-Tun, tun.
-¿Quién es?
-¡Soy yo, el Progreso!
-Disculpe, pero no lo conozco. ¿De parte
de quien?
-De parte del futuro.
-¡Ah! A ese tampoco lo conozco, pero
dicen que existe…
Por Félix
R. Guerrero
"El progreso empieza por la
creencia de que lo necesario es posible."
Norman Cousins (1915-1990), editor estadounidense.
-Tun,
tun.
-¿Quién
es?
-¡Soy yo, el Progreso!
-Disculpe,
pero no lo conozco. ¿De parte de quien?
-De
parte del futuro.
-¡Ah!
A ese tampoco lo conozco, pero dicen que existe. Lo que pasa es que una, con
tantas preocupaciones nunca se da tiempo
para mirar para adelante, y ese señor o señora, no se deja ver casi nunca
porque siempre camina en dirección ambigua. No se sabe si va o viene.
-Pero
venga, pase, no se quede ahí parado. Por lo menos usted parece buena gente,
aunque le garantizo, aquí en La Costa, no lo conoce nadie. Mejor dicho, los pobres
no lo conocemos. Los políticos parece que lo conocen muy bien, pero esos no
cuentan, son un puñadito.
-Gracias,
doña, muy amable. Mire, casi todo el mundo me confunde con el futuro, pero
somos dos entidades distintas: el futuro siempre va adelante sin importarle si
lo que hay en el devenir es bueno o malo, conveniente o inconveniente, oscuro o
claro. Es impersonal y desapasionado; en cambio, yo tengo una idea fija y soy
fiel a ella. Mi idea fija es que la naturaleza y los hombres evolucionen
perfeccionándose, sublimándose, caminando sin cesar hacia el futuro para que
los que estén por venir puedan vivir mejor.
El
dejar hacer (laissez faire), es contrario al progreso. Deja obrar al tiempo,
dice el diablo gobernador a Juan, pero el tiempo, tan solo el tiempo, sin ayuda
verdadera el tiempo socaba, corroe, desgasta, envejece, destruye en definitiva
y definitivamente. El futuro es el tiempo por venir, pero está separado del
presente y del pasado por menos de millonésimas de segundo o por una eternidad.
Eso depende.
¡Pueblo
de La Costa, dejad hacer a vuestras autoridades sin interpelación, y no veréis
nunca al progreso. Al futuro lo veréis, pero a un futuro cerrado, oscuro,
desastroso!
-Mire
don, ya se me lo ha puesto filosófico y no le entiendo ni un comino y no nos
vamos a poner de acuerdo. A mí me han dicho y me lo han hecho saber con
acciones y omisiones concretas como el hormigón pobre y mermado de las obras
públicas, que Progreso es cuando no hay justicia social, cuando se
manipulan a las Instituciones intermedias hasta hacerlas casi desaparecer,
cuando hay muchos planes trabajar y cuando se trabaja duro y traspirado
poniendo carteles hasta en el lomo de los chocos “para que la Costa crezca”,
“Gestión de fulanito”, etc. Y usted, tan prolijito, tan bien hablado, no se le
parece ni un poquito al “progreso” que yo conozco.
-Sí,
ya sé, la dura realidad supera a los más hermosos anhelos. De anhelos no se
vive, pero se es más gente, más espiritual, más humano.
-¡Místico
estáis, dijo Don Quijote viendo un costillar flaco!
-¡Creo
que me está tomando el pelo doña. Mejor me voy!
¡No
se vaya joven, usted es hermoso y corajudo! O váyase ahora y vuelva otro día
cuando una esté mejor preparada.
-De
acuerdo, volveré. ¡Chau!
-¡Chau
m’hijo y que Dios lo ayude!
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