El
grupo de Entomología del CRILAR dirigido por el Dr. Patricio Fidalgo, junto al
Dr. Arturo Roig Alsina del Museo Bernardino Rivadavia de Buenos Aires,
describieron cuatro nuevas especies de avispas presentes en La Rioja, Este
descubrimiento fue publicado en septiembre pasado en la revista científica del
Museo Nacional de Historia Natural de Francia (Zoosystema).
Así se dio un paso
importante para el ordenamiento de muchos ejemplares colectados desde la época
del 1940 hasta la actualidad, y depositados en diversos museos de Argentina explicaron desde el CRILAR.
La Dra. Patricia
Diez, investigadora del CRILAR y primera autora de dicha publicación, explica
que "convivimos a diario con seres vivos de los cuales no tenemos noción. No nos
damos cuenta de su existencia ya que no nos molestan, como las moscas, o no nos
causan dolor o picazón como los mosquitos. Sin embargo no debemos olvidar que
todos los seres vivos cumplen una función específica e importante en la
compleja red ambiental que hace posible la vida en el planeta.
En nuestra región, de
montes áridos y semiáridos, existe esta particular familia de insectos llamada
Plumariidae. Estas son pequeñas avispas nocturnas, cuyos machos tienen alas y
pueden ser encontrados por cientos volando alrededor de la luz de las farolas;
mientras que las hembras, que no tienen alas, viven en forma subterránea y son
muy difíciles de colectar vivas.
Esta familia de
avispas presenta una distribución geográfica muy particular, ya que sólo se
encuentran en el Sudeste de África y en Sudamérica, encontrándose en nuestro
país la mayor diversidad de géneros. Esta distribución hace pensar que se originó
antes de la ruptura de la Gondwana. A pesar de ser elementos característicos de
las zonas desérticas y semidesérticas, es casi nulo el conocimiento que se
tiene sobre su biología y comportamiento. Hay indicios de que esta familia de
avispas son parásitos de otros insectos poniendo sus huevos sobre larvas de
coleópteros.
Una de las
principales preguntas es que hacen durante el día. Se pensó que eran efímeras,
viviendo sólo 24 horas, ya que en troncos, ramas, hojas, bajo piedras, etc. no
se las veía, casi como si se las hubiera tragado la tierra. Cuando se los
observó en el laboratorio, en terrarios de vidrio, de hecho se los tragó la
tierra, ya que las mismas se introducían en pequeñísimos túneles, dando indicio
de que los machos pasan las horas del día enterrados en el suelo. En el
continuo reto que representan estas enigmáticas avispas para la ciencia, aún
nos queda conocer el dato más importante: cuál es el rol que cumplen estos
insectos en nuestro ecosistema. En qué lugar, de aquella larga cadena de equilibrio
se desempeñan, ya sea colocando sus huevos sobre larvas de coleópteros o quizás
sobre larvas de mariposas, viviendo en comunidad con hormigas u otros insectos
subterráneos... Sin embargo sea cual fuere el papel que desempeñan, no hay que
perder de vista que estas pequeñas avispas están contribuyendo a mantener la estabilidad y el
equilibrio de NUESTRO LUGAR EN EL MUNDO."
Foto: Patricia
colocando trampas de luz en Anillaco para atraer los machos alados de las
avispas, capturarlos y llevarlos al laboratorio para su estudio. Las hembras al
ser no-aladas se capturan con recipientes enterrados en el suelo. En el margen
inferior-derecho foto de lupa de una hembra y un macho.
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