Por
Félix R. Guerrero - Se puede horrorizar a la sensibilidad humana
de muchas maneras. La más brutal y primitiva es la destrucción de los cuerpos;
la más sofisticada y no menos cruel, es el asesinato de la esperanza de los
pueblos y el desarraigo de la solidaridad y dignidad humana.
Las guerras y otros
cataclismos producidos por nuestros congéneres han dejado paralizados de horror
a los que aman a la paz, y tan solo anhelan vivir amando y disfrutando de este
increíblemente bello y diverso escenario que nos legó Adán. Los otros, los
dueños del cañón y la metralla, tan solo conciben la existencia humana
acaparando, depredando, corrompiendo, destruyendo.
A ellos, a los artífices de
la mal llamada cultura occidental, constructores del primer mundo (Así lo
llaman ellos), los acuso, por el lamentable estado en que han dejado a la moral
y estética de nuestros pobres gobernantes y funcionarios.
Hace unos días asistí a uno
de esos eventos políticos-sociales-institucionales, aquí, en La Costa,
Anillaco, como quien acude a observar una grotesca puesta en escena del teatro
del absurdo. He visto de cerca, a nuestros mártires de la “civilización” impuesta
por el poder, disfrazados de perchas, de doctores y licenciados. La indignación
pasó a un segundo plano: fue la tristeza la que invadió mi ánimo. Tristeza y
desesperanza. ¿Cómo se arregla este desastre? Porque hay que reparar eso.
Ellos tienen familia,
necesitan de afectos verdaderos, de un trabajo serio y eficaz para la salud
humana completa y requieren de mucho equilibrio para circular confiados por los
peligrosos andariveles de la función pública medrando entre la credibilidad de
sus vecinos y la conformidad de sus jefes dictadores. Creo que no han nacido
para actores, malos actores, mejor dicho. Ellos necesitan y tienen derecho a
ser ciudadanos libres y no tener que masacrar su alma para vivir y bullir como
cualquier bicho de este planeta. ¿A quién le sirve tanta inhumana crueldad?
Demando de un poco de
racionalidad y humanidad a esta prostituta sociedad del mercado mundial y sus
gendarmes.
El saldo escalofriante a que
aludo, para aportar a la memoria histórica, se trata del asesinato del
Presidente de Chile salvador Allende, la masacre en las Torres Gemelas, a las
matanzas de la Franja de Gaza y Ucrania, y sigue la lista.
En nuestro país, debo
nombrar al saldo que dejó la fiesta neoliberal de Menem y de la Rúa, y que en
estos tiempos creció monstruosamente y
se popularizó con el nombre de “los fondos buitres”. Debo aclarar que
este odioso apodo deja muy mal parados a los verdaderos buitres (Coragyps
atratus), ya que ellos comen carne muerta, respetando la cadena trófica,
mientras que los prósperos empresarios de las finanzas se alimentan con la
carne viva de la economía de los pueblos.
Uno se nutre de la
creatividad de los pueblos para supervivencia de la razón: debo mí vapuleada
salud mental a la creatividad de los pueblos, sus hacedores y artistas. Los
vecinos de Los Molinos, en su afán de moler trigo, muelen desesperanzas con la
fuerza motriz del arte. Hace un par de semanas (30 de Agosto), asistimos al
Concierto “Pro Molino Hidráulico”
organizado por el Centro de Animación Socio Cultural del departamento
Castro Barros en el Cine-teatro Los Molinos a escuchar un concierto del TRIO DE
CELLO HEISECKE-ALCARAZ-GONZALES, provenientes de Chilecito. (Foto)
Los Cellos sonaron
magníficos e invictos dando vida a las obras de Bach, Boccherini, Popper,
Solare, Davidoff, Villalobos, Mendelsshon, Juan de Dios Filiberto, clásicos y
temas populares de Peteco Carabajal y el chuqueño Ramón Navarro. Saldo glorioso
de Agosto, en La Costa.
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