Por Félix R. Guerrero - La
tarea de desmantelar el tejido político ratero
de nuestro gobierno provincial y departamental no nos debe arrastrar
por los caminos del pragmatismo hasta
los pies del enemigo eterno de la humanidad.
Mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire el pan con envidia,
el trigo no podrá dormir;
mientras llueva sobre el pecho de los mendigos,
mi corazón no sonreirá.
Manuel
Scorza
Hasta
aquí hemos llegado, tarde incierta de Octubre del 2013, rosando a la
desilusión, asestando golpes ineficaces a la adversidad, apostando al número
perdedor en esta quiniela infausta. Hasta aquí, compañeros. No lo digo como si
hubiésemos arribado a una meta lejana y definitiva. Esto es tan solo un alto en
el camino, como para ver cuántos somos, cuantos han quedado en el camino,
cuantos siguen marchando hacia la esquiva senda de la utopía.
Como
un lejano trueno, aun llegan los ecos de la Revolución Bolchevique del 17
Octubre, los diez días que conmovieron al mundo (John Reed).
Pero
el fragor de las guerras imperialistas, de sus estallidos financieros,
económicos, nucleares, ideológicos nos tienen aun aturdidos, en un estado casi
bestial, con sus lúbricas recetas de felicidad.
Siendo
cierto que en la evolución de la vida se aprecia una ascenso progresivo en
formas de “pensamiento”, también lo es que el pensamiento específicamente
humano es diferente en calidad al de otras especies con las que, sin embargo,
nos distancia sólo una diferencia de
poco más del 1% del total de genes. Es decir, una tan pequeña parte
cuantitativa significa un salto cualitativo tan sorprendente como la capacidad
de crear arte y ciencia, pero también muerte generalizada y una nueva extinción
masiva, incluida esta vez la de la propia especie humana bien como efecto de
una guerra total, atómica, química, bacteriológica, etc., con el uso de todas las fuerzas destructivas
creadas por el capitalismo y, después y de forma defensiva, por algunos países.
En
principio, estas reflexiones parecerían excesivas para la realidad de nuestro
departamento, tan pequeño, tan lejano a las “realidades del gran mundo, de allá
fuera”. Sin embargo, en este mundo globalizado económica, política y tecnológicamente, la Teoría del Caos parece
tener más vigencia que nunca: hoy, un voto mal puesto puede desencadenar un
estallido de poder oligárquico en las altas esferas del poder
político-económico del país con el consecuente retroceso de las conquistas
sociales ganadas en la última década. La tarea de desmantelar el tejido
político ratero de nuestro gobierno
provincial y departamental no nos debe arrastrar por los caminos del pragmatismo hasta los pies del
enemigo eterno de la humanidad.
Este
Octubre primaveral nos quita el sueño a muchos, por distintas razones, por
distintos intereses, por distintas ambiciones.
Que
este estallido de energía de la naturaleza, y esta vibración revolucionaria de
la historia nos den la fuerza y la claridad para salir del atolladero en que
estamos.
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