Al ritmo de la
harina, la chaya, los amigos y la música, Pinchas vibró en un festejo popular
organizado por la familia Frescura. Con la consigna por la vida y en contra de
la megaminería pasó otra edición del Festival de La
Paila. A continuación Félix Guerrero nos
cuenta un poco más.
Pueden mostrarse
luego de una llovizna de verano, que es tiempo propicio para los nacimientos de
frutos, de criaturas de toda clase y también de utopías. Pero el tiempo de
preparación o de gesta viene de muy
atrás. Anhelos y sufrimientos suelen ser fermento de la historia que van
madurando subterráneamente por debajo de las pesadas botas del poder que se
alimenta del dolor de los pueblos.
Algo nace, crece y
se multiplica en Pinchas al calor de las luchas y de las pailas. Al borde de
una calle de Pinchas una paila exudaba aromas de comida compartida, vapores de
esperanza y sudores de trabajo. Hace años la familia Frescura-Millán-Estefanis,
vienen haciendo dulce en pailas, y al cabo de ese tiempo la paila se
agrandó hasta convertirse en festejo popular, mezcla de júbilo laboral y
chaya.
Allí estábamos al
borde de la calle, en entusiasta custodia, cuando aparecieron del fondo de la
oscura calle una muchacha, un muchacho y una niña chica, portando una bandera
de lucha que decía “Basta de megaminería, el Famatina no se toca”. Los miramos
sorprendidos sin atrevernos a preguntarles nada. Sorprendidos, porque no había
ningún evento que convoque a marchas o asamblea. Ellos pasearon su bandera
valientemente. Al rato regresaron. Nosotros, como quien descubre un secreto
arcano dedujimos: en Catamarca la policía reprimió brutalmente a manifestantes
en contra de la megaminería hace unas pocas horas y aquí brota casi de la nada
otra punta de repudio y protesta
Por tantos
acontecimientos casi inexplicables pero maravillosos, me acordé de los versos
de Jorge Enrique Móbili.
Entre el camino de
la muerte
Sostenida por un
rumor, por raíces eternas,
Por ríos de sangre,
por ruidos de metales helados,
Que se pegan al
alma en sus horas de largo extravío.
Vale más este aroma
que pasa, esta criatura
Sin voz, este rumor
de sueño pegado a la tierra
En su impotencia y
larga congoja,
Que destrozar el
pensamiento destrozando la aurora,
Que la metafísica
buscando lo justo, lo frio,
Lo desurtidamente
exacto entre la historia.
Si, algo se mueve en Pinchas. Algo alentador y esperado.-
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