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- Tras
las denuncias de la diputada bederista Adriana Olima contra el sacerdote
famatinense, la iglesia riojana respaldó a su miembro. Los clérigos hablan de
persecución y censura. ¿Se repetirá la trama de silencio, persecución y castigo
por parte de "los medios" como en la dictadura?
Aunque
el tono de este planteo sugiera variadas lecturas. Sobre todo a pocos días de
haberse conmemorado el día nacional de la memoria, del NUNCA MÁS para no
repetir esas noches trágicas y oscuras de la dictadura militar de 1.976. No
podemos dejar de repetir que "lo que estamos viviendo en la provincia de
La Rioja, no deja de tener características similares a ese momento
histórico", pero en medio de un sistema que se dice ser republicano y
democrático, sin militarización al mando.
No
obstante, y por paradójico que nos resulte; hoy los protagonistas siguen
jugando los mismo roles. Por un lado, un gobierno que persigue, condiciona y
judicializa a quienes no acompañan su proyecto de desarrollo metalífero, o
político; como lo es gran parte de la provincia de La Rioja incluyendo en esta
al pueblo de Famatina.
Pero
también, hay complicidades extremas que forman parte "de otro ladrillo más
en la pared" y que pese a que conviven con la ciudadanía; responden en su
contra cuando viene la orden de arriba. Y lamentablemente, son algunas patas
importantes del Estado representados en el Poder Judicial (que permite este
tipo de estrategias y juega hasta que alguien se da cuenta), La Policía, que en
la mayoría de los casos se utiliza para reprimir el reclamo ciudadano.
El
poder Legislativo, indudablemente se define como un óleo de mala calidad,
porque más que pintado ni siquiera tiene un color partidario al que represente
más que los propios intereses particulares de sus miembros, situación que se ve
reflejada en los proyectos cotidianos y el silencio que hacen a temas como: la
situación sanitaria en nuestros hospitales, que diariamente reclaman insumos,
equipamiento y mejores condiciones laborales, a modo de ejemplo.
Pero
lo cierto, es que las irregularidades rebozan a la vista de todos. Cuando calla
el Tribunal de Cuentas. Cuando la Justicia mira para otro lado en hechos donde
las víctimas son los ciudadanos Y se expresan, como en el caso de la
mega-minería. Es decir, los organismos que debieran resguardar las condiciones
de pluralidad, derecho y equidad, pasan a ser simples actores de una función
que nunca ejercen.
Pero
el debate de esta problemática que nos afecta y de la cual habló la iglesia
riojana, tiene nombre y es Famatina, situación para nada descolgada con la
asunción del nuevo papa Francisco Primero, que encarnado en la figura del
cardenal Bergoglio, llegó para brindar aires de "compromiso con el pueblo
y los pobres, los que no tienen voz".
Hoy
la iglesia a través de un documento firmado por el obispado, respaldó al
sacerdote Omar Quinteros. Dijo que asumió "un fuerte compromiso con la
defensa del medio ambiente", y eso no es pecado, es un derecho que se
relaciona con la defensa de la vida y "no es ningún foráneo o falopero"
de quien habla el obispo.
Hoy
la Iglesia dice que ese compromiso "es llevado adelante en el marco
legítimo del ejercicio de las virtudes ciudadanas y del derecho democrático al
disenso". Pero también, habla sobre la postura que adoptaron la parte
mayoritaria de los Medios de Comunicación, que en muchos casos decidieron no
dar lugar al derecho de réplica que le corresponde al sacerdote que fue
implicado en los supuestos actos de violencia que sufrió la diputada Olima.
"Nos
inquieta la repercusión que los supuestos acontecimientos han tenido en algunos
medios, que no le han ofrecido espacio para el descargo y el justo derecho a
réplica, dando por ciertas acusaciones que, en el mejor de los casos, son
erróneas, o en el peor, calumnias injuriosas que ponen en duda la integridad
del padre y su probidad moral", versa él documento.
Y
lo expuesto es algo que nos duele. Porque la función de los medios, no solo es
informar con objetividad. Sino también resguardar los derechos fundamentales
que hacen a un Estado Libre y Democrático, fundado en la defensa de los
derechos y obligaciones de sus ciudadanos. O sea nosotros.
Pero
tampoco, podemos decir cómo se encubren muchos supuestos periodistas que
"los medios pueden elegir que rol jugar. Como si mentir y decir la verdad,
fueran cosas con las cuales se pueden negociar. Para ellos, "muchachos el
periodismo no es un negocio, es un deber y compromiso con la sociedad y se
sostiene con la ética y el compromiso de seguir luchando por algo mejor".
De
todas maneras, para quienes no lo entiendan tendrán que saber que "la
Memoria" está presente y el encubrimiento es un delito. La gente no
olvida, como nunca olvidó lo que pasó con Monseñor Enrique Angelelli y los
sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longeville. No hay olvido, ni perdón.
Y en buena hora que la Iglesia Riojana haya respaldado a un sacerdote que
públicamente y a ojos de todos, está con quienes los gobernantes debieran
estar; y ese ES EL PUEBLO.
Ojalá
que el padre Quinteros, no pague el costo que pagó Angelelli en la lucha y la
defensa de los que menos tienen, poniendo su sangre a disposición de los
descarados del poder.
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