viernes, 2 de agosto de 2013

La salud de Chepes: Sin soluciones de fondo


El miércoles por la mañana los vecinos de Chepes convocados en asamblea esperaban la presencia del ministro de salud Juan Luna como principio de solución de la complicada situación del hospital, síntoma de un sistema de salud corroído por años de ausencia y políticas ineficientes. El funcionario no brindó ninguna solución de fondo al grave problema que afecta a una población de más de 30.000 habitantes. Quedó claro que la crisis abarca la forma en que la provincia piensa el sistema de salud.


Una mañana fría transcurría en la ciudad de los llanos riojanos. De a poco vecinos, empleados y gente solidaria se iban acercando a la puerta del hospital, bajo la medida de toma simbólica. La fachada del mismo estaba cubierta de pancartas y banderas con consignas como “defendemos nuestro hospital” y “basta de derivaciones”. El padre Gonzalo Llorente hacía de anfitrión para todos aquellos que comenzaban a ingresar al hall del nosocomio. Para las diez de la mañana el ingreso del hospital estaba colmado por más de cien personas que preparaban de modo asambleario las preguntas que le realizarían al ministro.

Juan Luna Corzo llegó acompañado por el intendente Claudio Saúl y su hermana, Cristina, diputada provincial. Escuchó los reclamos de boca de los propios damnificados y luego prometió una serie de anuncios que no respondían a los principales reclamos de la asamblea, como la presencia de especialistas e infraestructura de manera urgente. Lo prometido por Luna fue: la puesta en funcionamiento de la capacitación para reactivar el banco  de sangre, la presencia de un cardiólogo un día a la semana, la radicación de una psiquiatra en el mes de septiembre y la reactivación del quirófano a fines de agosto. Como tratando de responsabilizar a los médicos afirmó que se está ofreciendo un sueldo de $ 22.000 para todos aquellos especialistas que quieran radicarse en la zona, pero aún así no consigue seducir a nadie.


Durante la exposición del ministro varios vecinos contestaban negativamente y con mucha indignación a las propuestas por considerarlas “una bomba de humo”. El intendente y la diputada no abrieron la boca durante el tiempo que duró la charla, algo más de una hora. Un poco más calmados los ánimos los funcionarios pasaron a reunirse con representantes del hospital y un grupo de gente designado por la asamblea. El ministro Luna firmó el acta labrada por la secretaria de la asamblea y aceptó que el grupo designado pueda monitorear el cumplimiento de lo prometido.

Ante la expresión impávida de Juan Luna la asamblea le explicó la situación de la salud en  Chepes. Por su parte el ministro reconoció que la provincia no puede cumplir con la demanda de profesionales y no explicó que estén haciendo nada al respecto, salvo ofrecer un buen sueldo. Esto desnudó en boca del ministro la falta de una política pública para la salud de los riojanos, demanda que por el momento cubren las clínicas del sector privado, solo al alcance de quien pueda pagarlas.
 

La movilización en la ciudad de Chepes deja en carne viva el discurso oficial de una provincia que avanza hacia la inclusión. Sin soluciones de fondo y sin una respuesta que muestre voluntad política de mejorar el sistema de salud público, los ciudadanos chepeños esperan por medidas que verdaderamente produzcan un cambio y un avance en materia de salud, derecho inalienable del pueblo y obligación del estado. 

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