PENSAR EN TI

Cuando pienso en ti, no pienso en ti particularmente, y sin embargo mi pensamiento se refiere exclusivamente a ti, a tu vida, a tus percepciones, a tus emociones, a tus esperanzas, a tus dolores, a tu pobreza. 

Te pienso como multitud porque es más fácil: cada persona es un misterio insondable y no puedo llegar a ti a través de tantos misterios. En cambio ti te pienso como pueblo, te pienso  en costeño, en riojano, en argentino y en latinoamericano. Puedo equivocarme igual con tanta generalidad, pero en algún punto o en varios, me acerco a ti, puesto  que de algún modo lo que le pasa al pueblo también te pasa a ti, a mí  a todos...

Decía y lo dice aun el poeta, el poeta de los pobres,  Pablo Neruda:

No es cuestión de dejar a nadie

Ni menos a aquellos, ni a ti,

Y si escuchas bien, en la lluvia,

 Podrás oír

Que vuelvo y voy y me detengo.

Y sabes que debo partir.

Los niños, en su primera etapa de vida, no se perciben como individuo, sino como parte de un todo, como la abeja, que lejos de la colmena, muere de soledad e indefensión, aun en estado de adultez; pero a medida que crece, el niño va adquiriendo su individualidad, y su humanidad o inhumanidad (como te parezca).

Desde luego que no te pienso como manada, como horda masificada que, en la cancha de futbol, agrede al otro bando que supuestamente ha venido también a disfrutar del partido; o como patota que con un poco de alcohol encima, ataca al amigo que vive en el pueblo vecino como si fuese un peligroso extraterrestre.

Te digo estas cosas, porque en medio de tanta tecnología de la comunicación estamos solos, porque el dialogo de persona a persona casi no se da: nos conformamos con hablarle a un aparatito, imaginando las expresiones faciales de la persona en cuestión, que muchas veces está a una cuadra de distancia.

Quiero que sepas que, no importando quien eres ni cómo eres, pienso en ti con buena onda la mayoría de las veces, y de ninguna manera me eres indiferente, aunque lo parezca. Es más: pienso en vos y hablo de vos con mis compañeros. Y te necesitamos; no te vayas.-

                                                                                                  FELIX R. GUERRERO