Por
Félix R. Guerrero - Al acomodarme a escribir esta nota para los
amables lectores del Blog de Radio Comunitaria La Bocona no estoy pensando en
un turbulento exordio, sino mas bien en solicitar vuestra gentil complicidad
para que conjuntamente le demos forma a estas piezas (las del título)
temporales, históricas y sociales que todos las conocemos porque son parte
esencial de nuestra cultura e historia cotidiana.
"Compañeros
del Ejército de los Andes: La guerra se la tenemos que hacer como podamos: si
no tenemos dinero; carne y tabaco no nos tiene que faltar. Cuando se acaben los
vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos tejan nuestras mujeres y si
no andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios, seamos libres y lo
demás no importa nada. Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta
ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje."
JOSÉ
DE SAN MARTÍN.
Tal vez podamos articular las mencionadas “piezas” y
podamos armar un relato valiéndonos de nuestra amistad, cercanía geográfica y
el noble propósito de aportar al desarrollo de una sociedad perfectamente
consciente de su naturaleza comunitaria y solidaria.
Este accidentado mes invernal (en este hemisferio),
comenzó a llamarse así en honor del emperador romano Octavio Augusto (Octavius
Augustus).En el antiguo calendario romano, el año comenzaba en marzo y el sexto
mes se llamaba sextilis pero, en el año 24 antes de nuestra era, Octavio
Augusto decidió darle su nombre y desde entonces sextilis se llamó Augustus
(Wikipedia dixit).
Durante las primeras semanas de Agosto, el viento Zonda,
andino e inexorable, estuvo sacudiendo nuestra memoria. Traía desde de Pacifico
aires casi olvidados, historias vivas, agitaciones trascendentes de muertes y
resurrecciones, de ciclos prefijados por la naturaleza creadora de cuanto
brota, respira, camina, reflexiona,
proyecta, crea y destruye (de esta última categoría volitiva nos cabe el dudoso
honor a los humanos, de ser lo más entusiastas
protagonistas).
Como el Zonda es el carruaje de esta nota, los invito a
que indaguemos de donde viene este poderoso apelativo de viento: “Huampi era un
joven huarpe fuerte y ágil que jamás erraba un disparo con su arco. Era
admirado por su pueblo. Llevado por su vanidad, subía las montañas matando
todos los animales a su paso solo por diversión; esto irritaba a Yastay,
divinidad protectora de los animales de las montañas, quien apareció ante él y
le dijo que la Pachamama no toleraba más sus actos y que si volvía a ellos
recibiría un gran castigo.
Al tiempo, Huampi volvió a sus andanzas. Pachamama se le
apareció dejando suspendida en el aire una flecha, la cual disparó y lo
envolvió en nubarrones de polvo arenoso. Dijo que había sido muy despiadado y
cruel y recibiría su castigo. Un gran remolino de viento lo alzó por los aires
y un viento caliente comenzó a alejarse del lugar arrastrando todo sobre la
tierra. Desde entonces, se dice, sopla el viento zonda cuando alguien desoye a
la Pachamama”.
En el vertiginoso vórtice del Zonda, pues, se han mezclado
los nombres de José de San Martin, Angelelli, y el de una señora muy conocida
de los riojanos: la pobreza. Hay una estrecha relación entre estos tres
actores: el gran General reclama a sus soldados a hacer la guerra libertaria
aun en pelotas si no hay ropa, como nuestros paisanos los indios; casi todos
hemos visto una enternecedora foto de Monseñor Angelelli sirviendo la comida a
un grupo de riojanos indigentes: esa práctica de la opción cristiana de servir
a los pobres le costó la vida.
En resumen, Agosto es un mes sensible en la historia de
nuestros pueblos; Don José de San Martin es la figura antagónica de los
militares golpistas; Monseñor Angelelli, un mártir de los pueblos y el viento
Zonda, un fenómeno de la naturaleza movilizador y sujeto ineludible del
equilibrio climático, puesto en alto riesgo en estos tiempos, que despliega sus
alas preferentemente durante este mes.
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