Desde que el conflicto
por la minería empezó a tomar relevancia en la provincia y en el país el padre
Omar Quinteros se ha destacado como uno de los principales referentes del
pueblo de Famatina en su lucha por la defensa de un ambiente sano, libre de la
actividad megaminera. En el marco del 420º aniversario de ése departamento
RADIO LA BOCONA
entrevistó al párroco que dejo su impronta en La Costa y hoy aparece como uno
de las figuras públicas renovadoras de la Iglesia riojana.
“Agradezco la posibilidad de llegar a través de este medio a
ese queridísimo departamento Castro Barros, a quien tuve la posibilidad de amar
y de servir cinco años, compartir ese caminar en la fe con cada pueblo costeño”
se anticipó Quinteros, quien demuestra guardar un afecto especial por la
comunidad donde fuera cura por un lustro.
La lucha de los vecinos de Famatina lo encontró del lado de
los perjudicados y en la vereda de enfrente del poder político. El padre es el
encargado de tocar las campanas en caso de que el corte de Alto Carrizal esté
en peligro, ente otras cosas. Durante todo este tiempo ha tenido un desempeño y
una exposición destacada acompañando a su comunidad, cosa que también le valió
el desprecio y la infamia de muchos personeros del gobierno provincial. En sus
propias palabras: “Es un momento crucial de la historia, en el que nos toca
salir a poner el pecho y defender los recursos naturales, el agua, la vida y la
dignidad de este pueblo que tiene firmes convicciones de que quiere seguir
viviendo de la agricultura, en armonía con el entorno natural; también de la
industria mediana y del turismo.”
Con megáfono en mano, oficiando mida en Alto Carrizal |
Un papel no menor ha jugado la iglesia, una institución con
mucho poder, pero sobre todo con la capacidad de “legitimar la voluntad divina”
con sus acciones y posturas. Primero el Decanato de los Llanos y después el
obispo Rodríguez fueron sentando posición contraria a la decisión del gobierno
provincial de convertir a La
Rioja en una provincia megaminera. “La iglesia me sigue apoyando porque esta
convencida de que lo que estoy haciendo como pastor no es otra cosa que lo que
debe hacer cada pastor en la parroquia que se le ha encomendado. El obispo me
manifestó su apoyo desde el principio y desde ése momento nunca me he sentido
solo. Últimamente la mayoría de los sacerdotes han adherido también a esta
lucha a esta resistencia y me están acompañando no sólo afectiva sino
efectivamente” señala el padre Omar.
Comprometido, coherente, admirado y respetado por los
jóvenes, el párroco de Famatina no parece querer defraudar a sus fieles y a los
luchadores y vecinos de la localidad. “Yo no hago más que lo que tengo que
hacer, como dice Jesús”. Lo dice pero también lo hace, quizás una actitud
fundamental para convertirse en un verdadero referente popular.
Por último envió su bendición y saludos a todo el
departamento Castro Barros.
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