miércoles, 2 de noviembre de 2011

FANNY EDELMAN CIEN AÑOS DE VIDA Y DE LUCHA


FM LA BOCONA homenajea a una de las mujeres mas extraordinarias de la Argentina, quien a la edad de 100 años falleció en el día de ayer, despues de toda una vida de amor al projimo, lucha contra la injusticia y una inmensa solidaridad. He aquí una suscinta biografía.







“…Nunca el viento dio
a una bandera más pasión
ni ardió mas grande un
corazón
al par de un mismo
pensamiento…”
(Rafael Alberti)

¿Quién no la mira? ¿Quién no la escucha? Esta mujer nacida en Córdoba que cumplió 100 años el 27 de febrero será recordada por muchas cosas más que simplemente por la edad. 


El teatro Cervantes –de la ciudad de Buenos Aires- el pasado 24 de noviembre estaba repleto de gente para contemplar y escuchar su viva voz. Como en aquella entrevista que le realicé en el 2005 en su departamento de San Telmo y en el que extraigo varios comentarios para esta historia.  Los inicios de su vida Sus padres de origen ruso y rumano llegaron a principios de siglo y se conocieron en la provincia de Córdoba, donde tuvieron tres hijos. Fanny Jabcovsky –más conocida como Fanny Edelman- nació en la ciudad de San Francisco en 1911 y cursó la escuela primaria en dicha localidad.  De familia humilde, el padre trabajaba de telegrafista, comerciante y cosía junto a su madre para contribuir con las necesidades del hogar. Esta situación llegaría al límite cuando pierde el trabajo de telegrafista en Córdoba y decide mudarse a General Belgrano en la provincia de Buenos Aires. 

A pesar de tener ascendencia judía, conoció más a fondo el rito cristiano ya que en el último año de la escuela se hizo amiga de una compañera católica que tocaba el órgano en la Iglesia, y que compartían el gusto por la música. 

Luego de mudarse la familia a la ciudad de Buenos Aires, Fanny ingresa al Conservatorio Nacional para continuar sus estudios en música e investigación folklórica. 

A todas sus lecturas de la literatura universal y marxismo, heredadas por el interés paterno en las cuestiones, surgen los primeros recuerdos que marcan su subjetividad, y uno de ellos es la participación de los padres en 1921 en la campaña de ayuda a los hambrientos del Volga. De ahí en más, su hogar siguió las luchas populares como propias y los padres la llevaban a actos y mítines. A pesar de haberle preocupado las cuestiones sociales, no pudo estudiar ya que debió cederles el lugar a sus hermanos varones, como ocurría en la mayoría de los casos como un mandato más de la opresión que debían vivir las mujeres a principios de siglo.  

A los 14 años comienza a trabajar en un taller textil y lo seguirá haciendo como maestra de música ayudando a su familia, pero sin perder de vista las cuestiones sociales y lo que comenzaba a ocurrir con el golpe de Estado de 1930 de la mano del General Uriburu. Luchar contra la injusticiaYa viviendo en Vicente López y con la picazón de la injusticia y la ansiedad de hacer algo con todo lo que ocurría con la dictadura de Uriburu, comenzó a juntarse con un grupo de artistas en casa de Fabio Hebequer. Los debates sobre arte e ideología junto a Leónidas Barletta, Álvaro Yunque y otros, fueron enriqueciendo su conocimiento; aunque Fanny siempre destaca que el haberlo conocido a su esposo en una exposición de pintura de Hebequer fue lo que le cambio la vida. Bernardo Edelman le comentó que en el Partido Comunista encontraría respuesta a sus inquietudes, y así fue como se afilió en 1934. 

El primer destino fue el Socorro Rojo Internacional, y nada menos que a la ayuda de los presos políticos victima de la dictadura represiva iniciada en 1930 por el General Uriburu y continuado por Agustín P. Justo. De inmediato surge el recuerdo de entre sus palabras de cientos de militantes rusos, polacos, yugoeslavos, búlgaros que estaban argentinizados y que sufrieron la persecución con la Ley de Residencia obligándolos a volver a sus países de nacimiento, con el fascismo esperándolos. El afiliarse ya requería entrar en acción, y la primer tarea era la solidaridad con España. En 1934 un gran movimiento revolucionario se expande en Asturias, donde son muertos decenas de obreros y desde Argentina se crea el PEAVA (Patronato Español de Ayuda a las Victimas de Asturias)(1) donde enviaban alimentos y ayuda material a las familias de los presos y muertos por la represión comandada por el General Franco. En estos momentos ya había alrededor de 80 células barriales del partido actuando en las campañas de solidaridad que surgían. 

Todo el trabajo de solidaridad comenzaba a darle un protagonismo pocas veces visto a la mujer argentina, y el Socorro Rojo era una oportunidad ideal para trabajos de logística y de apoyo material y psicológico para los presos militantes. 

Pero, ¿como empezó su compromiso con la causa del pueblo español?  

El 17 de julio organizaron una fiesta en la casa de un dirigente socialista, el Dr. Augusto Bunge. 

Numerosas chicas y muchachos disfrutaban de la música en un hermoso parque hasta que la Sección Especial de la policía irrumpió en el lugar. Fueron todos trasladados a la seccional de La Plata y luego de pasar la noche en ese lugar los abogados del partido liberaron a todos los jóvenes. Al regresar en tren, Fanny escucharía por primera vez sobre el alzamiento del General Franco en España, era el 18 de julio de 1936. Así comenzó una de las etapas más importantes para cientos de militantes del Partido Comunista y que dejó huellas para todas las generaciones venideras. 

Fanny en España 

A fines de año se casó con su compañero Bernardo después de participar en una gran huelga del gremio de la construcción y de las incipientes colectas a favor de la República Española. Luego no hubo descanso, ya que aparte de la reciente FOARE (Federación de Organizaciones de Ayuda a la República Española), en marzo de 1937 crearon el Comité Pro Huérfanos de España, que contaba con 150 comités. Fanny lo recuerda como: “…la primera organización femenina de masas que irrumpió en el escenario político del país…”. 

Pero a medida que varios compañeros partían para España, les surgió el ímpetu de entregarse a la causa pero en tierra española. El pasaje de Bernardo lo pagó la Federación Obrera de la Construcción, y el de Fanny las colectas de amigos y con sus propios ahorros. Ya llegados a España en Septiembre de 1937 con otros camaradas, Bernardo se dedicó a pasar notas a los periódicos para los cuales trabajaba como “La Nueva España”, y a Fanny la asignaron al Socorro Rojo para trabajo de intendencia detrás de las trincheras donde tuvo trato con Lister, Modesto y El Campesino. El recuerdo del heroísmo y sacrificio de centenares de soldados, en la batalla, bajo el frío, y su relación con Matilde Landa, Tina Modotti, Miguel Hernández que iba a relatar poesía al frente de batalla, Rafael Alberti con las campañas de alfabetización para soldados y campesinos, y Antonio Machado quien colaboró con ellos durante la campaña de invierno. 

Todo ello formó un gran espíritu batallador. 

Los compañeros de las Brigadas Internacionales, muchos de ellos compañeros de Argentina como Emilio Cairo, Salomón Elguer, Belloqui y tantos otros, compartieron el mismo fervor y trabajo en tierra española.
Otro camarada nacido también en Córdoba(2) en 1911 tuvo una de las actuaciones más importantes en la guerra española, lo llamaban Comandante Ortiz y su nombre era Benigno Moschfkowsky. 

Cuando en marzo el Ejército fascista dividió el territorio republicano, los Edelman viajan a Barcelona para continuar con sus tareas, aunque en abril debieron dejar España para volver a nuestro país. Desde Argentina había sido reclamado Bernardo por los dirigentes del Partido Socialista, y unos meses antes le llegaba la noticia a Fanny mientras estaba en Valencia que su madre había muerto. 

El regreso al puerto de Buenos Aires el 2 de mayo de 1938 en el barco Jamaique, siempre es recordado con mucha pena por Fanny; ella hubiese querido quedarse “hasta el final” junto al pueblo español, pero otra etapa comenzaba ayudando desde el otro lado del Atlántico a la causa popular. La FOARE, El Comité pro Huérfanos Españoles y la Junta de Ayuda a las víctimas de la guerra española eran el hogar de Fanny durante mas de 10 horas por día, coordinando y manteniendo el esfuerzo cotidiano en la victoria y en la esperanza de salvar cada vez mas vidas a la hora de asumir la derrota en marzo del 39.  

El camino de esta mujer había sido sellado a fuego por la experiencia española, y la tragedia personal sufrida por su compañero quedando parapléjico años después, no la aparto de las causas del pueblo. 

Una vida dedicada a la lucha Luego vendrían otras campañas internacionalistas, como la de la URSS cuando la Segunda Guerra Mundial, con China, Portugal, Nicaragua, Vietnam y el apoyo a Allende en Chile. Desde la Unión de Mujeres Argentinas, hasta la FEDIM (Federación Democrática Internacional de Mujeres) batalló por los derechos de las mujeres, y los trabajadores que soportaban el peso de las dictaduras nacientes en América Latina. 

En definitiva, no es casualidad que Fanny Edelman sea la presidenta del Partido Comunista Argentino en la actualidad, como tampoco lo es que haya sido voluntaria en la lucha contra el fascismo. A diferencia de lo que pensaron algunos, el modelo de estudio para la lucha revolucionaria tanto para el Partido Comunista, como para su juventud (la FEDE), nunca fue el foquismo o la vertiente guerrillera, sino la guerra civil española. La visión partidaria fue que el Frente Popular Español perdió el conflicto en 1939 por falta de oficialidad y suboficialidad dentro del Ejército Republicano, por lo que el estudio de la guerra civil y la preparación de cuadros fue una prioridad durante muchos años. 

Tampoco es casualidad que en los últimos 10 años se hayan hecho tantos actos o aniversarios en relación con la República Española, las Brigadas Internacionales o el golpe de Estado de 1936 en España. En enhorabuena esta merecida convocatoria en representación de cientos de argentinos que participaron defendiendo la libertad junto al pueblo español y en la que Fanny tuvo un papel preponderante difundiendo el corazón de la lucha española durante años. 

No alcanza con hacerle homenajes a Fanny, pero como hacer para no mirarla y escucharla. Quizás, lo mejor sea tenerla en nuestro recuerdo, en nuestra memoria y que la tengamos presente como el mejor ejemplo de solidaridad internacionalista.

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