Monseñor Marcelo Colombo asumió el último
sábado como obispo de La Rioja, y anunció una pastoral que sigue los pasos de
su antecesor en el cargo, Enrique Angelelli, asesinado en 1976
durante la dictadura militar.
En su primera homilía al pueblo de La Rioja, Colombo se
presentó: "He venido para comenzar mi camino entre ustedes como el que
sirve", y recordó así las primeras palabras de Angelelli en su asunción
como obispo de La Rioja, en 1968: "Vine a servir y no a ser
servido".
Colombo, de 52 años, es abogado especialista en derecho
canónico y se desempeñaba como obispo en la diócesis de Orán, Salta.
La ceremonia contó con la presencia del arzobispo de San
Juan, monseñor Alfonso Delgado, y los obispos de Mendoza,
Catamarca, Azul, Quilmes, Orán y Córdoba, entre otros.
Colombo recibió el báculo de su antecesor, monseñor Roberto
Rodríguez, quien deja la diócesis tras haber alcanzado la edad límite para
su retiro.
"Un obispo sirve a su pueblo especialmente con el
testimonio sencillo de su propia fe", a través de sus palabras "pero
sobre todo de sus actitudes", remarcó el nuevo obispo de La Rioja, que
recibió un cerrado aplauso cuando recordó a monseñor Angelelli.
Y agregó: "deseo recordar al padre Enrique Angelelli,
cuya vida y entrega generosas son para nosotros semillas fecundas de nuevas
comunidades y de nuevos tiempos".
En la misma línea, hizo presente al ex obispo de Quilmes,
la "iglesia madre" de su formación sacerdotal, monseñor Jorge
Novak, "cuyo testimonio sigue siendo un faro que resplandece entre
nosotros", y prometió una Iglesia "franca, transparente y
responsable, y de puertas abiertas", "una iglesia samaritana llamada
a ponernos de pie".
Fuente: DyN
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