“Crezcan
como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que
permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la Revolución es lo importante y
que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces
de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en
cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”
Carta
Despedida a sus Hijos.
Por
Ex Presos Políticos de La Rioja – En un nuevo aniversario de
su asesinato, Ernesto Che Guevara sigue presente. Su pensamiento, su nombre y
su ejemplo revolucionario trasciende la epopeya de su lucha en el corto tiempo
que le toco actuar.
El Che sigue vigente hoy por
su valor, por su coherencia entre lo que pensaba y lo que hacía. Su lucidez le
permitió analizar y comprender el proceso histórico de nuestro continente y el
mundo entero más allá del momento histórico en el que le desarrollo su lucha.
La grandeza de su pensamiento podemos interpretarla desde sus propias palabras:
“Nuestra gran Humanidad ha dicho basta y ha echado la rueda de la Historia a
andar”.
Estos procesos nuevos en
América Latina, además de ser un desafío para los pueblos, están impregnados de
sus sueños. Pero también de la confianza y la certeza en la posibilidad del
triunfo de la lucha en nuestro continente por nuestra segunda y definitiva
independencia.
Su claridad y su convicción
para definir y señalar al enemigo común de nuestros pueblos de América y del
Mundo: El imperialismo. Hoy representado por el capital financiero concentrado
y por los monopolios. Saqueo de los recursos de nuestros pueblos, esclavización
y matanzas con el único fin de la acumulación y concentración capitalista monopólico
imperialista.
Y desde esa convicción y
claridad afirmar con decisión la necesidad de unidad como herramienta
fundamental para derrotar a un sistema basado en estructuras injustas.
El Che señala la posibilidad
y necesidad de esa unidad a partir de nuestro pasado común y nuestra historia
común para fundamentar el carácter esencial de esa unidad continental que
termine por asegurar el triunfo de las luchas por la liberación nacional y
social de nuestros países en el camino de la construcción de una sociedad más
justa y digna.
Su mensaje demoledor en la
Conferencia de Punta del Este desnuda la política del Imperio para ese momento:
La Alianza para el Progreso destinada a desviar y contener la lucha de los
pueblos que a partir de la Revolución Cubana tenían una nueva visión,
estrategia y referentes para derrotar la dependencia.
Ese mensaje y esa presencia
solidaria hace fracasar esos planes del Imperio y los pueblos continuaron su
camino de lucha hacia la liberación. Hoy, la política exterior del Imperio y
sus aliados tiene múltiples manifestaciones y rostros.
Pero una vez más podemos
recurrir al Che: “No confiar en el Imperialismo ni un tantito así. Nada” Es su
ejemplo y enseñanza el que nuevamente nos alerta sobre las conspiraciones
diplomáticas, económicas o abiertamente golpistas que a lo largo y ancho de América
buscan desestabilizar, desgastar con una intervención directa o encubierta.
Venezuela, Honduras,
Ecuador, Bolivia, Paraguay como antes Panamá y Granada son los ejemplos de que
el capitalismo, que enfrenta una crisis terminal, en su afán de supervivencia
no vacila ni vacilara en tratar de impedir por todos los medios el desarrollo,
consolidación y triunfo de las luchas locales y continentales por la libertad,
la dignidad, la autodeterminación y la soberanía de todos y cada unos de
nuestros pueblos.
Hacer realidad lo que el Che
soñó de joven y supo concretar como hombre. “No me hago a la idea de
imposibles” nos enseñaba mientras perseguía y luchaba por una Latinoamérica
unida y solidaria.- Por una América que recorrió, conoció y tomó de ella la
fuerza de los pueblos que luchan por lo que creen, por sus derechos, contra la
injusticia y la explotación.
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