Editorial: Los despedidos y los responsables

Durante décadas los políticos riojanos han entrenado a los habitantes de nuestra provincia para beneficiarse del erario público a cambio de la única contraprestación del voto. Voto que sirve para iniciar una carrera que termina con la deslegitimación y el desgaste, un capital considerable y las cuentas bancarias llenas. Durante décadas el futuro de los riojanos significó acercarse al político para recibir el sustento con que mantener a su familia ante la ausencia absoluta de oportunidades. El asistencialismo, el clientelismo político, el amiguismo, suplantaron una fuente de trabajo estable y el crédito bancario e hipotecario… 

Así se creó un modelo de sociedad a la deriva. La ausencia de un modelo de provincia generó una provincia gris, injusta y sobre todo antidemocrática, incapaz de solucionar la vida del conjunto de la población. Y como para muestra basta un botón, y además este artículo es para solidarizar con los despedidos de Aminga, el ejemplo será breve: Durante los 10 años de menemismo ingresaron a la provincia de La Rioja un promedio de u$s 12 por día por habitante; ése dinero fue a parar a las cuentas de varios funcionarios pero nunca se invirtió en bienes y servicios para los riojanos que tendríamos que vivir un poco mejor que los sanluisenses por decir así. Y por ejemplo hoy solo el 14% de los habitantes tiene acceso al gas natural de red. Para el resto queda hacer la cola como en las economías de guerra para conseguir una garrafa, vendida por el mismo estado que dilapidó millones de dólares en robos alevosos pudiendo invertir en mejoras. Como el perpetrado por el ex –intendente Omar Menem, entre otros. Un amingueño que hoy no se hace ningún problema.

Pensemos por un momento una cosa muy simple: Usted se levanta, desayuna, va al trabajo, vuelve, almuerza; a fin de mes cobra su sueldo y paga sus deudas y con lo poco que le sobra trata de hacer algo agradable: le compra algo a sus hijos, cambia algún electrodoméstico Etc. Pero para la gente que no tiene trabajo es diferente. Una de las condiciones más tremendas por la que atraviesa una persona en su vida es el desempleo. Es desesperante. Perder la certeza de comer, de vestirse, de alimentar los hijos. Ahora bien, viva un día así y trate de no aceptar un plan. Es imposible.

La mayoría de los despedidos son chicos jóvenes. Muchos tienen hijos. Al perder el plan perdieron todo. Si iban a trabajar o no importa poco. ¿De qué se puede trabajar en La Costa? No hay muchas opciones. Dos fábricas y una bodega en una comunidad de 5000 habitantes no alcanzan. Estas cosas no fueron pensadas por el intendente y los secretarios. Aclaremos que ésa es la tarea suya: velar por el bienestar de la comunidad. Ni por el vice-intendente, que es amingueño, que conoce de cerca la realidad de estos chicos, que fue maestro de la mayoría de ellos en la escuela de Aminga. ¿No se le va a mover un pelo a este tipo delante de tanta injusticia? Los descorazonados funcionarios no están para eso. Pero son los principales responsables de que no haya oportunidades reales, son los responsables de no gobernar para solucionar los problemas reales a la gente.

Párrafo aparte: Marcelo del Moral es candidato a diputado nacional por el FPV, el partido político que gobierna el país y que se jacta de llevar adelante un modelo de inclusión y justicia social.

Esperamos, aunque con mucha desconfianza, que por el momento se reincorpore a esta gente a su trabajo y que se pueda pensar en que primero tienen que comer y después discutimos si van a trabajar o no, si van a marcar tarjeta y se vuelven a la casa, y después discutimos sobre los verdaderos ñoquis que tienen la categoría 24 y se rascan todo el día desde hace años. Es tarea de la municipalidad darles una ocupación a los contratados y a las becas, que con la cantidad que hay, el departamento debería brillar, solo con un poco de organización. Esperamos, con desconfianza pero esperanzados también que el departamento tenga futuro y presente. Y que independizarte, conseguir trabajo, tener mujer e hijos y una casita, obra social y un aporte que te haga pensar en la vejez con tranquilidad dejen de ser puros sueños y vayan poco a poco incorporándose a la realidad.