El
jueves 20 comenzó la ronda de testigos víctimas en la denominada Megacausa La Rioja,
en la que Plutarco Schaller y Carlos Alberto Gómez brindaron sus testimonios. El viernes declararon Jorge Raúl Mercado Luna
y Antonio Encarnación Gómez. Las declaraciones de los testigos víctima
continuarán el jueves 27 del corriente mes, por la tarde.
Con una sede del Tribunal Oral Federal repleta de
personas, el jueves 20 por la tarde dio comienzo la quinta jornada del juicio a
miembros de la Policía Federal, de la Provincia, el Ejército Argentino y a
autoridades de la Justicia Federal, por crímenes de lesa humanidad cometidos en
la Provincia durante la última dictadura militar.
La audiencia inició 45 minutos tarde “por cuestiones
ajenas al Tribunal”, según indicaron los propios miembros del cuerpo antes de
dar comienzo a las indicaciones y peticiones por parte de las partes.
Posteriormente a ésta etapa, ingresó Plutarco Antonio Schaller, el primero de
los más de 100 testigos que comparecerán ante los jueces.
Los primeros en realizar el cuestionario al testigo,
fueron los miembros de la querella, quienes le preguntaron al ex periodista,
cómo y cuándo había sido detenido, a lo que él respondió que “fui secuestrado,
porque eso es lo que fue, la noche del golpe militar (24 de marzo de 1976)
mientras estaba trabajando en el diario El Independiente”.
En un pasaje del proceso, se le consultó si había visto
al doctor Leonidas Carlos Moliné trabajar en el pabellón en donde estuvo preso
y si había sido atendido médicamente por éste. “Lo de Moliné era una burla.
Cada vez que me examinaba y veía que estaba molido a palos, me decía que le
diga lo que quieren escuchar a los militares para que me dejen de pegar. El
sabía todo lo que nos hacían ahí dentro y fue cómplice”.
Posteriormente, manifestó que el ex juez federal por la
provincia de La Rioja, Roberto Catalán, “nos visitó cuando estábamos detenidos
en Sierra Chica (localidad de Olavarría, provincia de Buenos Aires).
Nos tomó declaraciones, pero no puso las que yo le dije.
Yo le conté que había sido víctima de torturas y que fui detenido ilegalmente,
pero no hizo nada. Después recomendó la detención de mi esposa, por lo que ella
debió escapar a Buenos Aires con un nombre falso”.
Denunció la participación de varios sacerdotes de la
Provincia y contó que una vez que fue a dar misa el entonces obispo de La Rioja
Bernardo Witte, le suplicó a éste que le avisara a su familia en donde estaba y
que se encontraba con vida, “cosa que nunca hizo” y manifestó que “él sabia y
veía lo que nos hacían”.
“Los nazis se quedaron cortos con éstas personas que
ensuciaron al Ejército Argentino”, expresó Schaller.
Luego fue el turno de la defensa de los acusados, quienes
utilizaron la estrategia de bombardear a preguntas a Schaller, con la intención
de que éste esforzara su memoria y se contradiga con declaraciones anteriores.
Incluso, en un momento cruzó entredichos con el abogado
Juan Carlos Pagotto, defensor de Catalán.
Finalmente, después de más de dos horas, concluyeron con
el interrogatorio al ex periodista y éste se sentó en la tribuna, mientras
familiares y amigos lo aplaudían.
Viernes
21 de agosto, Sexta audiencia Megacausa
En la jornada del virnes, continuó la audiencia por la
Megacausa de Lesa Humanidad. En la oportunidad comenzó con la declaración de
Jorge Raúl Mercado Luna por más de tres horas. Luego fue la oportunidad de
Antonio Encarnación Gómez. Cabe destacar que las declaraciones de los testigos
víctima continuarán el jueves 27 del corriente mes, por la tarde.
En la ocasión, el testigo Jorge Raúl Mercado Luna (81)
declaró por más de tres horas, en donde manifestó y contextualizó cómo era La
Rioja en la época de la Dictadura.
Al ser consultado sobre la detención de Carlos
Lanzillotto y de su hermano Ricardo Mercado Luna, dijo que “él era como un
hermano para nosotros y vivía a una cuadra de mi casa.
La Rioja lo conoce porque fue una persona excepcional,
era muy sensible, poeta, historiador y docente. Sus detenciones fueron en una
circunstancia parecida, los dos fueron llevados presos al Instituto de
Rehabilitación Social (IRS) el 3 de junio de 1976 y ocupó una celda junto a mi
hermano, allí estuvieron detenidos hasta el 3 ó 4 de octubre”.
En este marco, narró cómo fue el encierro que vivió su
hermano y enumeró una larga lista de nombres de personas que estuvieron
detenidas en el IRS bajo las mismas circunstancias. Asimismo detalló cuál fue
su accionar para poder ayudar a su hermano.
En este sentido dijo que “corrimos a la Catedral para
decirle al obispo Cándido Rubiolo y le pedimos que hable con Pérez Bataglia,
porque no sabíamos qué iba pasar, pero no se animaba y nos dijo que iba hablar
con Roberto Catalán. Luego de hablar nos dijo que se los llevaban por vía aérea
a Sierra Chica, una cárcel de alta seguridad donde pintaban a los presos con
una rayas y les ponían una cadena. Después nos dijo que tengamos paciencia y
fe”.
Asimismo, el testigo destacó que “no teníamos adónde
recurrir, y nos conformamos con saber adónde los llevaban. Era peor que un
arreo como los subían en un avión por la cola en donde ya venían personas de
Catamarca y allí comenzó algo infernal, porque en ese viaje los orinaron, les
pegaron y algunos estuvieron muy heridos, si los gendarmes paraban de
golpearlos era porque se cansaban”.
Más adelante, en respuesta a la querella, detalló cuando
vio en 1976 a Plutarco Schaller, que estaba preso y que había sido llevado al
sector del hospital Plaza que estaba tomado por el Ejército. “Nosotros como
médicos no podíamos pasar porque estaba tomado por el Ejército y era donde
traían a los presos cuando no los podían atender en la cárcel, cuando nos
necesitaban íbamos a atenderlos.
A mí me llevaron a atender a Plutarco Schaller porque
orinaba sangre, y lo desconocí. El orinaba sangre, por golpes; estaba lleno de
moretones, no podía moverse ni caminar, esto lo puedo asegurar porque lo he
visto” explicó.
Sobre Moliné dijo que “curaba los heridos para que los
vuelvan a torturar. Fue el médico funcional del proceso, él firmaba las actas
de defunción y ponía que las muertes eran por intento de escape o huida”.
Así también precisó que “los castigos de los presos
fueron de múltiples maneras; todo estaba producido por la misma orden, la misma
actuación en todo el país y lo cumplían todas estas personas que estaban locas.
La Dictadura fue una huella de castigo”.
Sierra
chica
“La bienvenida a Sierra Chica no sólo fue la agresión de
la “Avenida de Penurias”, en ese tramo hay muchas casillas con perros que
largaban y se les subían al lomo y eso me consta porque he sido uno de los
primeros en visitar Sierra Chica.
La visita era a distancia; cuando llegué lo vi a
Lanzillotto y a mi hermano a quien desconocí, porque había perdido 45 kilos, vi
varios de mis amigos, estaban todos los del diario: Cacho Paoletti, Schaller, y
todos estaban muy golpeados” comentó Mercado Luna.
Sobre el IRS, resaltó que fueron muy crueles y que los
presos no tenían visitas; carecían de diarios, de libros, de recreos y de cosas
elementales, “la única visita que tenían era de los gendarmes que cumplían el
ritual de tortura y dolor para con los presos” afirmó.
Además, el testigo dijo que “la represión acá en La Rioja
tuvo cuatro blancos: el primero fue la muchachada peronista; el segundo blanco
fue Monseñor Angelelli y su Pastoral; el tercero fue el diario El Independiente
de aquel entonces, porque creían que ahí había armas, dinero; y el cuarto fue
la cultura, la universidad, el arte, los pintores, músicos y poetas, artistas.
En estos cuatros puntos veían el comunismo y justificaban las atrocidades que
ellos cometían”.
Centros
clandestinos de detención
Por otra parte, detalló los lugares detención y reclusión
en la Provincia y nombró al IRS, la Policía de la Provincia, la Policía Federal
y el Batallón de Ingenieros 141; en Chamical la Base Aérea, las comisarías de
los pueblos y Sierra de los Quinteros.
“La Justicia federal y provincial estaban enfermas,
juraban por el proceso antes que por la Constitución, y a lo largo de este
proceso de la democracia se han vivido los juicios con miedo. Desde que terminó
la dictadura los personajes que participaron continuaban y continúan en cargos
gubernamentales, ¿quién se iba a animar de decir algo?” manifestó Mercado Luna.
Finalmente denunció que “los anteriores juicios estaban
salpicados por un sinnúmero de influencias gubernamentales que yo puedo
comprobar”, concluyó.
Por último atestiguó el ex preso Antonio Encarnación
Gómez (72), quien detalló sobre el calvario que le tocó vivir en su detención
en la Policía Federal y en el IRS, desde el 15 de abril de 1975 hasta el 4 de
octubre del 1976.
Fuente: El
Independiente
Foto:
Testigos Megacausa La Rioja
Más
información: http://megacausalarioja.blogspot.com.ar/
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