Durante
los últimos días los clientes de Edelar recibieron su boleta de la luz con una
cartilla titulada “Todas las Respuestas Necesarias” donde el gobierno
provincial invita a la comunidad a
sumarse al “diálogo respetuoso” para sacarse todas las dudas y
asegurarse de que la explotación del cerro Famatina es totalmente inocua. La
realidad detrás de la publicidad dista mucho de la panacea propugnada por el
oficialismo.
La estética de la cartilla,
el lenguaje utilizado, la estructura en forma de preguntas y respuestas
cerradas e inviolables guarda una similitud increíble con las publicaciones de
las iglesias evangelistas, mormones o testigos de Jehová. Este señalamiento
podría hacernos sospechar que la propaganda prominera pudo elaborarse en los
grandes centros anglosajones de publicidad, aquellos mismos donde las mencionadas
iglesias imprimen millones de cartillas, periódicos y libros por mes. Aquellos folletos en donde a través de cuatro
o cinco preguntas que se responden a si mismas se anuncia el inminente fin de
las calamidades, la iniquidad y la injusticia.
A través de 30 preguntas y
respuestas la cartilla tiene la intención de aclarar que la minería
a cielo abierto es una actividad limpia e incapaz de dañar el medioambiente.
Entre algunos puntos llamativos por su falsedad se pueden destacar:
Afirman que el proyecto de
OSISKO va a usar 1 litro de agua por segundo, pero más adelante, en la pregunta
19 se ponen las cifras de la cantidad usada por las minas a cielo abierto de
Argentina, como por ejemplo Gualcamayo, que tiene permitido utilizar 750 litros
por segundo. Puesto así parece
inofensivo, pero esa cifra asciende a 2.700.000
litros de agua cada una hora.
La cartilla también hace
hincapié en que el control l lo tiene la empresa estatal y no la multinacional,
lo cual resulta muy difícil de creer
teniendo en cuenta la capacidad económica y el poder que puede ejercer una
empresa multinacional frente a un estado provincial endeble y corrupto como el
riojano. Las leyes nacionales y provinciales fueron hechas en los 90’ para
beneficio de las empresas y eso, los miembros del estado provincial lo saben.
En otra parte se justifican
las listas negras elaboradas por OSISKO diciendo que las personas señaladas,
estaban así marcadas porque eran las personas con que la empresa quería
“dialogar en el marco de su política de transparencia y respeto”. Una actitud
cobarde y absolutamente colonialista, que defiende los intereses de
corporaciones foráneas por sobre la integridad y el derecho a la soberanía de
los argentinos. La empresa hizo listas
negras como en la última dictadura militar, y lo hizo en colaboración con los
aparatos de la policía provincial.
Por último y como aporte al
debate desde LA BOCONA decimos que la minería metalífera a cielo abierto es una
de las patas más importantes del modelo extractivista. El extractivismo es un modelo exportador de
materias primas. Con un modelo extractivista la provincia no se desarrolla, no
se crea empleo y si no se crea empleo no hay forma de generar una estructura
económica e industrial sustentable.
El problema del extractivismo
no es el heho en sí, es decir, quienes ganan plata. Es un negocio de grandes
empresas transnacionales que tienen un enorme poder en América latina. Hay una
reproducción dependiente de Latinoamérica, el ciclo económico depende de bienes
básicos.
La idea de los gobiernos de que
si yo privatizo la extracción de los recursos naturales, abro la economía,
desregulo y flexibilizo las leyes, hay prosperidad, no se dio en ninguna parte
del mundo. Esto frente al neo desarrollismo que ilusiona al gobierno nacional y
a varios países latinoamericanos, que dice que hay que intervenir desde el
estado, mejorar la competitividad, desarrollar la industria, impedir la
apreciación del tipo de cambio, en fin crear burguesías latinoamericanas
poderosas que desarrollen nuestra economía. Se postulan como socios menores del
capital transnacional a costa de arruinar el medioambiente y la riqueza de la
provincia.
De esta manera viviremos,
además de tener un ambiente destruido, con la ilusión del progreso en la
mentira del desarrollo, cuando en realidad una mina es una boca más para
alimentar el American Way of Life,
basado en el lujo, el derroche y la sobre explotación de los recursos
naturales. Y si de modelos se habla
tendremos que decidir entre aquellos basados en el estímulo al consumo
indiscriminado de bienes, que necesariamente llevan a la saturación de la
naturaleza o un modelo que ponga al hombre y la mujer y no a la mercancía en el
centro de sus preocupaciones.
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