Por Fabián Kovacic - Pese a que Carlos Menem permaneció
detenido durante buena parte de la dictadura militar, su familia amparó y apoyó
al gobierno militar entre 1976 y 1983. Incluso hoy el ex presidente y senador
ampara a uno de los cómplices civiles más activos durante los años de plomo.
Ninguno de ellos está incluido en los juicios por delitos de lesa humanidad. Un
empleado del Senado y un médico, ejemplos de impunidad.
En el banquillo de los imputados por el crimen del obispo
Angelelli están sentados el ex comodoro Fernando Estrella y el ex general
Luciano Menéndez. Son sólo dos sobrevivientes de una veintena de militares que
cumplieron funciones de intervención a partir del golpe del 24 de marzo de
1976. Sin embargo, según el informe de la Comisión Provincial de Derechos
Humanos (CPDH) creada por decreto número 624 el 12 de marzo de 1984 y firmado
por el gobernador Carlos Menem, los militares fueron apoyados a su vez por una
parte importante de la sociedad civil riojana. Así lo indican los 132
testimonios de víctimas riojanas que testimoniaron ante la CPDH.
Un obispo peligroso
Una copia del informe sintetizado en 113 páginas de la
CPDH al que accedió Marcha, señala la importancia de la llegada del obispo
Angelelli a la diócesis de La Rioja en agosto de 1968 por su labor social con
los desposeídos de la provincia. “La reacción contra su obra no se hizo
esperar. Se sucedieron hechos y situaciones como prólogo de un clima de
perturbación y escándalo que fabricarían aquellos que no compartían la postura
de la Diócesis y se marginarían, rechazándola y atacándola”, señala el informe
en su página 19. Efectivamente, apenas Angelelli se hizo cargo del obispado
encontró rechazos entre algunos sacerdotes que debieron dejar sus cargos en la
pastoral local. “En 1972 la campaña difamatoria toma dimensiones de insidia sin
límites, sobre todo a partir de publicaciones como Cura Brochero y el diario El
Sol “, continúa el informe. “Los disidentes organizan planificadamente en junio
de 1973 el denominado Caso Anillaco donde, en los incidentes provocados, se
agravia de palabra y de hecho tanto el Obispo como a sacerdotes y religiosas
que se ven obligados a retirarse”, sigue el relato sobre la persecución a
Angelelli.
La cercanía entre el nuevo obispo y el diario El
Independiente, conducido por Alipio Paoletti, dejó descolocados a los sectores
de poder en la provincia durante los años sesenta donde las intervenciones militares
se sucedieron al amparo de la Revolución Argentina, dictadura encabezada por el
general Juan Carlos Onganía desde 1966. Angelelli y Paoletti eran implacables a
la hora de denunciar las arbitrariedades del poder local. A comienzos de 1972,
se instaló en la capital provincial el empresario Tomás Álvarez Saavedra, un
hombre ligado a los servicios de inteligencia del ejército, con negocios en
Córdoba y Catamarca. En La Rioja instaló el hotel y casino Sussex, y el diario
El Sol y un año después fue candidato a gobernador para continuar la obra de la
dictadura: salió cuarto con menos del 2 por ciento de votos.
Desde las páginas de El Sol, Angelelli y El Independiente
fueron difamados permanentemente. Se publicaban noticias insólitas como
reuniones en la sierra riojana en las que participaban Angelelli, Paoletti y el
líder del ERP, Mario Roberto Santucho en las que se discutía el reparto de
armas para alzar a la provincia. Lo curioso es que La Rioja no registra un solo
hecho o acción armada ni del ERP ni de Montoneros desde fines de los sesenta,
pasando por el golpe militar ni hasta el regreso de la democracia en diciembre
de 1983. El director de El Sol fue Eduardo Menem durante los primeros dos meses
de vida y como secretario del director fungía el licenciado José Furey, quien
permaneció en la provincia durante los años de la dictadura. Con el desembarco de su jefe Eduardo Menem en
el Senado entre 1983 y 2003, figuró como su empleado en el bloque de senadores
peronistas y hasta llegó a conducir la obra social del Congreso por un período
de dos años durante el menemato. Con el legajo 13810 y la categoría A1, Furey
figura ahora como empleado permanente del senador Carlos Menem y hasta Eduardo
consiguió que su hermano lo emplease en la cámara alta con el legajo 11830 y la
categoría A3. Eduardo es un hombre afortunado para conseguir trabajo en el
Estado: en 1967 fue ministro de Gobierno del interventor Guillermo Iribarren
quien falleció en ejercicio del poder en 1971. Fue Eduardo Menem quien asumió
como gobernador riojano por pocos días.
Vísperas del golpe
En junio de 1973, durante una celebración religiosa en
Anillaco, Amado Menem, hermano mayor de Carlos y Eduardo, y administrador de
las bodegas familiares, junto con la agrupación de ultraderecha Tradición,
Familia y Propiedad, encabezada por el abogado Cosme Beccar Varela, organizaron
la expulsión de Angelelli del pueblo con palos y piedras. Posteriores ataques a
casas de religiosas y capillas confirmaron que el blanco de la reacción era la
iglesia riojana. Sin embargo, ninguno de ellos aparece involucrado en el
expediente Angelelli que ingresará este lunes en su tercera jornada de juicio
oral.
Con el golpe militar del 24 de marzo de 1976, Carlos
Menem fue destituido como mandatario electo, pero Eduardo se mantuvo al frente
del estudio jurídico familiar sin sufrir persecusiones. El asesinato del obispo
ocurrido el 4 de agosto de 1976, fue festejado por Alvarez Saavedra –fallecido
en los años ochenta- en el hotel y casino Sussex al que solía asistir Eduardo
Menem en las noches de juerga. Quien realizó la autopsia del cuerpo de
Angelelli fue el médico policial Enzo Herrera Páez en el hospital Vera Barros,
aunque no encontró signos de violencia. “Fue un accidente que se trató de
disfrazar de asesinato”, dijo en 1996. Un año después, ingresó como diputado
nacional por el Frepaso que en La Rioja eran encabezado por la Unión Cívica
Radical, opositora al menemismo, pese a que figura en la página 69 del informe
de la CPDH en el listado de personas vistas en los centros clandestinos de
detención por las víctimas de la
dictadura. Hoy ejerce como médico cirujano en la capital provincial y es dueño
del Sanatorio Rioja. Sólo un ejemplo de los muchos que siguen sin responder
ante la justicia.
Foto: Lista de represores publicada por la Comisión
Provincial de DDHH riojana en 1984
LA SEMILLA DEL MAL ESTÁ INSTALADA EN NUESTRA PROVINCIA. EN CUALQUIER MOMENTO PUEDE ECLOSIONAR!!
ResponderEliminarHAY PERSONAS QUE ODIAN A MUERTE A ANGELELLI. POR ALGO SERÁ Y EN ALGO ANDARÁN. COMO LES GUSTA DECIR!