El famoso y viejo cuento del tío parece no tener fin y cada vez aparecen más astutos que lo perfeccionan. Esta vez casi le toca el turno al museo Pedro Ignacio de Castro Barros en Chuquis.
El director de este museo, Juan Aurelio "Alilo" Ortiz, recientemente recibió una llamada de larga distancia. Su interlocutor lo saludó como si fueran viejos conocidos, diciéndole que había estado en el museo y que se encontraba en Córdoba de tránsito hacia Chuquis llevando un cargamento en un camión con elementos tales como calzado, ropa de abrigo, chapas de cemento y otros elementos para ser entregado en la comunidad, pero, se habían quedado sin combustible y necesitaba dinero para cargar y llegar al lugar con tan valiosa carga.
El director de este museo, Juan Aurelio "Alilo" Ortiz, recientemente recibió una llamada de larga distancia. Su interlocutor lo saludó como si fueran viejos conocidos, diciéndole que había estado en el museo y que se encontraba en Córdoba de tránsito hacia Chuquis llevando un cargamento en un camión con elementos tales como calzado, ropa de abrigo, chapas de cemento y otros elementos para ser entregado en la comunidad, pero, se habían quedado sin combustible y necesitaba dinero para cargar y llegar al lugar con tan valiosa carga.
El director del museo le manifiesta que no tenía dinero pero que haría lo posible para solucionarle el problema. Comentó el tema con el municipio y recibió otro llamado. Al consultarlo sobre cuánto necesitaba dijo que 2.000 pesos dando como nombre Alfredo Jorge Gómez, DNI 18.591.187 y que era amigo del doctor Juan Carlos Morales que había estado en el museo.
Alilo dice que no los recuerda y comienza a desconfiar. Llama al celular de Gómez y lo atiende un supuesto doctor Morales quien le pasa con Gómez quien le dice que ya tiene los dos camiones cargados y que se encuentra en Lanús (Buenos Aires).
Tras estos hechos, en el teléfono del director del museo aparecieron dos llamadas pérdidas y desde entonces no volvieron a llamar por lo que el hecho le hace supone que se trató de un intento de estafa. Al respecto Alilo comentó que "cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía" y que esta noticia sirva para alertar a otros sobre este tipo de comportamiento. El celular del que se llamaba era el 011 41 661207.
Fuente: El Independiente
Fuente: El Independiente
El tío Sam no vive en los museos, y su cría anda suelta por todos lados.
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