La Procuraduría contra la violencia institucional
dictaminó que la fiscal y los dos jueces jujeños privaron en forma ilegítima de
su libertad a Milagro Sala. Una causa indecorosa donde no se dejó ilegalidad
por cometer. El gobierno provincial controla a la justicia jujeña y el gobierno
nacional a ambos. Dos enviados de Macrì visitaron a la parlamentaria detenida
para proponerle que pidiera la detención domiciliaria. Sala no aceptó la
extorsión. También apuntan contra Cristina. Por Horacio
Verbitsky
Durante la audiencia con los organismos defensores de los
Derechos Humanos, el presidente Maurizio Macrì negó que Milagro Sala fuera una
presa política y defendió la presunta imparcialidad de la justicia jujeña. Nada
en las causas mal armadas en su contra respalda esta afirmación. Por el
contrario, deja en evidencia la escandalosa manipulación judicial al servicio
de un escarmiento a los movimientos sociales, que Macrì convalidó en forma
explícita en reiterados encuentros con el gobernador Gerardo Morales.
El
ministro de Justicia Germán Garavano dijo que el gobierno seguía el tema con
preocupación y el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj informó a los
visitantes que había enviado emisarios a entrevistarse con Sala. Lo que no dijo
entonces es que llevaron una propuesta extorsiva a Jujuy: le sugirieron a la
dirigente de la organización barrial Tupac Amaru que solicitara la detención
domiciliaria, antes de que Macrì viajara a Italia para su audiencia de ayer en
el Vaticano. Esta es una implícita confesión del control que tiene el gobierno
nacional sobre las decisiones de la justicia jujeña. La ofensiva oficial
también se cierne sobre CFK, como claman los arietes mediáticos.
El fiscal
general Ricardo Sáenz dictaminó para ello que su colega Natalio Alberto Nisman
fue asesinado, y el juez federal Claudio Bonadío citó a la ex presidente, a su
ministro de Economía Axel Kicillof y al ex presidente del Banco Central
Alejandro Vanoli. La intención del intrépido doctor Glock es penarlos por las
pérdidas que la devaluación dispuesta por Macrì, Alfonso de Prat Gay y Federico
Sturzeneger le produjo al Banco Central, en la operatoria con dólares a futuro.
El caso de Sala ejemplifica los extremos a los que está dispuesta a llegar la
nueva administración, con el beneplácito de los poderes fácticos que intentan
hacer su propio Nunca Más.
La peor violencia
El fiscal federal de San Salvador, Federico Zurueta,
recibió la denuncia por privación ilegal de la libertad realizada por varios
diputados al Parlasur y la remitió a la Procuraduría contra la Violencia
Institucional (PROCUVIN). Su titular, el fiscal general Miguel Angel Palazzani,
y su adjunto, el fiscal ad hoc José Nebbia dictaminaron que Milagro Sala es
“víctima de la peor violencia: la violencia institucional, que proviene
precisamente del último refugio que puede encontrar un ciudadano frente al
poder estatal: los jueces y los fiscales.
Cuando es justamente ese poder estatal el que comete la
ilegalidad y ejerce violencia el desamparo es absoluto”. La PROCUVIN constata
que no se inició el proceso de desafuero ni se dictó la inconstitucionalidad
del artículo 16 de la ley 27.120, por el cual los parlamentarios del Mercosur
gozan de las mismas inmunidades que los diputados nacionales. Y según el
artículo 69 de la Constitución, ningún legislador puede ser arrestado, desde el
día de su elección, salvo si fuera “sorprendido in fraganti en la ejecución de
algún crimen que merezca pena de muerte, infamante, u otra aflictiva”, cosa que
ostensiblemente no ocurre en este caso. Como esta norma se aplica a Milagro
Sala desde el día de su elección, el 25 de octubre de 2015, su privación de la
libertad no es legítima. Los magistrados jujeños podían declarar
inconstitucional la norma y recién entonces proceder contra Sala, o considerarla
vigente e iniciar el procedimiento de desafuero. Palazzani y Nebbia concluyen
que “ante la evidente ilegalidad e ilegitimidad de la detención de una diputada
del Parlasur amparada por la inmunidad de arresto, se impone la urgente e
inmediata resolución que ordene su libertad, para, entre otras cosas, hacer
cesar los efectos de un delito que se está perpetrando mientras persista la
situación actual” y esa es la única forma de regreso “a la legalidad
constitucional y a la racionalidad jurídica”. Mientas eso no ocurra, el Estado
Argentino está en riesgo de ser denunciado en los foros internacionales por la
flagrante violación de normas constitucionales y convencionales”. En
consecuencia, dictaminaron que los jueces provinciales Raúl Gutiérrez, Gastón
Mercau y la fiscal provincial Liliana Fernández de
Montiel habrían incurrido en los delitos de acción
pública por prevaricato, privación ilegal de la libertad por más de un mes
(artículos 269, 142 inciso 5 y 144 bis inciso 1 del Código Penal) por lo que
corresponde impulsar la acción penal y formular requerimiento de instrucción en
contra de los tres. Con ese dictamen, el requerimiento debe ser presentado por
el fiscal Zurueta. Mercau acaba de rechazar una solicitud de cese de la
detención presentado por los abogados de Sala, con los mismos fundamentos que
el dictamen de la PROCUVIN.
Las ilegalidades
La privación ilegal de la libertad es inocultable en una
causa judicial indecorosa de principio a fin. Estas son algunas de las
ilegalidades que constan en el expediente, al que tuvo acceso el abogado de
Milagro Sala, Luis Paz:
- El Código Procesal Penal indica que la investigación
penal preparatoria debe ser practicada por el juez, y no por el fiscal, si uno
de los imputados es legislador, funcionario o magistrado sujeto a desafuero. Es
el caso de Milagro Sala, legisladora del Parlasur, y de Mabel Balconte,
diputada provincial. Sin embargo, durante todo enero la investigación estuvo en
manos de la fiscal y recién se hizo cargo el juez el 29 de enero, luego de la detención
de Sala y de los allanamientos.
- Aunque la denuncia por el acampe frente a la casa de
gobierno, presentada al quinto día de instalado Morales, era por “instigación a
cometer delitos y sedición”, las medidas practicadas por la inteligencia
policial tendían a identificar a los acampantes y establecer qué cooperativas
se habían acogido al reempadronamiento del “programa de regularización y
transparencia” del gobierno provincial.
- La fiscal de Feria Liliana Fernández de Montiel
presentó el pedido de detención de Milagro Sala y de otros dirigentes de la
Tupac Amaru a las diez menos veinte de la noche del viernes 15 de enero.
- El Juez de control Raúl Gutiérrez lo aceptó pocas horas
después, en la madrugada del sábado 16, y delegó su ejecución en el Ministro de
Seguridad de Morales, Ekel Meyer. Con la satisfacción del deber cumplido, ese
mismo sábado Gutiérrez pidió licencia “a partir de este momento”.
- En rotunda demostración de la laboriosidad de los
colaboradores del nuevo gobierno, ese sábado estaban trabajando en su despacho
el secretario del tribunal superior, Víctor Amado, y su Presidente, Clara
Langhe de Falcone, ex diputada de la UCR.
- Antes de las cuatro de la tarde del sábado esta jueza
designó para suplir a Gutiérrez al juez Gastón Mercau. Como la Acordada no
explica por qué razón lo eligió descartando otras opciones, los piensa mal y
acertarás entienden que fue porque es su yerno, para que todo quedara en
familia política.
- A las cinco y media de la tarde, el Fiscal de Estado
invocó instrucciones del gobernador Morales para solicitar orden de desalojo,
no de un lugar sino de Milagro Sala, quien en ese momento ya estaba detenida en
la Comisaría de la Mujer.
- También es asombrosa la capacidad de trabajo de la
fiscal multitasking Liliana Fernández de Montiel, quien podría dar un curso
para optimizar el rendimiento: el mismo viernes 15 de enero desde la tarde y
hasta las 21.55 (es decir mientras escribía la solicitud de detención contra
Milagro, que presentó a las 21.40) tomó tres declaraciones y asistió a nueve
denunciantes para abrir una nueva causa contra la dirigente social.
- La razón de tanto apuro y las huellas del burdo
procedimiento marcadas en cada foja del expediente están en la Acordada 213 del
Superior Tribunal, del 23 de diciembre de 2015: el 15 de enero a medianoche
terminaba el turno de feria de Liliana Fernández de Montiel, quien a partir del
16 sería reemplazada por el fiscal Aldo Lozano. Sin embargo, Lozano nunca
intervino, sin que en el expediente se explicara por qué, y siguió actuando
Fernández de Montiel, quien sólo tiene competencia en el fuero de Menores, por
lo que no podía ser parte en esta causa.
- Tampoco surge de las actuaciones por qué el yerno
siguió a cargo una vez vencida la licencia de cuatro días del juez Gutiérrez.
Fernández de Montiel y Mercau constituyeron la fuerza judicial de tareas del
gobernador Morales para escarmentar a los movimientos sociales.
- Este es un modus operandi de la justicia jujeña. En
2011, el juez de feria de San Pedro, Jorge Samman ordenó el desalojo de las
familias asentadas pacíficamente en terrenos del ingenio Ledesma, lo cual
produjo tres muertes. La ley orgánica del poder judicial de Jujuy define que la
competencia de los juzgados de feria es de excepción y sólo para asuntos
urgentes, dentro de los cuales no caben los acampes pacíficos de entonces ni el
de la Plaza de San Salvador ahora.
- El 29 de enero, se notificó a Milagro el cese de su
detención por el acampe, pero no recuperó su libertad. Según la Acordada de
feria el juez Mercau debía iniciar su licencia el 1 de febrero “sin excepción
de ninguna naturaleza”, para ser reemplazado en el expediente por alguno de los
dos restantes jueces de control. Pero con el entusiasmo que la administración
esperaba de él, Mercau siguió en funciones para dictar una nueva orden de
detención contra Milagro.
- Esta nueva causa se había iniciado el 15 de enero con
la presentación espontánea ante la fiscal Fernández de Montiel de nueve
personas, que entre las 18.30 y las 21.55 denunciaron hechos ocurridos en 2012,
2013, 2014 y 2015, es decir sin la urgencia requerida para habilitar la feria
judicial de enero.
- La acordada 213 fijó además que los asuntos de feria
sólo se despachan de lunes a viernes, de 8,30 a 12,30. Ninguno de esos
requisitos se cumplió, porque la orden política de perseguir a Milagro Sala no
respetó leyes, convenciones, competencias ni formalidades.
- El 14 de enero Morales dijo que se había reunido con
los dirigentes de distintas cooperativas a quienes “para llevar tranquilidad”
les dijo que a los acampantes se les suspendería la personería y se les
impondría una multa de 100 mil pesos. Identificó entre sus interlocutores a los
dirigentes de las cooperativas Organización Barrial Mariano Vera (Cristian
Chorolque), Fuerza Jujeña (Julia Gutiérrez), Argentina Grande Disidente (Jorge
David Lamas), Pan y Trabajo (Américo Celestino Romay) y 8 de Octubre (José
Daniel Orellana).
- ¡Oh, casualidad!, al día siguiente los cinco se
presentaron ante la superfiscal y denunciaron bajo juramento haber cobrado
dinero por obras que no hicieron. Es ostensible la extorsión a la que fueron
sometidos. ¿Alguien les avisó que de este modo se autoincriminaban?
- El Fiscal de Estado y el hermano de Gerardo Morales,
designado como Presidente del Instituto de Vivienda y Urbanismo jujeño (IVUJ),
eligieron para presentar nuevas denuncias a Fernández de Montiel, pese a que
según la Acordada 213 su turno había terminado el 15 de enero.
- Estas nuevas denuncias se acumularon a las anteriores,
sin fundamento. Una vez más se presentaron fuera del horario de tribunales,
como si se tratara de una cuestión urgente, cuando los hechos denunciados
ocurrieron un año antes.
- Estas denuncias abarcaron 14 convenios firmados entre
el IVUJ y distintas cooperativas y un convenio de tres cooperativas por el Plan
Federal “Mejor Vivir II”. La única vinculación con Milagro Sala es que varias
de esas cooperativas “tienen domicilio en la propia sede central de la Tupac
Amaru”. La identidad de domicilio aún no es un tipo penal.
- La última de esas denuncias es la que ganó abusiva
difusión en la televisión oficial: por el convenio del Mejor Vivir, en
diciembre los cooperativistas cobraron un anticipo por obras que, en enero no
se habrían iniciado.
- Ese fue el único fundamento por el cual la fiscal
Fernández de Montiel pidió y el juez Mercau ordenó, ambos el 26 de enero, la
detención de Milagro Sala y de tres de los cooperativistas autoincriminados.
- No hay otro cargo contra Milagro Sala que los dichos
difusos, sin indicaciones temporales, ni testigos, de aquellos primeros
irregulares denunciantes y la sede social compartida con algunas cooperativas
denunciadas por la firma de convenios con irregularidades administrativas.
- En todo el expediente no hay una sola prueba de la
intervención de Milagro en aquellos hechos, ni elementos que puedan justificar
las figuras delictivas elegidas por el gobierno de Morales: defraudación contra
la administración pública, extorsión y asociación ilícita.
La sugerencia extorsiva a Milagro, para que se resigne al
atropello y se encierre en su casa, es la frutilla sobre este postre de
arbitrariedades e ilegalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario