La
Santa Sede ha dado a conocer el Escudo del Papa Francisco y el significado de
sus armas y blasones. Aquí algunos detalles.
Dicen que los jardineros
papales están muy preocupados buscando la solución para armar con plantas el
sol de 32 rayos (16 rectos y 16 flamígeros), en los jardines vaticanos como es
costumbre.
En su libro de la Cábala al
Progresismo, el padre Menvielle dice que de los 10 Sefiroth que asisten al
trono del Altísmo, y de las 22 letras del alfabeto hebreo, se obtiene el número
32 que simboliza la Sabiduría por la cual Dios ha creado todo lo que existe.
Por tanto el Sol de 32
rayos representa en la iconografía
cristiana al Verbo, Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Sol que nace de
los alto (Lc 1 -78), por quien han sido hechas todas las cosas, y sin Él no ha
sido hecha cosa alguna (Jn 1-3).
Este sol, que adorna la
primera moneda de la República Argentina (1813), y que luego fue colocado en la
bandera nacional en 1818, por moción del Diputado por Buenos Aires al Congreso
de Tucumán RP Dr. Luis Chorroarín, figura en todos los guantes episcopales y en
antiquísimas pinturas de la Virgen de la Esperanza:
En esta imagen del siglo XVI
de la Virgen apunto de dar a luz, se ve el sol de 32 rayos (16 rectos y 16
flamígeros) sobre su seno, para representar a Jesucristo.
Lo mismo en la imagen de
abajo, Virgen de la Esperanza, que se venera en el Santuario carmelita de Onda,
Castellón, Valencia, en la que se ven los colores de la Bandera Nacional.
El sol de 32 rayos terminó
siendo el monograma de los jesuitas, con la diferencia que en lugar de los
rasgos de una cara, lleva en su centro la inscripción"IHS - Jesucristo
Salvador de los hombres".
La
explicación suministrada por la Santa Sede
En las secciones,
esencialmente, el Papa Francisco ha deseado mantener su escudo anterior,
elegido en el momento de su consagración episcopal, y caracterizado por una
simplicidad lineal.
El escudo azul está rematado
por los símbolos de la dignidad pontificia, iguales a los deseados por su
predecesor Benedicto XVI (mitra colocada entre llaves cruzadas de oro y plata,
unidas por un cordón rojo). En la parte
superior el emblema de la orden de procedencia del Papa, la Compañía de Jesús;
un sol radiante y flamígero, cargado con las letras, en rojo, IHS, monograma de
Cristo. La letra H está coronada con una cruz en punta; y puesta sobre tres
clavos negras.
Debajo se encuentran una
estrella y una flor de nardo. La estrella, según la antigua tradición
heráldica, representa a la Virgen María, madre de Cristo y madre de la Iglesia;
mientras que la flor de nardo simboliza a San José, patrono de la Iglesia
universal. En la tradición iconográfica hispánica, en efecto, se representa a
San José con un ramo de nardo en la mano. Poniendo en su escudo tales imágenes,
el Santo Padre ha querido manifestar su particular devoción hacia la Virgen Santísima
y hacia San José.
El lema del Santo Padre
Francisco ha sido tomado de la homilía de San Beda el Venerable (Om. 21; CCL
122, 149-151), sacerdote que, comentando el episodio evangélico de la vocación
de San Mateo, escribe:
"Vidit ergo Iesus
publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me - Vió
Jesús un publicano, lo miró con piedad, lo eligió y le dijo: Sígueme".
Esta homilía es un homenaje
a la misericordia divina, y está reproducida en la Liturgia de las Horas, en la
fiesta de San Mateo. Tiene un significado especial en la vida y en el
itinerario espiritual del Papa. En efecto, en la fiesta de San Mateo de 1953,
el joven Jorge Mario Bergoglio experimento, a la edad de 17 años, de un modo
muy particular, la presencia amorosa de Dios en su vida. A raíz de una
confesión, sintió que su corazón era tocado y advirtió el descenso de la
misericordia de Dios, que con una mirada de tierno amor lo llamaba a la vida
religiosa, siguiendo el ejemplo de San Ignacio de Loyola.
Una vez elegido Obispo,
Mons. Bergoglio, en memoria del acontecimiento que marcó el inicio de su
consagración total a Dios en su Iglesia,
decidió elegir como su lema y forma de vida la expresión de san Beda:
"miserando atque eligendo" que ha querido mantener también en su
escudo pontificio.
Nota
gentileza de Aurelio “Alilo” Ortiz
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