Noche Mágica

Otra vez el Club Atlético Anillaco lució sus galas. Esta vez para recibir al ballet Cite Arte dirigido por el coreógrafo y director francés Bruno Van Ashe  (foto) y su elenco conformado por bailarines de la ciudad de La Rioja al que se sumó el bailarín costeño Nahuel Félix Guerrero luciendo ante sus coterráneos sus primeros pasos en esta nobel experiencia.

Después de una ausencia de cinco años como profesor de danzas del Centro de Animación  Socio Cultural Sede Los Molinos, el talentoso coreógrafo de origen francés, regresa como profesor al Centro dirigido por la profesora Virginia Hansen.

Esta es la segunda vez que el mencionado Club se convirtió en escenario de la Danza Teatro. Sin que todavía hayamos caído en cuenta cabal de ello, estos espacios públicos se están convirtiendo en protagonistas de cambios significativos en la historia del arte del departamento Castro Barros, como lo es la introducción de la Danza Teatro. Mientras tanto Virginia Hansen, generaciones de bailarines costeños y la Comunidad de Los Molinos, siguen soñando con un teatrino en esa localidad, y ese sueño es por ahora un bello ensueño y un casi utópico despertar.

Para poder seguir hablando de Danza Teatro debo referirme a la bailarina y coreógrafa Pina Bausch, considerada por el público, los críticos y cultores del teatro y la danza, como la mejor coreógrafa del siglo. Para introducirnos ligeramente en el espíritu de su trabajo y sus concepciones escénicas- estético-sociales, nos remitimos a una frase suya “No me interesa el movimiento. Me interesa lo que mueve a las personas. Mis obras crecen desde dentro hacia fuera”.

La sobriedad de la escenografía presentada por Bruno el viernes 10 de setiembre en el C.A.V.A., nos habla claramente de que su trabajo busca crecer desde dentro hacia fuera, precisamente.

KUBIKIANA, tal el nombre de la obra presentada, se paseó por diferentes lugares del país siguiendo el   Circuito Nacional de Teatro del Bicentenario. El país en el país, hasta recalar en Anillaco. Y la noche se lleno de magia. Las reminiscencias de la infancia fueron convocadas con tachos, tarros y pelota y nos emocionó a todos. Por un rato fuimos niños traviesos, y cuando nos fuimos llevábamos en el corazón un dulce revolcón nostálgico y el guiño cómplice de Bruno.

Bienvenidos sean los esfuerzos de los artistas costeños y sus mentores; bienvenidas las iniciativas de nuestras autoridades locales al promover la cosechas de esos esfuerzos de tanto en tanto, porque junto a las lluvias del verano estos esquivos licores escancian nuestros cuencos resecos.