LA VIDALA ETERNA

El grupo folclórico “La Pacota” se presentó el sábado 16 de abril en el Poco´s Pub de Los Molinos. El evento fue organizado por la Radio Comunitaria FM La Bocona. La noche estuvo fría aunque el clima interno fue cálido e íntimo. A continuación presentamos las impresiones de nuestro compañero Félix Guerrero luego de una velada de música y arte popular riojana.

En tiempos en que por estas tierras acontecía el crepúsculo de una civilización que declinaba por el poniente a instancias de una incivilización que venía arrasando por el occidente, ya estaba instalada la vidala en las profundidades de la nación Diaguita.

Hubo una guerra brutal y artera. No hubo ruegos ni claudicaciones y cuando cayó el último guerrero nativo, brotó de las profundidades la vidala, es decir, la vida, con acento triste pero persistente y eterna:

Calma que va, lejos y acá.

Vida que abraza, en la soledad.

Lento en mi voz, cantó el dolor.

Vidala eterna, mi canto es tu voz.

Algunas veces las nubes viajeras se van a llover a otras partes y la tierra se encoge. En tiempos de sequias, de militares y políticos traidores, los algarrobos dan más frutos y las riojanas paren mas vidaleros.

Volvieron los gringos saqueadores a llevarse los paisajes y los tesoros de mi tierra y les salieron los vidaleros en Pacota llevando por armas quenas y sikus, guitarras y charangos, cajas y bombos; algún violín de añadidura. Estas armas no van cargadas con pólvora ni metralla sino con munición más certera: el canto latinoamericano hecho de vidalas y joropos, huainos y chacareras. Y traen  a tras un pueblo que despierta despacio, lento, pero inexorable.

Ellos vinieron para La Costa, estuvieron aquí, en Los Molinos. Vinieron a cantarnos y a convidarnos. A convidarnos a que no permitamos que toquen estos cerros, ni el Famatina, ni el Velazco. Nada. Nuestra tierra tampoco se toca señores de la avaricia. Por ninguna plata.

¡Díganme si no es para empacharse de esperanzas! Son todos jovencitos los integrantes de La Pacota que vino de la Ciudad: dos chicas y tres muchachos músicos, llenos de entusiasmo, de historia y de rebeldía, de esa rebeldía que construye dignidad.

Por eso creo que la vidala es eterna. Porque la tierra sin vidaleros se muere, y la vidala sin tierra desaparece.

Por las quebradas del Velazco viene bajando un arroyo puro derramando sus trenzas cristalinas y susurrando una vidala persistente. Aquel que bebe sus aguas de vida asume un compromiso con la vida y con el canto.  Aquel que bebe de esas aguas debe saber que bebe vida frágil y poesía pura. Vida que hay que defender y pureza que hay que conservar. La eternidad de la vidala depende de ti, de mí, de todos. No dejemos solos a los vidaleros.