Pasa el tiempo como una melodía de lejos. Y deja huellas en la
historia. Viajamos a bordo de esa melodía recogiendo las hojas caídas
del acontecer humano. Miramos ese acontecer detrás de un micrófono, y
boquiabiertos, lo contamos. Y así pasa el tiempo. Radio La Bocona cumplió 4
años!
La Radio Comunitaria FM LA BOCONA, cumplió, porque mal que mal cumplimos, otro año de vida. No lo cumplimos para nosotros: hemos trabajado desde Anillaco, para toda La Costa, y para todos los oídos receptivos del mundo, es decir, para ti.
No negamos que
estamos más viejos, quizás más crecidos. Hemos llegado a este aniversario en la
cresta de la ola. A bordo de esta aventura viaja un locutor, un productor, un
operador de sonido, una columnista estrella, cinco periodistas, y cinco
fotógrafos; otros tantos colaboradores, una miríada de audiencia fiel, pueblos
expectantes y opinadores lectores del blog, completan, la tripulación.
Por eso estamos en la cresta
de la ola. Porque cada vez que tocan con saña las fibras sensibles de
cualquiera de los tripulantes mencionados, toda la dotación lo siente y lo
sufre, pero no se amedrenta, se encoje un poco, saca fuerzas de la flaqueza y
la fe, y estira con audacia el pie para dar otro gran tranco.
Libres de metáforas (pero no
tanto), habíamos viajado, parte equipo de la radio, hacia la localidad del
Cantadero, y de allí a las cumbres de sus cerros a ilustrarnos sobre la
minería, de la que tanto decimos, involucramos palabras y asumimos compromisos. Subimos y nos metimos a las
entrañas colosales de la montaña por los
socavones cavados con sudor y sangre y a mano limpia por los mineros de antaño. La mina había
parado hace ya varias décadas. Se sacaba de allí Wolframio, un mineral que se
usa entre otras cosas, para la resistencia de las lámparas eléctricas incandescentes.
Hemos visto un pueblo que se opone tenazmente a la otra minería. Allí están medidos por la rapiña, el cerrito “Pan de azúcar” y el cerro del oeste, cargados del uranio maldito.
Hemos visto un pueblo que se opone tenazmente a la otra minería. Allí están medidos por la rapiña, el cerrito “Pan de azúcar” y el cerro del oeste, cargados del uranio maldito.
Ese viaje fue un regalo
anticipado e impensado, para este cumpleaños. También hemos disfrutado de la
amistad de ese pueblo y el de los otros compañeros provisionales del viaje:
Walter y Martin.
Un abrazo a todos.
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