Luego
de las PASO y con las aspiraciones de poder por las nubes, el panorama político
continúa enrareciéndose cada día. Desde el oficialismo provincial, a pesar del
enojo del gobernador, no acusan recibo de la derrota electoral y parecieran
intensificar las prácticas históricas de corrupción, hoy sacadas a la luz más
que nunca. Ahora, Beder Herrera quiere enmendar las conductas de las cuales él
fue maestro.
A pesar del aumento de sueldo decretado días
antes de las elecciones los empleados públicos y muchos riojanos decidieron
decir que no a un gobierno carcomido por la ausencia de política pública,
sumido en hechos aberrantes y groseros de corrupción y malversación de
fondos y convencido de que el rumbo
tomado es el correcto, aún cuando La
Rioja ha dicho un fuerte no en las elecciones. Ya es casi
interminable la lista de tareas pendientes reclamadas por los ciudadanos de la
provincia, lo que deja en evidencia la incapacidad de resolución efectiva de
parte de la gestión gubernamental. Proyectos absurdos como los del Domo de 50
Millones no hacen más que poner en grado de efervescencia a un pueblo que vive
muy lejos de lo que merece.
Si bien es cierto que los medios y las
corporaciones opositoras hacen su buena tarea para demoler la imagen del
gobierno, la realidad es cada vez más dura e inocultable a los ojos de la
gente. Las administraciones nefastas generan las condiciones para que a los
vacíos de poder se los apropie, no el mejor y el más conveniente, sino el más
inteligente. La crisis al interior del bederismo es cada vez peor y parece que ya nada puede evitar el desmadre
de alianzas, tejidas sobre todo en base al manejo de los fondos. El peronismo
funciona como una jauría de lobos donde a los heridos se los terminan comiendo
los que vienen detrás.
De seguir con el mismo rumbo tomado hasta
ahora, las elecciones del 27 de octubre, a pesar de no poner en juego cargos
ejecutivos, pueden convertirse en un golpe fatal para el gobierno. Nadie da
señales reales al pueblo, talvez porque no está entre sus prioridades o
simplemente por incapacidad. Lo cierto es que los ciudadanos riojanos han
demostrado estar decididos a castigar a un poder que perdió los canales de
comunicación y de entendimiento hace rato.
Inteligente y necesaria reflexión.
ResponderEliminar