Por Félix R. Guerrero - Primero de Mayo 2014 en Aminga,
contracara de la obscena fiesta neoliberal de las SAPEM, luces emergiendo de la
obscuridad. Tal vez esta fecha sea el
comienzo de una nueva era, donde la Economía Solidaria sea la bandera que,
rescatada del polvo de una historia sórdida, rompa el fatalismo de un bienestar para unos pocos.
"Hay que ir limpiando la sombra para desenterrarle
la luz" (E. Angelelli)
La
esperanza, como componente indispensable de la naturaleza humana, para seguir
existiendo aun en las situaciones más adversas, estaba presente a pleno en
aquella fresca mañana amingueña. A medida que la luz del sol iba ganando
espacio en el tinglado aledaño al local de la cooperativa Costeños Unidos, el
tímido calor de los primeros compañeros en llegar iba ganando en entusiasmo a
medida que llegaban los compañeros participantes de la flamante Federación Riojana de Cooperativas
Autogestionadas.
El
importante número Cooperativas participantes provenientes del departamento
Arauco, Los Llanos, departamento Capital y de las Cooperativas anfitrionas de
La Costa, mas el acompañamiento artístico de La Pacota, La Orquesta Juvenil
Angelelli de La ciudad Capital, Una pareja de tango que presentó el Ballet “La
Mestiza” y el grupo “Fusión”, del Centro de Animación Sociocultural del
Departamento Castro Barros, sumada la presencia del Obispo de La Rioja,
Monseñor Colombo, Intendente de la Municipalidad local, Concejales, el ex cura Pocho Brizuela,
conformaron un rico componente social, que constituye para el ánimo de todos
una inconmovible señal para alimentar esperanzas concretas.
Limpiar
de sombras la historia para que aparezca
una esperanza, muchas esperanzas con fundamentos, implica un programa o
proyecto integral, basadas en la inteligencia, sentimientos solidarios,
claridad ideológica y convicciones profundas.
Esas
sombras a que aludo, están presentes en la concepción torcida, corrupta y
adversa que se implantó en nuestra provincia luego de que la gesta heroica de
la Codetral fuera aniquilada por las fuerzas siniestras locales y la dictadura
militar del 76.
Pero
los pueblos curan sus heridas, la savia joven empuja en busca de un destino
digno que nos merecemos toda la sociedad humana. Nuestro pequeño universo local,
anhela cambios para salir del ahogo de la mediocridad y la sinrazón. Estamos
preparados moral e intelectualmente para
llevar a cabo esa hazaña.
“Una
reforma intelectual y moral no puede dejar de
estar ligada a un programa de reforma económica, o mejor, el programa de
reforma económica es precisamente la
manera concreta de presentarse de toda reforma intelectual y moral”, decía
Antonio Gramsci, hace ya muchos años, y tenía y tiene razón. Ese Programa
económico son Las Cooperativas y esa Reforma Moral e intelectual lo constituye
la Economía Solidaria como construcción sabia y humanista.
De
alguna manera, el espíritu del Obispo mártir estuvo presente perdonando
equívocos, desterrando rencores y alentando esperanzas.-
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