A pesar de todo un año de lucha, de la
organización de un pueblo y de la búsqueda de una salida a los problemas que
provocan las crecientes estivales del río Bermejo, los vecinos de la localidad
de Los Palacios en el departamento Felipe Varela, no están conformes por las
obras que se están llevando a cabo.
La lucha
de este pueblo, que se hiciera pública el día 9 de marzo con un corte de ruta
sobre el cruce de las rutas nacionales N° 40 y N° 76, en la entrada de Villa
Unión, un día después que una feroz creciente arrastrara con ella una casa,
viñas y quedara a tan solo 20 mts de la escuela N° 70
"Wolf Schcolnik", no ha llegado a su fin. Los vecinos
manifiestan su descontento por las obras que se encuentran realizando tanto la
empresa Paolini hnos. e Ipalar.
Recordemos
que las demandas de los vecinos se basaban en el encauzamiento y dragado del
río como principal acción de prevención, y obras de defensa como acción de
protección. Se demandaba además la presentación por escrito por parte de las
autoridades de los proyectos a ejecutar y su presupuesto de manera que el
pueblo pueda controlar las acciones.
Luego de
otro corte de ruta el día 15 de julio, juntadas de firmas, tres entrevistas con
el gobernador, entre otras acciones, a mediados de setiembre se inician tímidas
acciones por parte de la empresa antedicha y de Ipalar sin que los vecinos
supieran que era lo que se estaba haciendo. Luego se supo que Ipalar quedaría a
cargo de construcción de bordos que encauzarían el río y que la empresa Paolini
hnos. se encargaría de las defensas, a pesar de que, según los integrantes de
la Comisión de Vecinos que visitó en setiembre al gobernador Dr. Luis Beder
Herrera, este manifestó que el trabajo lo haría totalmente la empresa Paolini
hnos. porque "... ellos son los que tienen la maquinaria".
El
malestar de los vecinos se basa en varios aspectos. En primer lugar, aducen que
en todas sus manifestaciones alertaron sobre la premura que demandaba el inicio
de las obras, por la frecuencia anual de precipitaciones que son netamente
estivales. En este momento, promediando ya diciembre las obras se están
ejecutando a las apuradas.
Por otro
lado, luego de buscar información insistentemente, los vecinos se enteraron que
las obras de defensa la realizaría la empresa y el encauzamiento Ipalar. La
empresa, sin que se presente proyecto alguno, ni a los vecinos ni a autoridad
competente, se encuentra realizando una obra que no conforma a los vecinos,
basado en un terraplén inclinado sobre las fincas y un pilote de piedra
embolsada al pie de este, que en principio iba ser enterrado a 2 metros de
profundidad pero que en muchos casos por
la presencia de agua subsuperficial esta profundidad no supera los 70 centímetros.
Para tener un parámetro, las obras que, según los vecinos, mejor se comportaron
eran pilotes de piedra y palos distanciados a unos 20 metros, como cerca, del
pueblo, y enterrados a 7 metros de profundidad. Según los vecinos, e incluso
según manifestaron de manera informal autoridades del departamento, esta obras
no resistirán una creciente fuerte como las que ocurren periódicamente en la
región.
Por
último, el encauzamiento realizado por Ipalar se está basando en un bordo a la
altura de la zona más afectada, a pesar de que el reclamo es el encauzamiento
de todo el pueblo, el dragado del río (que permitiría eliminar los bancos de
arena que desvían el agua hacia el pueblo) y la limpieza del monte en la margen
opuesta al río. Además, las máquinas que trabajan poseen una antigüedad de no
menos de 60 años lo cual limita su capacidad de trabajo y, según los vecinos,
"... andan un día, se rompen, y quedan paradas una semana."
El
gobernador se hizo responsable de lo que pudiera pasar y a él seguramente lo responsabilizarán.
Pero no es lo que desean. Desean quedarse en su pueblo, vivir dignamente y en
paz. Para ello saben que la lucha será larga. Pero también saben que la
ganarán.
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