Situación de Fábrica de Dulces “La Paila”

En Pinchas funciona desde hace varios años una pequeña empresa dedicada a la producción de dulces. Una serie de avatares de tipo económico hoy pone en peligro la subsistencia y el trabajo de cinco costeños que apuestan todos los días al trabajo genuino.

Hace un par de días Sergio Destefani, dueño de La Paila, comentaba la situación en los micrófonos de Radio La Bocona.  Los percances empiezan por la rotura del vehículo para reparto, el costo de los insumos de producción, la falta de pulpa para hacer el dulce, entre otros. Valga la aclaración de que este emprendimiento produce 6000 kilos de pulpa de membrillo por mes. Alberga a cinco trabajadores del pueblo y en época de cosecha seis más. En estas circunstancias son los proveedores de dulce de membrillo de Casa Berchia, Supermercados Mayor y de mermelada repostera a Casa Perrachione. 

Mermelada de membrillo

Este clima de crecimiento sostenido con ausencia de capitales para invertir en maquinaria u otras necesidades corre serio riesgo de desmoronarse. Actualmente han suspendido a un empleado y los otros dos restantes no cobran el sueldo. Poseen pocas máquinas y afirman que sería una pena bajar el rendimiento. Han logrado instalarse en el mercado riojano y superar la competencia de otras provincias.

En este marco los responsables de la empresa decidieron acudir al gobierno. El derrotero trazado para solicitar ayuda comenzó por el concejal Raúl Sufán, oriundo de  Pinchas (y dueño de la YPF que también puede cerrar sus puertas), que ninguneó como es su costumbre, primero mostrándose dispuesto y luego diciendo que no. La misma suerte corrieron con el Secretario de Producción Cristian Baigorrí. 

Proceso de elaboración de dulce de membrillo en pan

También solicitaron un crédito blando al gobernador. “No queremos que se nos regale nada” dice Sergio. En cuanto a las garantías que les piden para obtener un préstamo son imposibles de acreditar. Es una política de estado en argentina matar con los intereses a los pequeños productores. Pero sí hay dinero para que la Cámara Industrial y Agrícola de La Rioja (CAILAR) haya comprado el año pasado la bodega La Rioja, pagando deudas a productores por 1.200.000 pesos con fondos del estado provincial.

Mientras, la gente de La Paila dice no sentirse reconocida en su labor. No poseen capitales de ningún tipo. Además durante la cosecha compran toda la pulpa a los productores locales. “Duele” dice Sergio por los micrófonos de La Bocona.

En cuanto a las perspectivas necesitan comprar una tolva de 30.000 kilos, bombas de sólidos, ampliar el espacio para el almacenamiento de los dulces, una tamizadora  ya que actualmente usan la de la Escuela Agropecuaria en alquiler. También les  piden dulces desde Córdoba pero no pueden satisfacer la demanda.

Desde aquí esperamos que la situación delicada de los trabajadores de Pinchas pueda resolverse lo antes posible. Este es el escenario preciso para que los discursos levantados por los funcionarios sobre los estímulos y el desarrollo a la producción se conviertan en hechos.