Como cada cierre de semana o principio de una nueva, nuestro
medio trata de poner a su disposición estas editoriales. El contenido de las mismas refiere exclusivamente
a la coyuntura política, y la idea es que usted tenga acceso, desde nuestro
enfoque, a los temas de la política que creemos más importantes.
La semana pasada pusimos gran parte de nuestra atención al relato oficial sobre federalismo y
producción, del contraste que este genera por su ausencia
en las prácticas y en la cultura política que corre. Cuando comparamos de
manera crítica la realidad con el discurso oficial y percibimos la distorsión
que este pretende implantar, es cuando
valoramos la historia y la memoria como herramientas imprescindibles para no caer
siempre en la misma.
Cargamos sobre las espaldas la
herencia política de más de treinta años de gestión liberal o menemista, con todo lo que esto
implica en materia de cultura política. Disculpen la insistencia aquellos que
siguen esta columna, pero esa es la
realidad desde la que nos toca analizar. Desde las consecuencias de este legado y
sobre su continuidad, mal que nos pese, es que arrancamos generalmente nuestros análisis
de coyuntura. Hemos hecho referencia, en ediciones
anteriores, al abismo que existe en la conciencia colectiva sobre la verdadera naturaleza de la gestión de
gobierno, y vinculábamos esto
con los créditos que toma el estado provincial, y observábamos como gran parte de la opinión publica interpreta que estos son fondos condonados de
nación, lo cual constituye una distorsión que aleja de la realidad y perjudica profundamente. O sea confunde
endeudamiento con mana del cielo.
Presupuesto 2013
Con el mismo sentido crítico sobre el relato oficial, para esta semana
creemos necesario prestar atención a los debates generados en torno a la Ley de Presupuesto 2013 y su inminente
aprobación por parte del poder legislativo, en la primera sesión de diciembre.
Salarios, salud, educación, producción, seguridad, son entre
otros son los ítems que componen el presupuesto provincial. Se pueden decir muchas cosas, se pueden prometer
muchas otras para contener el malestar ocasionado por el déficit estructural, económico que vivimos; se pude llamar a conferencia de prensa y
hacer los anuncios más rimbombantes pero
si lo que se dice no se refleja en el presupuesto, difícil de creer. Porque de donde no hay no se saca.
Es mediante esta herramienta
constitucional que se cristaliza de
manera plausible la voluntad política de nuestros gobernantes. Lamentable la realidad
es que planificación del presupuesto no
escapa a la falta de transparencia y al verticalismo de las instituciones, en ese sentido el presupuesto será armado de
arriba para abajo y conformando siempre a los de arriba.
Lejos estamos del presupuesto
participativo del que suele hablarse, porque la realidad dice que al mismo lo
definen unos pocos. Entonces: ¿Salarios dignos para la mayoría estatal
precarizada? Difícil que se trate en el presupuesto. ¿el seguro de salud que prometía con bombos y
platillos el ministro Luna Corzo en sus últimas
apariciones ?, bien gracias, el Ministro hablaba de un seguro para cubrir el déficit que existe en salud en nuestra provincia al mejor estilo ingles,
tan es así que de concretarse seria lo ideal y el Ministro merecería cubrir el mismo cargo en
nación y replicar la idea para
beneficio de todos los argentinos; pero
en las ultimas reuniones en diputados para hablar de presupuesto no se lo vio
tan convencido; Ni que decir de atención a la producción, que por afuera de la idea SAPEM que beneficia a
algunos pocos privilegiados, solo hay
para carros de pan casero.
Entonces volviendo a lo
anterior, decíamos que la vida política institucional de nuestra
provincia esta manejado por un puñado de políticos influyentes que responden, por sobre todo, al gobernador.
Este verticalismo de las instituciones existe a toda escala, puede aplicarse
a nivel nacional y también puede aplicarse en un pueblo como el nuestro
cuando observamos como es el funcionamiento del Concejo Deliberante.
Este manejo del poder esta muy
lejos del respeto a la institucionalidad, y es declamado y vulnerado por las mismas personas. Muchos
somos los que pensamos como revertir
esta cultura política desde abajo,
porque también estamos lo que luchamos por otra realidad y lo hacemos
desde el llano y creemos que esto también
se cambia con conciencia y participación, involucrándonos
desde un lugar critico, porque de nada sirve no creerles a los políticos, si
todo va seguir igual.
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