Pasaron
décadas de silencio obligado, de miedo impuesto, de libertades coartadas y de
reelecciones oscuras. Ayer cientos de estudiantes se manifestaron en la plaza
principal exigiendo una universidad democrática. Despiertan las conciencias
dormidas bajo el manto de infamia en el que se sumió la educación superior en
nuestra provincia.
A eso de las 7 de la tarde, con un vientito
fresco, bajaron estudiantes de todos los departamentos de la UNLaR cantando y flameando
banderas de justicia y rebeldía. El despido arbitrario de decenas de profesores
pertrechado por el rector eterno, como lo llaman a Enrique Tello Roldán, fue el
detonante para que un grupo de alumnos se organizara en asamblea y empezara a
decir basta.
La movilización se fue armando con la llegada
intempestiva de los jóvenes, ansiosos de participar, de expresar. Párrafo
aparte la presencia de muchos viejos vinagres de la política a quienes nadie
reconocía como parte de la lucha. Los protagonistas fueron los estudiantes. Es
el mes de la juventud, de la
Noche de los Lápices, del día del estudiante.
Encabezados por una sola pancarta que rezaba:
Asamblea General de Estudiantes, marcharon por la plaza. Mucha gente se sumó:
profesores, gremios, asambleístas. Pidieron a toda La Rioja sumarse a su reclamo.
La marcha de casi 2000 personas llegó a las
puertas de la casa de gobierno donde Virginia Gorosito, la vocera del
estudiantado, leyó un comunicado reclamando por los docentes despedidos, más excelencia
académica, comedor universitario, boleto estudiantil, no más persecución al
alumnado, no a la presencia de fuerzas armadas como el BAO en la Universidad ,
democratización de las elecciones (diversidad de listas) y cambios de planes de
estudio.
La movilización finalizó cantando el Himno a
viva voz. Ahí mismo se anunció una nueva
asamblea para hoy. Dio gusto ver la plaza colmada de jóvenes estudiantes, no
pasando el rato o chateando, sino exigiendo el cumplimiento de sus derechos, denunciando
las injusticias cometidas en su institución, solidarizándose con sus
profesores. Mucha gente espera que sean el germen de una nueva época para La Rioja , donde la
participación sea una práctica cotidiana. Una provincia con más democracia y
justicia.
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