Editorial: Las PASO, sus exponentes y el momento político.

En las legislativas de este año se pone en juego la permanencia y la legitimidad del modelo kirchnerista, con sus rupturas y continuidades, con sus reformas audaces o tibias, según el caso, algunas de las cuales ya están tocando techo. La profundización del mismo depende en gran medida de los componentes con los que se intente avanzar y en caso de mantener a sectores del PJ vinculados al menemismo y al peronismo de centro derecha, la radicalización de los cambios no pasará de ser una ilusión. Repaso por las seis fuerzas riojanas que se miden el domingo 11 de agosto.

Los precandidatos riojanos

El gobierno provincial, atravesando una profunda crisis de legitimidad, pero con un par de iniciativas y, sobre todo, con el manejo a discreción de los fondos del estado, lanzó al ruedo a dos ministros jóvenes, leales al proyecto bederista, presentados como renovadores dentro del espacio. Lo cierto es que Madera desnuda el entramado provincial contradictorio del Frente para la Victoria, siendo la suplente del condenado senador Menem, símbolo del neoliberalismo que el kirchnerismo quiere enterrar. Por otro lado, el ministro Felipe Álvarez, subido a último momento en reemplazo del impresentable Minuzzi, tiene en su haber la represión salvaje al pueblo de Famatina el pasado 11 de mayo. Como ministro de seguridad se ha caracterizado por mantener el estado abusivo de la fuerza policial intacto, produciendo asesinatos, como los de Belén Brizuela en 2011 y sin cuestionar el accionar represivo, que permite que en las comisarías se golpee y torture.

Con un armado ecléctico, que incluyó un arco de sectores amplios y diversos, centrado en personalismos muy marcados, atravesado por un eje unificador simplemente antibederista y con una escala antikirchnerista que va de menor a mayor, la Fuerza Cívica Riojana logró posicionarse en los medios y las encuestas como la oposición real. Lugar que no quisieron ocupar los partidos K que mantienen cierta crítica al gobierno provincial y que hablan de provincializar el modelo. La labor parlamentaria de sus dos diputados provinciales no ha sido descollante, oponiéndose sistemáticamente a las iniciativas oficiales. Por eso causa sorpresa la posición tomada con respecto al nuevo jefe del ejército, cuando el asenso del 2010 se les pasó por alto.

La Corriente de la Militancia, Unidos y Organizados y Nuevo Encuentro no estuvieron a la altura de la circunstancia listos para defender la tesis de la provincialización del modelo Nacional y Popular.  Lo que llevó a que sus distintos componentes fueran cayendo en el campo de gravedad del bederismo, argumentando tragar el sapo en pos de los resultados nacionales. La atomización de una veintena de fuerzas del campo popular, hoy sin expresión electoral de unidad.

Como representante del Kirchnerismo puro quedó la lista K encabezada por un militante del partido Miles, el brazo político de Luís Delía, prácticamente desconocido en la provincia, con experiencias de corte clientelar, ex aliado del intendente de Famatina. A Miles se terminaron aferrando sectores de la Corriente de la Militancia que descartaron el apoyo al FPV, ente los que se encuentra el dirigente socialista procesado por la justicia y ex titular del INADI Marcelo Lucero.

La izquierda trotkista, claramente opositora y anti K, apostó a la fuerza propia, no integrando ninguno de los frentes opositores al gobierno nacional como es la Fuerza Cívica y el Frente Nuevo Pacto Federal, de Yoma. Con una campaña casi de economía de guerra, es la única lista integrada por trabajadores asalariados.

Como representantes de los sectores más conservadores de la política aparecen el Frente Nuevo Pacto Federal y Compromiso Federal. Antikirchneristas, con un discurso liberalista típico, estas fuerzas se posicionan en desmedro del PJ y la UCR, aunque según versiones, el bederismo estaría apoyando encubiertamente la lista de Jorge Yoma. Sendo apoyos recibirían del intendente Quintela, que pone un huevo en cada canasta, incluida la UCR, pensando en el 2015. No olvidar que Yoma durante la década del 90’ estuvo del lado de las privatizaciones, la entrega de recursos naturales, los ajustes y el vaciamiento del estado, situaciones que culminaron en la rebelión popular de diciembre de 2001.

En general

Se puede destacar que el momento político encuentra un campo popular dividido, ajustado a los esquemas binarios de oficialismo-oposición, sin capacidad de poner en juego la correlación de fuerzas real, en muchos casos obnubilado por la enorme gravitación del Proyecto Nacional y Popular y/o por la agenda desestabilizadora de la oposición más rancia.

En las legislativas de este año se pone en juego la permanencia y la legitimidad del modelo kirchnerista, con sus rupturas y continuidades, con sus reformas audaces o tibias, según el caso, algunas de las cuales ya están tocando techo. La profundización del mismo depende en gran medida de los componentes con los que se intente avanzar y en caso de mantener a sectores del PJ vinculados al menemismo y al peronismo de centro derecha, la radicalización de los cambios no pasará de ser una ilusión.