Por Félix R. Guerrero - Pero lo nuestro es pasar. Según
se puede constatar a ojos vistas, el
pasado permanece, el futuro se aleja y nosotros nos vamos poniendo
viejos. Muchos costeños han muerto ya, pasando de elección en elección, sin
recoger otra cosa que el cadáver de sus esperanzas brutalmente asesinadas. La represa de Anillaco, aquella
bandera del progreso derrotada y pisoteada, sigue dando letra para el pasmo y la conjetura.
La historia que quiero
contarles, es una historia conocida, que al abrigo de las inclaudicables
esperanzas del pueblo costeño, o por pudor quizá, ha sido cubierta con un paño de conmiseración.
Pasan décadas y décadas y
aun no podemos cerrar un ciclo: todo está en ciernes: la esperanza y la
resignación conviven sin conflicto ante la impotencia social, la herida sigue
viva; la impunidad convive armoniosamente con la justicia y la razón.
Y la represa de Anillaco,
aquella bandera del progreso derrotada y pisoteada, sigue dando letra para el pasmo y la conjetura. La ausencia de
claridad en los manejos político-administrativos y el cerrado hermetismo con
que se manejan los fondos públicos, dan lugar a sospechas y conclusiones con
alguna probable aproximación a la verdad. Lo seguro es que el pueblo, con
amarga desazón, piensa, deduce y trata de construir un relato de aquellos
misteriosos acontecimientos que se nos
presentan en las narices.
Cuando estaba comenzando la
construcción de la muralla transversal que divide a la represa en dos, para la
cría del esturión (ese extranjero VIP oriundo de Mar Caspio, Azerbaiyán, Irán y
Rusia), el fachendoso encargado de la “piscicultura” Facundo Fredes, nos había
dicho, al borde de un colapso cardiovascular, que los preciosos esturiones
estaban por morirse por falta de agua y porque estaban creciendo y urgía
construir un lugar apropiado. Si bien esta situación no quitó el sueño a los
costeños, la novedad era perfectamente comprensible. Lo que no podía entenderse
era “qué” tenía que ver la municipalidad del departamento en esa construcción
de un emprendimiento privado, habiendo tanta vivienda que mejorar o construir
para los “sin techo” del departamento.
Lo que llevó a su clímax a
la sospecha y razonamiento de la vox populi costeña fue la caída de la premura
para evitar la asfixia de los peces osteíctios, ya que pasaron varios meses sin
que sea utilizada tan urgente obra.
Por esos días se había
publicado en varios medios la fotocopia de un documento del fallo del Tribunal
de Cuentas de la Provincia, en el que reclamaba al municipio de este
Departamento, la falta de rendición de más de un millón de pesos. Este asunto
se trató de justificar aduciendo un faltante de documentación y que estaba
siendo presentada. De ahí en más no se supo nada. La desconfianza popular ató cabos bien que mal y se dijo “esa
obra es para justificar parte del dinero faltante en la rendición”.
Si bien esta es una opinión osada y quizás equivocada, lo cierto
es que desde hace mucho tiempo, la impunidad y el engaño a que somos sometidos
sin interrupción los costeños y el resto de la provincia (recuérdese aquella
heroica defensa del medio ambiente, del agua y de la soberanía del recurso
minero por parte del entonces vice-gobernador Beder Herrera, defensa que se
trocó en fanático entusiasmo por la minería contaminante tan pronto derrocó al Gobernador Maza, su incuestionable
adalid), engendra este tipo de razonamientos.
El firmante piensa, previa
observación ocular carente de sustento técnico, pero con memoria histórica, que
tal vez la desgracia más concreta de esta mal parida y mal paridora represa y
sus modificaciones recientes, no dé otro
provecho que el de ser un testigo ocular y secular de la incapacidad e
improvisación de nuestros gobernantes locales y provinciales.
Una ruina más quedará y
nosotros pasaremos.
Sigue lo del eslogan: La Costa "Naturalmente" Hermosa... Naturalmente, porque no hace NADA
ResponderEliminarExcelente articulo. Excelentes consideraciones y la triste realidad. Como se aprovechan del pueblo manso. Ojala nos despertemos algun dia y demos una leccion en las urnas a todos estos chúcaros politicos que se creen indomables.-
ResponderEliminarsi los que vienen a votar en dpto son de aimogasta la rioja y cordoba acaso no saben el manejo de marcelo del moral
ResponderEliminartiene empleado de la junta electoral en la rioja que le carga los cambio de domicilio