Mayo de 1810. También es de observar que a
estas actitudes heroicas de los Macabeos, revividas por los patriotas, Castro
Barros las volverá a invocar cuando se refiera a Facundo Quiroga. Según el
testimonio de Sarmiento en Recuerdos de Provincia “andaba de pueblo en pueblo
encendiendo las pasiones populares y ensanchando el camino a los bandidos como
Quiroga y otros, a quienes llamaba Macabeos”.
Además de este exordio,
Castro Barros divide el sermón en dos partes para referirse a dos elementos
fundamentales si se pretende construir una Patria nueva. Para ello abundará en
la cita de textos bíblicos (50 veces) y en el trabajo “Apuntes para una reforma
de España” que en 1797 Victoriano de Villaba había elevado al rey de España,
advirtiéndole “si no cambiamos de política aquí se va a producir una revolución
y vamos a perder la América”. Datos que dan cuenta elocuente y suficientemente
de su preparación intelectual.
En cuanto al primer tema
abordado por Castro Barros, podríamos resumirlo diciendo “si queremos Patria,
debemos darle al hombre la posibilidad de trabajar”, porque sólo así podrá
cumplir con el mandato bíblico “ganarás el pan con el sudor de tu frente”,
porque el trabajo te dignifica como persona al convertirte en socio de Dios en
la construcción del mundo. Si estuviésemos en una cancha de fútbol, diríamos
que la hinchada señala que para ganar el partido hay que sudar la camiseta, sin
depender de los errores del equipo contrario o de los favores del árbitro.
Castro Barros lo dice con estas palabras “LA
VERDADERA PATRIA DEL HOMBRE NO ES DONDE NACE, SINO DONDE PASTA”, concepto
muy agrario para señalar que al alimento se lo debe conseguir trabajando el
campo. Conceptos sobre los que volverá en 1815 al señalar, entre otras cosas,
“desde la irrupción de los españoles en nuestra América, ya los americanos,
particularmente los indios, no han sido propietarios de sus tierras, de sus
manos, de sus pies y ni aun de su propio sueño. Es verdad que se les ha
franqueado trabajar las minas y desentrañar los ingentes tesoros que encierran
nuestros cerros, pero todo ha sido para engrandecer la Península y saciar la
codicia española”.
Al segundo tema lo aborda
desde este principio: “Si la aplicación al trabajo corporal es tan propia al
hombre, con cuanta mayor razón habremos de emplearnos en aquellas otras tareas
que de suyo traen mayor utilidad al hombre y a la sociedad. Tal es LA EDUCACIÓN DE LA JUVENTUD. La
felicidad de los pueblos, los progresos del Estado y aun de todo el universo,
penden en cierto modo de este principio”. Por eso, el 25 de Mayo de 1815, en
Tucumán, hará en base a este principio una crítica contundente al referirse a
“la escasez de ciencias en que nos ha mantenido España para perpetuar nuestra
servidumbre bajo el poderoso garante de la ignorancia”. En otras palabras,
cuanto más ignorante sea el pueblo más fácilmente será dominado y explotado.
CONCLUSIÓN
Todo esto y mucho más
recordé cuando lo escuché al Prof. Manson decir que deberíamos hablar de
EMANCIPACIÓN más que de REVOLUCIÓN. Además de compartir el pensamiento de
Castro Barros con quienes celebramos este día tan sagrado como el 25 de mayo,
deseo comentar que ya entró en nuestra Legislatura la propuesta para que se
haga cargo de la impresión y difusión de este Sermón Patriótico que cumple sus
200 años. Además de la importancia que tiene el conocer lo que Castro Barros
dijo aquel día, sostengo que tiene que haber motivado su elección como diputado
ante la Asamblea del Año XIII. Recordemos que hasta ese momento quien ocupaba
la banca riojana era José Ugarteche, paraguayo de nacimiento y abogado porteño
de profesión, por el simple hecho de ser amigo de Francisco Ortiz de Ocampo. De
paso, bueno sería que vayamos preparando alguna celebración para el 26 de enero
de 2014, día en el que Castro Barros entró de lleno a ser el portavoz de los
riojanos como diputado.
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