sábado, 11 de febrero de 2012

Algo se mueve en Pinchas


Al ritmo de la harina, la chaya, los amigos y la música, Pinchas vibró en un festejo popular organizado por la familia Frescura. Con la consigna por la vida y en contra de la megaminería pasó otra edición del Festival de La Paila. A continuación Félix Guerrero nos cuenta un poco más.


Pueden mostrarse luego de una llovizna de verano, que es tiempo propicio para los nacimientos de frutos, de criaturas de toda clase y también de utopías. Pero el tiempo de preparación  o de gesta viene de muy atrás. Anhelos y sufrimientos suelen ser fermento de la historia que van madurando subterráneamente por debajo de las pesadas botas del poder que se alimenta del dolor de los pueblos.

Algo nace, crece y se multiplica en Pinchas al calor de las luchas y de las pailas. Al borde de una calle de Pinchas una paila exudaba aromas de comida compartida, vapores de esperanza y sudores de trabajo. Hace años la familia Frescura-Millán-Estefanis, vienen haciendo dulce en pailas, y al cabo de ese tiempo la paila se agrandó  hasta convertirse en  festejo popular, mezcla de júbilo laboral y chaya.

Allí estábamos al borde de la calle, en entusiasta custodia, cuando aparecieron del fondo de la oscura calle una muchacha, un muchacho y una niña chica, portando una bandera de lucha que decía “Basta de megaminería, el Famatina no se toca”. Los miramos sorprendidos sin atrevernos a preguntarles nada. Sorprendidos, porque no había ningún evento que convoque a marchas o asamblea. Ellos pasearon su bandera valientemente. Al rato regresaron. Nosotros, como quien descubre un secreto arcano dedujimos: en Catamarca la policía reprimió brutalmente a manifestantes en contra de la megaminería hace unas pocas horas y aquí brota casi de la nada otra punta de repudio y protesta

Por tantos acontecimientos casi inexplicables pero maravillosos, me acordé de los versos de Jorge Enrique Móbili.

Entre el camino de la muerte
Sostenida por un rumor, por raíces eternas,
Por ríos de sangre, por ruidos de metales helados,
Que se pegan al alma en sus horas de largo extravío.
Vale más este aroma que pasa, esta criatura
Sin voz, este rumor de sueño pegado a la tierra
En su impotencia y larga congoja,
Que destrozar el pensamiento destrozando la aurora,
Que la metafísica buscando lo justo, lo frio,
Lo desurtidamente exacto entre la historia.

Si, algo se mueve en Pinchas. Algo alentador y esperado.-




No hay comentarios:

Publicar un comentario