LOS OLIVOS DEL SEÑOR

Hace un par de días, una noticia explotó como un misil en Aimogasta y se extendió como por una mecha subterránea por toda la región aceitunera de La Rioja: todo Arauco, Villa Mazan y La Costa. El poderoso y monopólico rey de la aceituna Nucete, paró su fábrica por tiempo indeterminado…Por Félix Guerrero    

                                                                                                                   

En los tiempos originales y luego en los tiempos heroicos,

Se ponía aceite de oliva a los recién nacidos y a los recién muertos;

Los atletas del Olimpo se untaban el cuerpo con el mismo aceite para luchar.

Hoy en día el olivo unge al mercader.

El poderoso y monopólico rey de la aceituna Nucete, paró su fábrica por tiempo indeterminado porque tuvo que guardar sus aceitunas hasta que los vientos benéficos de las exportaciones vuelvan a soplar por estos valles. Sus obreros, muchos de los cuales  habían nacido, y crecido en la emblemática factoría y soñaban morir en ella como quien muere en su casa, quedaron consternados.

Un productor de Villa Mazan, que lleva impresa en su alma y en su apellido la heroica actividad olivícola que dio vida y fama a sus pagos, consultado por el preguntón Ale Salvatto, periodista de Radio La Bocona, explicó las causas de tan amarga noticia.

El señor Héctor Olivares dijo que la crisis ya viene desde hace dos o tres años y que la situación ya había sido planteada al gobierno provincial desde la cámara de la Industria Olivícola local. También explicó que el problema tiene que ver con las exportaciones. Brasil, uno de los principales clientes, en represalia al Gobierno Nacional, por disputas en el intercambio comercial entre ambos países, trabó las importaciones de la aceituna cambiando las normas. Hasta diciembre del año pasado, las licencias para exportar eran “automáticas”: en un trámite de 48 a 72 horas, el tema estaba resuelto para la operación comercial; con las nuevas disposiciones el trámite tarda de 60 a 90 días, tiempo que le toma al gobierno brasileño decidir por el sí o por el no.

Como posible solución, el productor Olivares plantea que sería conveniente que la señora Presidenta de los argentinos se siente a conversar con las autoridades brasileñas, para dar fin a esta crisis, ya que se trata de decisiones políticas de la Nación.

Ya se sabía que la olivicultura argentina venia con  problemas desde antes de esta crisis. De las 95.000 toneladas de aceitunas de mesa producidas en el país, se exportaron 90.500 toneladas, dejando solamente 4.500 toneladas para el mercado interno. De las 25.000 toneladas de aceite de oliva producidas en el país se exportaron  18.200 toneladas. El mercado interno solamente absorbió  unas 6.800 toneladas de aceite de oliva del Noroeste argentino.

El consumo de aceite de oliva per cápita en Argentina es de aproximadamente 250 mililitros, muy inferior al consumo  de alrededor de 15 litros  en España e Italia, y casi 23 litros per cápita en Grecia.

Una fuerte campaña en nuestro país que aumente el consumo podría ser parte de la solución. El consumo promedio de alrededor de un litro de aceite de olivo per cápita en la Argentina, significaría unas casi 40.000 toneladas, para lo cual no alcanzaría la producción propia.

Sin embargo, el problema viene de las lejos y tiene que ver con el sistema político imperante en el planeta.

El sistema agroalimentario mundial está funcionando muy mal: uno de cada siete habitantes  pasan hambre a pesar de que los grandes medios de información nos aseguran que el actual sistema alimentario es el mejor.

Hoy se producen  más alimentos que nunca en la historia. La producción se ha multiplicado por tres desde los años 60  mientras que la población mundial tan solo se ha duplicado. A pesar de que hay muchos alimentos, no hay acceso a los mismos porque el mercado especula.              

La globalización de la alimentación afecta a amplias capas del hemisferio Sur. Comemos productos que recorren miles de kilómetros antes de llegar al consumidor, cuando estos productos podrían cultivarse en el pis que los consume.

Como se produce en función de los intereses del mercado, en función de los intereses del capital, en función de las grandes empresas del agronegocio, se produce en los países donde se explota a los trabajadores y al medio ambiente.

Se deslocaliza la producción agrícola y alimentaria a los países del hemisferio Sur aprovechando de las condiciones de trabajo  muy precarias de los campesinos de allí. Hace varios años, el presidente venezolano Hugo Chaves habló de “desarrollo endógeno”, pero nadie le hizo caso. Muchos no saben siquiera de que se trata. Sería bueno empezar a reflexionar sobre ese tema antes que sea demasiado tarde.